lunes, 26 de noviembre de 2012

Un par de apuntes sobre la vendimia en Rioja 2012

Recién conocido el balance que el consejo regulador de la DO.Ca Rioja hace de su vendimia este año se me ocurren de entrada un par de apuntes que me apetece compartir, máxime estando tan cerca la celebración del "III Ranking de vinos por menos de 10€" que va a tener lugar en Pontevedra este próximo 1 de Diciembre. Quiero analizar el asunto por partes.

1º Habla la nota de la DO de que "La uva cosechada ha presentado en general un magnifico estado sanitario y un excelente equilibrio madurativo entre graduación alcohólica y polifenoles, lo que permite avanzar unas expectativas de gran calidad para el conjunto de la añada".

 Partiendo de la base de que esto, esta valoración concreta, debería ser potestad de las bodegas y cooperativas en exclusiva (se supone que ellas deberían saber mejor que nadie cual es el equilibrio de su viñedo) dudo especialmente que se pueda hacer, queriendo ser creíble, un juicio general de tan importante equilibrio de un modo tan superfluo y sobre una DO que se extiende a lo largo y ancho de mas de 60.000 hectáreas de terreno. La DO confirma que se han recogido mas de "355 millones de kgs. de uva", de los que la propia DO es capaz de afirmar, como indico mas arriba que "se ha presentado...un excelente equilibrio entre graduación alcohólica y polifenoles"

 2º Insiste Rioja en dar mayor relevancia a sus vinos "de guarda" en menoscabo de las demás elaboraciones afirmando que "La buena estructura polifenólica que cabe esperar de los vinos elaborados les convierte en especialmente aptos para su crianza en barrica y larga guarda". Sin querer entrar en discusión alguna sobre si los Riojas son o no adecuados para una "larga guarda" si quiero matizar que los mejores que he bebido eran normalmente maceraciones carbónica y reservas que se salían de la nomenclatura oficial y los parámetros obligados por la DO (Crianza, Reserva, Gran reserva). En los mejores Riojas que conozco y he probado, la crianza y su duración la decidió el elaborador y no siempre cumplía los parámetros que la DO considera imprescindibles para denominar de una u otra manera a un vino en función de su estancia en madera. Mas bien al contrario, la estancia era inferior a los criterios oficiales, posibilitando así vinos donde la madera no reinaba impenitentemente sobre el vino y sus cualidades.

 3º Quiero terminar con lo positivo así que, de la nota remitida por la DO, me quedo con el aplauso a la "gran profesionalidad de viticultores y bodegas a la hora de planificar el desarrollo de la vendimia", pero me asaltan las dudas ante otra frase que afirma que "la maduración" ha exigido "realizar de una manera selectiva la vendimia para obtener la máxima calidad en cada uno de los viñedos". Es decir, ¿se han vendimiado de modo selectivo, finca a finca, parcela a parcela, 355 millones de kilos de uva tinta y blanca para "obtener la máxima calidad en cada uno de los viñedos"?. ¿Cuanta gente?

 Son solo 3 apuntes que no quiero que vayan en menoscabo de una zona donde, añada tras añada, el calificativo de "excelente" o "muy buena" acompaña a la valoración genérica de sus vendimias. Claro que esa valoración no la hace ningún organismo independiente, ¿verdad?. Ya. Normal.

martes, 20 de noviembre de 2012

El Hombre que nunca quiso reinar.


 “Hacer algo que es normal, porque algunos lo hagan mal, no me da mérito. Mérito lo da hacer un descubrimiento de algo. Yo de eso no he tenido nada”.

Decir que los Viña de Martin o A Torna dos Pasas son una anormalidad, una excepción en O Ribeiro es quedarse muy corto. Por derecho propio, los vinos de Luis Anxo, sobre todo en el caso de los tintos son, aún hoy en día, un aval de la credibilidad de una D.O. y de unos vinos en los que se había perdido toda esperanza. La creencia en que O Ribeiro era mucho mas que vino blanco a granel de pésima calidad y muy discreto gusto.

Los años 80 son, para algunos, el apocalipsis de un modo de hacer bien las cosas que reflejó durante siglos la calidad de los blancos de O Ribeiro. En la edad media, reyes de toda Europa hacían que se les enviasen a sus palacios aquellos blancos de uva Treixadura, de los que se datan plantaciones en época de los romanos y cuyo gusto y aroma son del agrado de la nobleza medieval.

Solo una razón lleva a que en los fatídicos años 80 se tomen las decisiones que, en solo 10 años, estuvieron a punto de dar al traste con siglos de tradición en buenos vinos. La avaricia.

La máxima entre los enólogos de la época es la cantidad. La vid, cuanto mas antigua, menos produce, y aunque su calidad sea enorme si lo que se pretende es saturar el mercado de botellas de vinos, un ratio de 2 a 4 quilos por cepa es minúsculo. Hace falta mas y esa máxima lleva a la toma de decisiones tan drásticas como absurdas.

Profesionales y propietarios deciden arrancar las variedades autóctonas, de las que se tiene noticia documentada de su existencia en el lugar desde los siglos XV o XVI y replantar uva blanca, si, pero de otra clase, mayor tamaño y ratios de producción por planta muchísimo mayores. En este afán, se cuela en la zona la uva Palomino, natural del sur de España, de gran tamaño y que produce litros y litros, si, pero de un vino de muy inferior calidad, pobre en todo salvo en su cantidad y sin ninguna relación con los suelos de la zona.

Este periodo deriva en una fatídica herencia. La de que O Ribeiro es un vino menor. Es tanto así lo que sucede que, después de la creación de la D.O. Rias Baixas, son sus albariños los que ocupan el primer puesto en la competencia por ser el mejor blanco gallego. El Ribeiro pasa así a un segundo plano, entendido por el consumidor como un vino sin pretensiones, barato y de consumo masivo, si, aunque a un coste ínfimo.

Así las cosas, en 1990, la presencia de uva autóctona se ha reducido drásticamente en los blancos y casi a desaparecido en lo que a tinto se refiere. Caiño, Souson, Lado, Ferrol, uvas de las que se tiene constancia pero que han sido sistemáticamente erradicadas para ser substituidas por otras inferiores pero de mayor capacidad productiva.

Es en ese contexto cuando Luis Anxo decide iniciar su proyecto, un proyecto que no tiene claras trazas marcadas, que va reformulándose y creciendo a medida que las previsiones y el mercado lo exige, que comienza por los blancos, siempre a base de Treixadura y que termina con tintos, rescatados cepa a cepa, finca a finca, hasta confeccionar una base desde la que lanzar al mercado una de las obras mas intensas y exageradas de la viticultura en Galicia; A Torna dos Pasas.

“Hacer algo que es normal, porque algunos lo hagan mal, no me da merito. Merito lo da haber descubierto algo. Yo de eso no he tenido ninguno”. Este es Luis Anxo Rodríguez (Arnoia. 1962), un artesano que no cree que hacer cinco vinos (dos blancos, dos tintos y en ocasiones una segunda marca, para no desvirtuar la calidad en años especialmente productivos) es algo normal, que si los demás no hacen es porque no se encuentran en sus condiciones. Y punto. Ni excesos ni alaracas ni fuegos artificiales.  

Luis Anxo es directo. Sabe lo que quiere y lo que pretende. Durante 5 años ha sido presidente del Consejo Regulador de la D.O. “porque no surgió otra persona y me lo pidieron”. Una experiencia, ser el máximo responsable del organismo rector de la calidad del vino en una D.O. que renegó de la calidad en los ochenta, que le ha dejado huella.
“Fue una experiencia e intenté hacerlo lo mejor posible. En algunas cosas se acertó y en otras no. Hubo elecciones y yo ya no participé. Iba para cuatro años y al final fueron cinco. Es suficiente”

Los viñedos de Luis Anxo son un puzzle. Superficie, unas 2,7 hectáreas, numero de fincas “no lo se, perdí la cuenta”. Llamar fincas a lo que Luis Anxo ha ido reuniendo a lo largo de mas de 20 años es una falta de respeto a las “fincas” consideradas como tales, por ejemplo, en La Rioja. Retazos, desde los 20 metros cuadrados hasta los 2000, en propiedad algunas, otras cogestionadas, algunas alquiladas. Un mapamundi de Treixadura, Caiño, Souson… blancas y tintas, algunas mas jóvenes (mucho del viñedo autóctono en O Ribeiro fue replantado en los últimos 15 años, ante la devastación producido por el comentado apocalipsis de los ochenta) otras centenarias o casi.

Y cuando uno se pasea por estas tierras, Laixa (Arnoia) por ese enorme manantial de trabajo, tradición, raza, por esos parajes de verde y ocre, de fruta, uno entiende el porqué. Porqué renegar de los enólogos mas mercantilistas que le decían que todo debía ser como siempre, ¿porqué lanzarse a la búsqueda de variedades tintas recuperándolas en los mas inhóspitos parajes de la provincia?. No.  

Hacer estos vinos implica riesgo, pero hacerlos bien implica voluntad. Luis Anxo huye de personalismos; “ Pero vamos a ver, si no le rendimos culto al equipo de frio o al que da el sulfato, ¿Por qué se lo damos a quien le pone nombre?. Yo no tengo derecho a arrogarme una parte mayor de protagonismo (…) Esto del enólogo estrella es una tontería, ahora bien, cada cual que piense lo que quiera. El bodeguero es un elemento mas. Elevarlo a los altares, por lo menos en mi caso, es una falacia. Mi nombre esta en las botellas porque alguien tiene que firmar. Esto de “me voy a hacer un vino al Somontano y soy muy bueno” no es así. Aquellos a quienes le imprima confianza mi persona y decidan probarlo, perfecto. Pero yo soy solo un 10% de ese vino. Es mi modo de entenderlo y lo que creo, pero cada uno es libre, faltaría mas”

Este es Luis Anxo Rodríguez que, aunque no lo crea, dice mucho de si mismo en sus vinos.



Vinos.

Blancos

Viña de Martín “Os Pasas”: Treixadura y Albariño en diferentes porcentajes (sobre todo Treixadura). Fermentado en acero inoxidable y reposo en botella. Entre 11 y 15 euros al consumidor final. Máximo 12.000 botellas

Viña de Martín “Escolma”: Treixadura, Lado, Torrontés y Albariño. Con una crianza en barrica de roble francés del bosque de Allier de alrededor de 12 meses (a criterio del elaborador). Entre 18 y ? euros al consumidor final. Entre 800 y 2000 botellas.

Eidos Ermos: Treixadura, albariño y otras. Solo se elabora en años en los que la producción obliga a un mayor selección de uva para dedicarla a las marcas principales. Habitualmente se comercializa. Entre 6 y 8 euros al consumidor final. Numero de botellas indeterminado (cuando sale, mas de 20.000)

Tintos

A Torna dos Pasas: Brancellao, Caiño y Ferrón, con Fermentación y maceración tradicional entre 28 y 30ºc. Reposo en botella. Entre 11 y 15 euros al consumidor final. Entre 2.000 y 5.000 botellas, según la añada.

A Torna dos Pasas “Escolma”: Brancellao, Caiño y Ferrón. Fermentación maloláctica en barrica de carballo gallego y envejecido en roble francés Allier donde permanece 12 meses. Reposo en botella otros dos años. Desde 20€ hasta ?€ al consumidor final. Entre 500 y 2000 botellas, según añada.


Actualización; Está por salir al mercado en fechas próximas el que será sexto vino de la bodega, un blanco singular procedente de una única finca en Rivadavia.  Viñedo viejo y básicamente treixadura. 



*Apunte: La entrevista fue realizada en gallego y las respuestas en el mismo idioma. La traducción al castellano se hace para mejor comprensión de quien pueda pasarse por estos lares sin ser gallego o conocer el idioma. 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Gente Corriente (en construcción)

Es una sensación extraña esa que se tiene cuando uno sabe que algo que ronda por su cabeza puede ser susceptible de acabar convertido en algo grande, ¿no os ha pasado nunca?. A mi me lleva sucediendo años aunque siempre al respecto de un atributo muy concreto de mi modo de entender las cosas.

Esta forma de contar, de informar, de manifestar o de analizar, alrededor del vino y sus virtudes y desgracias me ha servido como válvula de escape y terapia en un largo proceso que nunca termina y siempre vuelve a empezar. Y en este sentido siempre creí necesario dejar por escrito, en un volumen mas o menos grande, mas o menos logrado, estas impresiones sobre un mundo, un universo, que como todos los universos es complejo y denso y difícil. "El mundo del vino" como axioma esta superado. porque cuando algo implica tal grado de detalle, de dedicación para hacerse como es debido, merece la pena afirmar que quien logra la grandeza debería al menos ser tenido por artista.

Se que esto no lo entendemos así muchos. De hecho se que muchos consideran que un gran vino de escasa producción lo elabora alguien merecedor de elogio, si, pero al que califican (yo también lo hacia) de artesano. No pensamos en que sensaciones nos produce ese vino al beberlo, al olerlo, al sentir que hemos probado algo grande, algo especial, profundo o distinto. Son sensaciones peligrosamente similares a lasque me produce la visión de un cuadro, una pintura, de un gran artista al que en ocasiones estudiamos en los libros de historia del arte.

Si, ya lo se, el vino "tiene muchos padres". El sol, la lluvia, la tierra y sus circunstancias, la "ergonomía" entre planta y suelo,  los cuidados, la vendimia y finalmente la elaboración, por resumir y siendo muy escuetos. Ya. Sin embargo, preguntaos lo siguiente ¿por qué teniendo suelo, clima, viñedo y medios ciertas bodegas destrozan, aniquilan, cualquier atisbo de grandeza, de singularidad de sus vinos y otras no?. Yo pienso que esto pasa únicamente por las personas. Y así llego al meollo de la cuestión.

Estoy escribiendo "algo". Ese "algo"  empezó siendo una cosa y ha ido mutando a otra, a medida que percibía que eso que iba a hacer, en realidad, no terminaba de parecerse a aquello que mi cabeza quería contar. Pensé en algo similar a una guía pero que se terminase pareciendo mas a un viaje por el vino y el viñedo en Galicia, pero entonces caí en la cuenta de que lo importante, lo esencial en muchos casos, son las personas. Y es aquí donde note que realmente es en ellas donde radica la principal diferencia, tal vez no la esencial pero si la principal en el camino del vino ha convertirse en algo realmente especial. Así que de eso voy a escribir. de personas.

Aquí, en este foro, iré lanzando pequeños extractos de lo que llevo escrito. En algunos casos he entrevistado a los protagonistas de esto que inicialmente quiero llamar "Gente Corriente". En otros, hablo sobre experiencias de una mañana, de una tarde, escasas horas en compañía de personas que merecen la pena ser conocidas porque, en mi modesta opinión, quieren por medio del vino rozar la singularidad y, si todos los hados les son propicios, llegar a la grandeza. No, no hay muchas, me temo. Y por supuesto no tengo ningún animo de compendio o enciclopédico. son los que serán porque me los he ido encontrando.

Así que a lo largo de la próxima semana comenzaré hablando de alguien por quien siento especial respeto. Un viticultor que es mucho mas aunque se empeñe en cada uno de sus comentarios, de sus reflexiones, en ignorar el hecho de que hace algo muy especial con un viñedo que muchos denostaron o directamente arrancaron en otras épocas. He querido llamarlo "El hombre que nunca quiso reinar" parafraseando al gran John Huston. Eso será el próximo miércoles. Hasta entonces.

viernes, 26 de octubre de 2012

Ranking 2012, o como insistir en lo razonable.


Aprovecho la convocatoria de mi querido Mariano y de su "Ranking de vinos por menos de 10 euros" en su edición 2012 (la tercera) para pasarme de nuevo por aquí y contar (y valorar) un par de cosas.

La primera es disculparme por lo ausente de mi presencia (un oxímoron). La realidad es que tiempo no tengo mucho, hago cosas que me exigen demasiada dedicación (incluso estando en el paro) y eso, unido a ciertos acontecimientos felices que no me implican físicamente aunque si psicológicamente, me obliga a concentrarme en muchas cosas que no tienen nada en absoluto que ver con el vino.

Pero, por ir al grano, quiero hacer un primer comentario sobre el amigo Mariano y su superior testarudez e insistencia en este evento que, siendo mas que necesario, no debería surgir, en un país civilizado y serio, de un aficionado, bloguero anónimo dedicado a otros menesteres profesionales. No.
En un país serio, un organismo administrativo, independiente a poder ser, se encargaría del ingente trabajo que Mariano y las colaboraciones que se ha agenciado realizan para congregar, seleccionar y finalmente elegir a los mejores vinos por menos de 10 €.

Pero, en cierto modo, el hecho de que lo haga el, como bien explica en este enlace a su fantástico blog,  es mas positivo que si se encargase cualquier otro organismo oficial (u oficioso). Su sola presencia como organizador garantiza (nos garantiza a todos) que la decisión que se tome es la correcta o, al menos, la correcta en función del criterio de los catadores. Y eso, en un país que no se fia ni de sus aceites, tiene un valor enorme.

Ademas, el mundo del vino vive momentos trágicos. Al igual que otras muchas industrias la del vino a descubierto que su huida hacia adelante (en las ultimas tres décadas) ha llevado a un posicionamiento desastroso. Nadie se fia del vino comercial, por mucha contraetiqueta que lleve, el consumo cae año tras año de modo inexorable desde hace 25 y la solución del "viraje dramático hacia la calidad" que muchos exigieron (comenzando por quien dijo esa frase en un discurso...en 1991) no se ha entendido o se ha ignorado.

Para las cooperativas ese "giro dramático" se ha quedado en multiplicar su numero de marcas en los estantes de los supermercados, gastar tres veces mas en marketing pero insistiendo en las mismas nefastas practicas saturadoras y abusivas con el viñedo. Técnica y química mejor que agricultura y dedicación. Otros, que durante años han hecho buen vino, han querido ahora dejar claro a que bando pertenecen. "Somos del club Parker" han dicho algunos (con otras palabras) o también "nosotros pertenecemos al club de los hippys y biodinamicos", etc.

Mientras, en el "Club de los que simplemente hacen buen vino" sigue estando la misma gente. Profesionales dedicados, artesanos, personas entregadas a su labor y que asumen que, seguramente, hay mejores etiquetas, mejores botellas, producciones mayores y mejor posicionadas. Pero no hacen su vino. Y, ademas, lo hacen mas caro y ganando mas. Si, ya se, generalizo y eso esta mal. Pero creo que la visión general de lo que quiero decir queda clara.

Mientras espero (ansioso) al día 1 de Diciembre simplemente saludar a los conocidos del "club" y a los consumidores habituales de sus vinos. Estoy seguro de que un puñado de ellos estarán en Pontevedra el día 1. Allí nos veremos.

    

lunes, 13 de agosto de 2012

Embotellando la verdad.

En los últimos meses desde mi anterior comparecencia por estos lares he vivido una serie de experiencias que me han provocado la reflexión que da titulo a esta entrada.

Creo firmemente que hemos sido engañados. Los medios de comunicación, la industria, personas y personajes vinculados al mundo del vino y a su difusión, entidades e individuos con relación directa con la denominada "cultura del vino" han vendido un modelo que, como poco, debo calificar de falso. Falso e interesado.

Si, ya se, "mas de los mismo". Si, puede. Pero no puedo por mas que dar a conocer mi verdad, que puede ser o no la verdad de lo que he visto y me ha sido enseñado por personas que, como poco, son puros Quijotes de la viticultura, auténticos exploradores de un retorno a las bases de esto de hacer vino con honestidad y amor por la tierra. Y todo ello, y aquí esta el quid de la cuestión, sin dejar de lado que esto, al fin y al cabo, es un negocio y debe dar beneficios.

Debe darlos por el bien de los proyectos pero sobre todo por el bien de su continuidad. Entonces, si para que en Cebreros (Ávila) Guillermo Fernandez  y sus socios elaboren La Movida, la mejor Garnacha que yo he probado en suelo nacional (lo cual tampoco quiere decir mucho, la verdad) hace falta una lucha por la viabilidad y esta es posible, ¿Porque otros atribuyen a una ficticia necesidad financiera la justificación, en privado, de sus tropelías a la hora de elaborar sus vinos?. ¿Que justifica hacer un millón de botellas donde solo deberían elaborarse trescientas mil?, ¿Que, ademas de la avaricia económica, nunca para mi entender relacionable con el vino, puede justificar la utilización de concentradores, correctores o potenciadores químicos a una bebida natural y pura?. ¿Que?

Aún mas. ¿Porque no hacen lo mismo en Cebreros?, o en Meaño, ¿porque no hace lo mismo Rodrigo Mendez con sus albariños?. Sería tan fácil hacer un albariño común, mayor numero de botellas, mismo marketing y difusión, ¿porque arriesgarse?. ¿Para que?. ¿Egolatría?,  ¿Protagonismo?,  ¿Notoriedad?. Lo dudo.

Hace unos días una cantidad de gente de esa que solo se da cita en Galicia cuando quien convoca lo merece (y cuando hay vino y comida gratis, para que engañarnos) acudió a dar por inaugurada la bodega de Rodri en Cambados. Leirana, que desde que nació no gozaba de un espacio en condiciones para el enorme vino que es y son sus hermanos y primos en Forja del Salnes, ahora ya lo tiene. Un espacio moderno, funcional y limpio. El lugar donde Mendez pueda rematar como es debido el trabajo de un año que el y su viñedo ofrecen en cada botella. Sería facilísimo que este espacio fuera el doble de grande. Una nave industrial mayor, mas metros, mas depósitos y de mayor tamaño. Si, fácil. Otra cosa es que Rodri fuese mas feliz en un lugar así.

He podido, por coincidencia o invitación, acudir en la ultima década a una docena de inauguraciones como esta. La mayoría mastodónticas, alguna minimalista. En todas nos sirvieron vinos de la casa, lógicamente. La gama de los tintos, de los blancos, algún espumoso. Todo elaborado (ejem) en el lugar y por la bodega inaugurada. El caso de Rodri es el único de su clase (como siempre). Por primera vez, mas de 6 conocidos elaboradores ofrecían en este lugar, donde su competencia directa en materia de albariños, sin ir mas lejos, elaborara sus vinos una muestra de los suyos. Dorado, Algueira, Guimaro, Raul Perez y por supuesto toda la gama de la casa en blancos y tintos. Pero es que hasta Champagne, Andre Clouet, se sirvió en la fiesta. Hay que ser muy grande para que te quieran tanto. Hay que tener un corazón muy grande para abrir así tu casa. No todos pueden.

Así que, sí. Creo que Rodri embotella la verdad porque no sabe hacer vino mintiendo. Y también Guillermo, a base de hacerle la vida imposible a un viñedo octogenario de garnacha elaborada como debe ser, no como el gazpacho sino como el resultado de una lucha por la supervivencia. Fresca, fácil de beber, fragante, abierta.

Y hay muchos mas que no van a caber hoy porque esto es lo mas reciente de lo que me ha chocado. Esto y un vigneron con mayúsculas que nunca quiso reinar y del que hablaré, dios mediante, el próximo viernes. Vienen curvas en O Ribeiro. Gente que ha decidido seguir embotellando la verdad. Caminar por el lado difícil cuando lo propio, "con la que esta cayendo" seria dejarse ir y hacer lo mismo que todos los demás para no morir en el intento.


*Fotos del autor.

martes, 3 de julio de 2012

Emoción dos viños (3 y ultima)


Vayamos cerrando con mi visión de los;

TINTOS

Goliardo Caiño 2010. En nariz destacan notas de eucalipto y frambuesas que evolucionan con el paso de los minutos a aromas salinos y mar. Fresco, acido. No recomendado para paladares impresionables. Degustar con precaución y respeto. Otro gol por toda la escuadra del amigo Rodri...aunque algo mas de botella (mucho mas, tal vez) le vendá de perlas. Por cierto, debo decirlo. Goliardo Caiño "Finca Genoveva" de 2010 es de lo mas sorprendente que he probado nunca, sobre todo en nariz. Genial. 

Quinta das Bageiras 2005. Enésima ocasión en la que pruebo este vino, la primera haya por 2009. Bueno, en aquella lejana prueba el vino se mostró duro, ácido, mas que fresco casi violento, lleno de vida desbordada y con una curiosa nariz, mezcla de herbáceos y flores. Este sábado el vino (3 años mas tarde) se mostró de nuevo extremo, como si los años no pasaran por el, aunque con matices claros a mayor control, frescura ya no tan desbordada y capacidad de seguir creciendo. Uno de mis preferidos.

Guimaro. En toda su extensión, incluido Pedro y su espíritu indomable. Los barrica continúan en buena forma (la tendencia a diversificar por fincas estos vinos me hace dificilísimo recordar todo lo probado pero, de los 2010 y 2009 la consigna que mas impregnada me quedó al probarlos fue "botella, botella, botella..."). La añada 2011, ojo con ella, llega plena de fruta y ajustada de boca lo que me hace sospechar que crecerán poco tiempo pero muy rápido y hacia mas carne y aromas mas elaborados (guindas, confitado, etc).

Dominio do Bibei. Y su habitual linea. Mencias que parecen borgoñas, con un matiz de frescura que anuncia crecimiento, como se constata en el 2006 de Lalama que está en muy buena forma.


Régoa. Daría para un debate profundo, lleno de matices y gustos el comentario de cualquiera de los Regoa básicos o TN`s de 2006, 2007, o 2008 que José M. Prieto ofreció en Tui. Es, con mucho, unos de los vinos mas sorprendentes que nunca he probado, fuera de moldes y tan variable en botella como el espíritu del viñedo del que procede, colgado de las laderas del Sil, entre la vida y la muerte. Así es Regoa de 2006, del que he obtenido sensaciones imborrables y disgustos relativos. Esta vez, en Tui, todos los "hados" fueron propicios y 2006 y 2007 estuvieron a la altura. En TN 2007, la mayor madera anuncia crecimiento pero, por ahora, toca esperar.


También pude probar Algueira y otros, de los que no detallo por ser tomados muy tarde ya y no parecerme correcto hacer comentarios que pudieran resultar frívolos y producto de recuerdos equívocos. En lineas generales todos estaba bien sin grandes alardes y matices.

Tui y Emoción dos viños, cita ineludible y muy especial. Mis felicitaciones para Antonio Portela, Viñoteca de Garcia (Tui) y demás organizadores por un trabajo excelente en un marco precioso. Bravo.



jueves, 28 de junio de 2012

Un inciso.

Permitidme, antes de terminar las valoraciones al respecto de la legendaria "Emoción dos viños" en Tui, en lo que a tintos se refiere, tomar un pequeño desvío hacia lo que podría llamarse "la verdad del vino"

En estos últimos días he acometido un proyecto que pretendo me lleve por un camino que de sentido, al menos para mi, a una serie de esfuerzos en pro de la calidad, la excelencia y la honestidad en la elaboración de vino en Galicia. No se trata de ser pretencioso y por ahora no puedo contar mucho mas sobre ese proyecto, pero diré que de las primeras visitas-entrevistas realizadas en la preparación de ese trabajo me he encontrado con algo que creo importante contaros.

Alguien podría creer, con cierto nivel de veracidad, que cuando en el año 2000 el mercado se vio inundado de vinos de los denominados "alta gama" fue por un puro afán comercial. Muchos de aquellos vinos respondían a un perfil muy concreto, sobremadurado, excesivo, cuando no, directamente, echado a perder por un exceso de barrica inadmisible. Así fue, (es) en muchos casos. Por contra, un perfil muy concreto de vinos, en muchos casos procedentes del noroeste español, ofreció una alternativa mas "europea". Para concretar, blancos con o sin madera cercanos a Alemania y tintos con o sin madera con rasgos afrancesados (principalmente borgoñones).

Durante casi una decada los "mastodontes" los pesados tintos, sobre todo de la Ribera y la Rioja ganaron con holgura la batalla. Ellos, esos "mamuts" de la linea mas, si se me permite, "Parkeriana" vencían con holgura en los estantes de las tiendas especializadas y en las cartas de la mayoría de restaurantes con carta de vinos. No citaré marcas pero cualquiera puede imaginarse a cuales me refiero. De aquella fiebre por el peso, la opulencia sin control y la brutalidad se beneficiaron desde las grandes bodegas hasta algún promotor urbanístico metido a bodeguero. Mucha carne, mucha madera, mucho grado. Poco vino. Pero fue el rey del Mambo, a precios que superaban con holgura los 25 € y un interés que no iba mas allá, en la mayoría de los casos, de la primera cata. Y punto. Vinos cansinos, pesados, aburridos. Sin alma.

Pero mira tu por donde, la crisis, esta crisis que todo lo consume, por pura inercia mercantil nos exhibe una nueva visión. Lo que era moda accesible pasó en 5 años, a vicio inexcusable. Beber vino, aquel vino que supera con creces los 20 euros en tienda ha pasado a ser poco menos que un acto de antipatriotismo (lo patriótico es darle pasta a los bancos, ya me entendéis). Gastar así es gastar mal, etc,etc... y de la trastienda surgen como un pequeño rumor grandes vinos a precios sensiblemente mas accesible. O no tanto, pero con sobradas razones que justifican su precio y con mayores virtudes que descubrir para el neófito, para el no iniciado en este universo del beber y el sentir.

Blancos y tintos que ya existían pero a los que los años han dado una nueva dimensión. Blancos de albariño que "no iban a envejecer bien". Tintos de caiño, souson, mencia que "nunca salieron ricos en madera". Ya.

¿Que otras mentiras sostiene el mercado de los grandes productores?. Años creyendo a pies juntillas cosas que eran mas falsas que las cuentas de Bankia, entendiendo que si alguien tomaba una decisión con respecto a algo tan sufrido y duro de trabajar como un viñedo sería por su bien y el de su producto. Todo mentira. Decidían para ganar, engañando o al menos no poniendo todo de su parte en ser mejores, en ser, al menos, honestos con su producto.

Decía al principio que esas entrevistas me han vuelto a situar en una idea genérica que una vez defendí y que abandoné de motu propio sin razón alguna. Existen vinos que pueden sorprender, vinos escasos pero accesibles, vinos llenos de laterales, de esquinas, con pequeños defectos excusables y plenos de virtudes que merece la pena conocer. Existen vinos como las personas. Reales.

La foto corresponde a un A Torna dos Pasas de 2000 que Luis Anxo abrió para mi el pasado martes. Espectacular. Hay mas adjetivos pero seguro que acabo pareciendo exagerado. La prueba de que todos aquellos que decían lo que decían (y dicen) para defender su mediocridad estaban equivocados. Un tinto gallego, estabilizado para su viaje en el tiempo en barrica, de uvas autóctonas, al cabo de 12 años esta de muerte. Sin mas.


jueves, 21 de junio de 2012

Emoción dos viños (2)

De lo mas destacado para mi en una jornada para recordar varias cosas que quiero desgranar detalladamente para no dejarme nada en el tintero. Lo haré de un modo mas organizado que el habitual para mi. Empecemos por;

BLANCOS

Quiero destacar que el nivel de los blancos que pude probar fue muy alto. Vinos con clase, frescos en la mayoría de los casos pero sin quedarse en lo evidente para un albariño, una treixadura o para uvas autóctonas de Galicia o Portugal.

Branca Lexitima de 2011. Vino elaborado en base a una casta recuperada y gracias a los trabajos de la Asoc. Galega de Viticultura. Vino de los mas "friki" probado nunca por un servidor, por aromas a melocotón, dulce y opulento pero punzante y vivo en boca, en una linea desconocida en lo habitual de los blancos gallegos donde los cítricos están presentes en mayor o menor medida. Aquí, ni rastro, para un elaborado digno de recordar aunque escaso y testimonial (no comercializado salvo por una pequeña bodega de la zona de Negueira de Muñiz, Panchin)

Viña de Martín 2005. El básico del gran Luis Rodriguez no sabe de años. Treixadura principalmente mas Albariño, Lado y Torrontes para completar el habitual conjunto pleno de pomelo, frutos secos o piña. Pero, además, en boca permanece fresco, abierto, fácil, atractivo. Que apetece mas, vaya. Un logro.

Zárate "Tras da Viña" 2004. La sorpresa llego en esta bodega. Nos tenían preparado a los presentes la posibilidad de probar como evolucionó su "experimento" de permanencia larga en deposito de acero (30 meses). Aquel recuerdo a tiempos mas locos, cuando todo valía con tal de descubrir los auténticos limites a la vinificación de una uva condenada por el marqueting y las cooperativas a ser "vino de un año". Y este 2004 fue una sorpresa. Con un amarillo oxidativo en la linea de la mejor viura de la Rioja, el vino ofrecía hidrocarburo en nariz, pero sin desechar cierta clase. En boca muy poco, un simple suspiro de la frescura que se tuvo. Valió la pena.

Tricó 2008, Nicolás 2010. No me extenderé por mi comentario previo al respecto de los vinos de uno de la media docena de vitivinicultores de raza que siguen poblando las viñas en Galicia. Tricó en la linea de su predecesor, pleno, lleno de matices y con predominio de lo dulce sobre lo cítrico sin ceder en frescura en boca. Nicolás, por su parte, glicerico, carnoso y superior, aunque con mucho aún por domar en botella. No terminó de convencer. Aún tiene mucho que mejorar, no hay prisa.

Do Ferreiro "Cepas Vellas" 2010. Siempre es una alegría el año en que Gerardo Mendez y los suyos deciden que han tenido suerte y elaboran su "Cepas Vellas" de ese viñedo pre-filoxerico de dotación secular. Como siempre, valió la pena esperar. Armonioso, fresco y lleno de matices. Para guardar.

Forja del Salnes. Siempre es difícil definir que ha probado uno y que no en una muestra donde Rodrigo esta presente. Hombre que ni conoce la medida en su pasión por las cosas, "Rodri" es tan exuberante como sus blancos. No puedo calificarlos mas allá de la devoción que siento por Goliardo o por sus últimos elaborados, incluido ese albariño "a la antigua" que gana en nariz de un modo exagerado aunque pierda cierta pujanza, habitual en toda la gama de blancos y tintos que elabora. Siempre Genial.

Marcial Dorado. Quiero decir antes de nada que en esta ocasión no puedo afinar en mi comentario por mi propia desidia. Llegados a esta altura de la cata la conversación prevalecía sobre la concentración y así es muy difícil hacerse un cuadro realista de qué me gusto mas o menos. Pero se que aquí encontré cosas que, por su longevidad y viveza, merecieron un recuerdo así que, a la espera de poder acceder de nuevo a sus vinos, es de justicia decir que había cosas muy ricas.

Quinta das Bageiras. Misma situación para los blancos de Mario Sergio Alves Nuno, excepcionales pero probados entre amigos, sin animo calificador ni nada que se le parezca. Lo justo es decir que Recuerdo un Pai Abel de 2009 que debe vivir horas aun mejores a la vista de su extrema juventud. Los tintos fueron otro cantar, como luego se verá.

Hubo mas, si, pero mi memoria es mucho mas sabia que yo. Si tres días después de "los hechos" no permanecen tan vividos en mi mente como estos (ya sabéis que yo "notas" las justas) es que no debo exponerlos aquí. En pocos días los tintos.



*Fotos propias.

martes, 19 de junio de 2012

Emoción dos viños (1)

La verdad es que llevo un par de días dándole vueltas al evento de este sábado en Tui y no he encontrado aun un modo fácil y abierto de describir lo que allí pasó.

Y no hablo de nada malo, o de detalles que enturbiaran una jornada de pura pasión para unos y de descubrimiento para otros, no. Hablo de lo difícil que es definir un sentimiento cuando no esta bajo tu control. Con muchos de los vinos presentes en esta segunda edición de "Emoción dos viños" 2012 tengo una relación especial. Alguno de ellos me descubrió un mundo mas allá del marqueting y la publicidad que rodea a las grandes bodegas. Otros me revelaron una suerte de paraíso del "aficionado instruido" y algunos son tan constantes como un diapasón en ofrecer ni mas ni menos que la verdad de lo que son, de sus orígenes, de su terruño e de quien los elabora. Y compendiar en un único lugar como el Claustro de la catedral en Tui un cantidad tan grande de estos referentes es, como mínimo, muy complicado.

Debemos por ello agradecer a Antonio Portela y la Viñoteca de Garcia su esfuerzo ingente para que todo saliese bien, a los viticultores-vinicultores el suyo por participar con tan grande generosidad para con todos los presentes y a quien se me olvide lo que quiera que haya hecho por facilitar que, en un solo día, uno pueda lograr una visión general de "momentum" actual del vino en Galicia. Del vino de verdad. Hasta aquí la objetividad. Vayamos con cuestiones de gustos.

De lo mucho probado y catado tres cosas me tienen particularmente contento. La primera, ver que los pilares básicos de este modo de entender la viña y el vino parecen soportar con cierta solidez un momento malo para todo y también, evidentemente, para vender vino. Rias Baixas, Ribeira Sacra y Ribeiro siguen con fuerza abanderando el crecimiento metro a metro y viñedo a viñedo de un competo de vino que va mas allá de lo puramente comercial. Lamento que Valdeorras y Monterrei sigan siendo una vez mas la excepción que confirma la regla (las bodegas y los vinos que emocionaban en estas
DO´s cuando me alejé del vino siguen siendo las únicas dignas de mención cuando regreso a este mundo dos años después. Escaso bagaje, nuevo crecimiento, en base al menos a lo visto en este evento).

Por otra parte, desde mi absoluta subjetividad habitual, cuatro bodegas congregan mi atención tras la jornada del sábado de modo claro y, porque no repetirse, emocionante. En Rias Baixas Tricó y el alivio de ver que la salud de un proyecto de lo mas ilusionantes en una DO que vive del prestigio dilapidado a lo largo de décadas sigue vivo y alerta. Tanto por lo Tricó que siguieron a aquel 2007 legendario y que probamos en esta jornada (principalmente Trico 2008) como el nacimiento de Nicolás 2010, vino complejo que deberá ser evaluado tras un tiempo prudencial a la vista de sus virtudes y "handicap" de partida (nacer con 15º y que tengan que rebajarte con vino joven para tratar contigo es nacer con complicaciones, no cabe duda). Junto a los hijos de Jose A. López también Zárate, bodega familiar donde el respeto a la historia parece seguir siendo lo principal y que sigue ofreciendo las bases fundamentales del albariño en su vertiente mas "amistosa", a saber; frescura, perfume y suavidad sin perder clase.

No quiero olvidar aquí al gran Rodrigo Mendez y Leirana. La velocidad a la que se vuelve mas cotidiano y quizá previsible su Leirana básico es la misma a la que mejoran y convencen el resto de sus elaborados, incluido alguno que, por su grado experimental, llego sin etiquetar a la cita. Tintos y blancos siguen un buena forma y algunos, como el Goliardo Caiño no pierden un ápice de elegancia, frescura y diversión.

Fuera y dentro de los blancos capitulo a parte para Luis Rodriguez, A Viña de Martín y A Torna dos Pasas. Cuando el actual (por poco tiempo ya) presidente de la DO Ribeiro decidió embotellar aquellos blancos y tintos con y sin barrica en el convencimiento de que años después sus augurios de longevidad y categoría se verían recompensados, estoy seguro de que no esperaba un resultado tan extraordinario. Viña de Martín Escolma de 2003 no solo es un gran vino, es mucho mas. Es una boca excelente, aterciopelada, suave pero con cierto "animo de revancha" como si no quisiera terminar de despegarse de pasadas acideces y juventudes. La nariz es mas pálida, porque nueve años son bastantes y porque la fruta exuberante va dando paso a otra serie de aromas a tarta de manzana o hierbas aromáticas (hinojo, anises...). Genial.

(Sigue)


miércoles, 13 de junio de 2012

En el origen... fue Valladares


Tenia ganas de hablar de este lugar, de su propietaria y de un modo de entender la alimentación como negocio y también como exigencia. Casa Valladares (República del Salvador,14.Santiago de Compostela) es, por su propia existencia, una anormalidad. Un ultramarinos de los antiguos, en una zona que fue nueva en su momento (el ensanche compostelano lo es desde los primeros sesenta) pero que mas de 40 años después es ya parte de la historia de la ciudad. Y en medio un lugar especial, que por razones que escapan a toda comprensión ha terminado por aglutinar una cantidad de referencias de vinos blancos y tintos, cava y champagne como pocos negocios en Galicia.

Mucha de la culpa de la enorme selección de Valladares la tiene Dña. Concha Valladares (Dña Concha para el común de los mortales). Con un criterio fino, con una voluntad abierta de descubrir, de conocer y de "negociar" en el sentido mas autentico de aquellos viejos colmados de toda la vida que valoraban el genero por la pura relación entre su calidad y su precio, esta mujer ha terminado por conseguir la esencia de la tienda de vinos...en un supermercado. La colección pasa por todos los palos, por España primordialmente, con especial atención a Galicia (su selección de Rias Baixas es de lo mejor que conozco) y con espacio para "clásicos básicos" de los que todos tenemos en la cabeza. Valladares es, en mi humildísima opinión, un templo. ¿Conservación?. Bueno, podría ser mejor, sobre todo en verano, pero es que el vino no llega a estar el tiempo suficiente en la estantería como para poner en riesgo sus especiales características. ¿Atención?. La justa, sin molestar. Dña Concha esta para cobrar y asesorar hasta donde puede y quiere, siempre dispuesta y atenta. ¿Precio? Ajustado. De hecho a veces demasiado corto, otras muy largo, pero dentro de unos ciertos limites.

 Si hay un vino buscado, de moda, actual, distinto, esta aquí.

Otro par de cosas que han llamado mi atención. La primera estas botellas de Davide. La foto es bastante mala pero he podido apreciar ese detalle que veis "Excelente hasta...Evolución lenta en botella". En una, la del Davide de 2009 pone que la evolución es hasta 2014 y en el de 2011 que llegará hasta 2015. Es la primera vez que veo esto tan claramente expresado, rompiendo una tendencia hacia la inmediatez en un vino que da lo mejor de si bien conservado mas de un año después de su embotellado (salvo cuatro marcas de todos conocidas). En mi opinión y a falta de llegar a 2014 y poder comprobarlo, bravo.

Por ultimo os dejo tres fotos para fastidiar y con el único animo de tocar las narices. Aquí tenéis, por orden riguroso la "Ensalada de nuestra huerta, pera y chicharrones", el "Canelón de Ternera Gallega" a base principalmente de carrillera y la "Piña Colada" que me sirvieron de postre en el menú del día del Rest. A Tafona (Virxe da Cerca,7.Baixo. Santiago.) por unos asombrosos 15€.


...Sin palabras.

jueves, 7 de junio de 2012

La amistad.

Pensando en retomar de nuevo esta actividad (ahora que el tiempo me sobra) recordé algo que en su momento me comento un amigo, "A este ritmo te cansas de escribir en seguida". Esto venia al caso de mi profusa creatividad en el ultimo empujón que quise dar a este espacio. Tenia razón. Las cosas nunca son como uno quiere que sean, son mas bien como se producen y en ese escenario es muy difícil hacer pronósticos u organizarse.


Mi intermitente relación con el vino debe volver a consolidarse porque ha hecho mas por mi que muchas personas que conozco. Este será pues mi primer amigo. El vino. El vino me llevo a una aventura costosa pero necesaria para enseñarme, entre otras cosas, Asturias y los asturianos.


Uno, gallego de pura cepa, exento eso si de morriña y del obligado "ombliguismo" al que ese sentimiento aboca, encuentra sorprendente como el que mas el hecho de que para encontrar aprecio, cariño recíproco, sentido y sensibilidad hacia el comer y el beber y respeto humano, en los limites máximos que la buena conversación permite, me sorprende digo el tener que hacer mas de 300 quilómetros y mas de 4 horas de carretera. Y los hago gustoso y mas que los haría si tuviera oportunidad porque, por razones que ignoro, el vino me buscó allí amigos.


 El vino me enseño también otro camino. Este. El de la opinión contrastada (Un inciso. Que jodidamente difícil es eso de la "opinión contrastada" hablando de gustos y personas, ¿verdad?) públicamente expresada en un medio abierto y destinado al debate. Un blog, para entendernos. Yo, en mi linea habitual, lo he condenado, lo he silenciado, lo he aborrecido y hasta he estado a punto de destruirlo por culpar a mi amigo, el vino, de cosas de las que no era culpable. El vino también me enseño otra cosa. Que el camino del dogma de fe no existe en materia de gustos (de vinos menos), que todo merece un segundo, un tercer escrutinio y que la duda es garantía de sabiduría. Porque cuanto mas dudo mas pregunto y cuanto mas 
pregunto mas sé.





La amistad por medio del vino me llevo recientemente a Asturias para hacer algo que nunca había hecho; comer Callos. No hablo de los callos a la gallega, donde el garbanzo es el rey para que aquellos que no gustamos de lo demás disfrutemos mínimamente, no. Hablo de callos como los de la foto, hechos por un fenómeno que ni es cocinero ni falta que hace porque de cocina sabe, probablemente, mucho mas que el 80% de los gestores de cocinas en restaurantes de toda Galicia. Un fuera de serie al que, tras este día, queremos aún mas (y con mayor conocimiento de causa claro ;-) ) La amistad por medio del vino me enlaza con gente precisa, gente de la que hace mucha falta que haya toneladas, personas que opinan en libertad, que creen y sienten en libertad y que, por medio del vino, obran milagros, como conseguir que tres gallegos (lo de Daninland es caso a parte) se desplacen a cientos de quilómetros felices, llenos y encantados. Y no solo por comerse unos callos. 


El vino es como la vida. A veces te machaca, otras te enrojece y casi siempre acompaña pero, en ocasiones, muy de vez en cuando, te apasiona. Iremos viendo como va viniendo la siguiente botella. A ver si nos presenta mas amigos.


Y dicho esto mañana (o cuando se tercie) hablaremos de vinos y de comida...porque hay mucho que hablar.