lunes, 27 de abril de 2015

Americanos, os recibimos con alegría....

Estaba yo tan tranquilo, revoloteando por la web como cada mañana, cuando de repente amigos y conocidos llamaban mi atención sobre esto.
Se trataba de un "road trip" al mas puro estilo gastrocanapero, a saber; pagado con dinero publico o, al menos, ajeno.
Y tenia esta cuerda de presos varias particularidades que llamaron mi atención especialmente. La primera, que esta particular reunión de intereses se pasase concretamente por 3 Denominaciones de Origen gallegas y no por las cinco. Este dato no es baladí, porque de inicio descartaba a la Xunta de Galicia como patrocinadora de la visita (eso, o los presidentes de Monterrey y Ribeira Sacra son aún menos espabilados de lo que creía).

Por otra parte, 18 personas, Master of Wine (no, nada que ver con He-Man, no) a gastos pagados, cuestan un dinero. No se cuanto ni quien lo ha pagado y la verdad es que me parece un dato interesante, al mismo nivel que saber qué probaron en cada DO para, por ejemplo, saber que no probaron.

Hay cosas que doy por hecho que no han tenido el placer de conocer. No han sabido nada ni de Vulpes ni de Altares ni de Crusat, porque no está en DO. Tampoco han sabido del albariño de añada embotellado mas caro en Galicia, A Pita Cega, que cuesta en tienda mas de 30 euros (porque los vale y se los pagan) pero que tampoco está en DO.
No tienen ni idea de la mitad de los vinos que embotella Rodrigo Mendez, ni de alguno de los que firma Raúl Pérez en Galicia, y tampoco saben nada de La Perdida de Nacho, de Las Bateas de Dominique y Laura en Adega Pombal ni de Quinta da Muradella (al menos del Monstruosa).

De hecho, de Mateo no tiene ni idea, al menos por esta visita. Es por ello por lo que tengo especial
interés en confirmar (seguro que es así, ya veréis) que esta visita no ha costado ni un céntimo de dinero publico. Entiendo que las DOs tiene derecho a realizar acciones de carácter particular en defensa de su negocio y de los vinos de su competencia. Pero es que los 18 (o 16, según las versiones) MW que pasearon por Galicia, lo hicieron a cuenta de alguien y, en este caso, de la acción coordinada de tres denominaciones de origen. No vinieron de motu proprio (supongo) ni me creo que, en un alarde de generosidad sin limites, la DO mas rica decidiese invitar a un "chupito de master of wine" a las otras dos. Vamos, me juego un pie a que esto no fue lo que pasó.

Lo mas alucinante de tan insigne visita pasa, sin duda, por lo inútil de la misma. No hablo del prestigio del organismo MW y de sus miembros. No me gustan mucho las etiquetas, en general, y creo que alguien vale mas por lo que es que por sus títulos y "pedigrí", pero está claro que para ser MW hay que saber un montón. Sin ir mas lejos el bueno de Pancho Campo lo es y está claro que nunca, jamas, se podría dudar de su conocimientos y sapiencia en materia de vino, ¿no?.....

¿No?


Por otra parte, en mi modestísima opinión, titular una noticia sobre vino, en medio del debate revolucionario sobre la vigencia y calidad de los vinos naturales, biodinámicos, orgánicos, etc, frente a los industriales como "El Silicon Valley del vino está en las Rías Baixas" tal vez, solo tal vez, no sea la mejor de las ideas. La cuna del chip de silicio, del desarrollo tecnológico, de la industrialización de la tecnología y el diseño técnico como sustitución de la artesanía no es, quizá, la mejor referencia visual para defender que uno se preocupa por la calidad y cercanía al terruño de sus vinos. Y poner para ilustrar la noticia a una chica con bata blanca de químico de laboratorio (en la noticia para twitter), creo yo, a lo mejor tampoco es un buen reclamo.

Tampoco es buena idea, a mi entender, dar la sensación de que la credibilidad de una zona y sus vinos pasa porque 18 señores y señoras muy famosos (en el mundillo) digan que están muy ricos y explotar meditaticamente hasta la saciedad eso. No es un valor, es una rémora. Borgoña, Burdeos, Champagne, son lo que son por si mismos, diga lo que diga quien lo diga.

No se quien podría ser hoy en día el baluarte real al que seguir en materia de vinos. No me fío mucho de casi nadie salvo de algunos amigos y porque su criterio nació con el mío y bajo premisas similares. No creo que un curso, por complejo y largo (y caro) que sea pueda certificar que alguien sabe de vinos mas que nadie. Menos aún cuando, en su visita a unas lejanas tierras, se va sin poder probar los mejores para mi. O los mejores para otro, que crea que lo mejor para el se hace en Ribeira Sacra o Monterrey.

Mira, otra cosa que no conocieron: Algueira. Su Merenzao está en mi particular Olimpo de los vinos.
Sin embargo, si pudieron probar Salneval o Ceo, los albariños marca Lidl de Condes de Albarei o Martin Codax, respectivamente.

Seguro que disfrutaron un montón.






* Fotos: de archivo en este blog.

martes, 21 de abril de 2015

Zapatitos de cristal

Hay algo intrínsecamente malo en los cuentos populares. En cada pequeña historia de nuestra infancia se insertaba siempre una especie de moralina anacrónica que, en no pocas ocasiones, chocaba con la lógica o simplemente con el sentido común. Son relatos para niños, lo se, pero la verdad es que resulta curioso. Una de esas historias, la de Cenicienta, la pobre huerfanita en manos de la malvada madrastra que se enamora del príncipe (azul, por supuesto) y, merced a que su pie encaja en un zapato de cristal, logra verificar su identidad y vivir feliz comiendo perdiz, es de las mas populares.

El zapato encaja o no encaja, esa es la moraleja. Tal vez los hinchados pies de una pobre Cenicienta, esclavizada en las labores del hogar por la madrastra, no hubieran encajado en el rígido cristal en un mundo real. A lo mejor esa es la moraleja, y no la evidente. A lo mejor, lo que dice el cuento es que no todo encaja en un zapato tan poco elástico como uno de cristal, aunque uno se empeñe.

Fevino es la feria del vino que la distribución en el norte de Galicia (en el área de A Coruña y Ferrol, tradicionalmente) ha celebrado desde hace años como modo para dar a conocer sus productos y, de paso, agasajar a sus mejores compradores, habitualmente en el mundo de la distribución, el catering y la hostelería tradicional a gran escala (bodas, banquetes, etc).
La primera vez que fui a Ferrol fue en 2009 y ya entonces me pareció que la cosa tenia defectos, y no pequeños. Fui en 2010, de nuevo, bajo las mismas premisas y de nuevo ayer, a un evento que lleva el mismo nombre pero que como epígrafe se auto-denomina "II Salón Internacional del Vino"
Ya no es una feria al uso, con stands por marcas o empresas, mucho montaje, despliegue y tal. Es mas un evento con ínfulas de ser conocido por la calidad de su producto sin aditivos externos, mesas corridas y todo el mundo en igualdad de condiciones. Además ahora, al contrario que en el pasado, las bodegas y no solo las mas grandes, tienen presencia con su productos, incluidos los elaboradores mas pequeños y (ojo al dato) actualmente mas deseados y valorados.


Y no es una mala manera de reconvertir lo que es, básicamente, un lugar donde "chuzarse" gratis a cuenta de aquellos a los que compras vino durante todo el año, para nada. Pero la verdad es que el resultado, la mezcla, de gente profesional, de catadores serios, gente con ánimo de conocer y celebrar, porqué no, y otro tipo de "cliente" que llega en micro bus acompañado de la parienta (o no....o de otra que no es, yo que se) se hace difícil de entender. La foto de la izquierda es de Fevino a las 17:15 de ayer. Feria de vino, tal cual. Aroma a mar por doquier, ¿no?.

Esto dejando a un lado lo positivo, que pasa por las mesas y la uniformidad general del conjunto, que democratiza y lo deja todo en manos del vino; el que está rico triunfa, el que no lo bebe quien lo bebe. Y fin.

Así que, a riesgo de parecer desconsiderado, diré que por ahora, en Galicia, el salón de los vinos auténticos, verdaderos y con raíz es y seguirá siendo "A Emoción dos Viños". Este si que es internacional (hay, cada vez mas, viticultores portugueses, vinos franceses y mas) y ni siquiera lo pone como subtitulo. Es, además, una cita realista, que se hace en un entorno único de verdad, que es lo que es (una reunión de amigos abierta al publico) y que ofrece lo que ofrece; sinceridad.

Y en la linea de la sinceridad, estos son los dos vinos que hoy recomiendo sin tapujos (y sin cobrar, claro). Son el Altares de Postmarcos de 2010 del grandísimo José Crusat y este Arcan de 2013 de Adega Pombal y que firman Dominique y Laura.

El primero es un albariño de Barbanza con 20 meses en deposito y que catamos en el marco del acto que Mariano Fisac hizo para Compostela Gastronómica. Es un vino tan particular que de raro resulta sorprendente. Es una pura y legítima demanda de atención hacia una forma de sentir el vino que va mucho mas allá de ganar dinero o de vender botellas y que se basa en querer que tu vino sea parte de ti, de tu casa, de tu familia, de tus raíces. No todos lo consiguen pero este me sorprendió como pocos en los últimos años.



El Arcan es también un albariño, en el otro lado del espectro positivo. Es parte de la herencia que dejan el Salnes y los vinos al borde del mar, tan salino que parece yodo embotellado (en mis recuerdos de infancia, es un albariño con aroma a "macizo", a saber; el olor del marisco de concha que se machaca para atraer a los calamares). Dos vinos que progresaran, y mucho, aún en botella.










Así culmina una nueva semana de pasión para algunos (la DO Rueda, por ejemplo) y para mi entre dolores y esfuerzos, entregado a la causa, a mi causa, y preguntándome de paso: si este Sant Yuste es verdejo 100% de Segovia y sabe a zarza, a anises y es directo y fresco en boca...que es lo que hacen en Rueda?




*Fotos: de mi autoría.



lunes, 13 de abril de 2015

El tren

Es curioso como todo tiende siempre a encajar.

Uno piensa en la de vueltas que dan algunas cosas para terminar llegando al punto del que salieron y se pregunta si ese esfuerzo baldío es útil o solo una perdida de tiempo. La semana ha tenido algo de esto y vale la pena analizarlo.

Por ejemplo, los del sindicato siguen dando que hablar. Tenía el mundo del vino de todo, buenos y malos, tontos y listos, ricos y pobres....faltaba un sindicato. No se sabe, como ya dije, si es del buen o del mal gusto, pero sindicato es porque así se hace llamar. No se cuando ni donde es la manifa, porque digo yo que como sindicato que son se manifestaran harán sentadas, encierros y esas cosas. Y además los harían con vino, que de eso se trata. 
No se tampoco a santo de que hace falta un sindicato. Mas parece otra cosa, no se, "coordinadora", "Sacacuartos" o "chiringuito" serían, quizá, mas atinados. Quien sabe.


Lo que sé es a que se dedican. Entre 800 y 1.000 € (ya hay rebajas, ojo) por un puesto en el futurible "salón de vinos radicales". Genial todo. Y habrá quien los pague, claro está. Cosa seria esto, que suscita preguntas, por ejemplo; ¿Cuantos se retratarán?. De esos cuantos, ¿alguno ES realmente radical, o solo en apariencia?. Y la mas importante ¿por qué?

Esta ultima cuestión me viene a la cabeza por algo que me dijo un elaborador amigo no hace mucho. Se preguntaba este hombre por la utilidad para su proyecto de según que ferias y me decía "yo no voy a ninguna. Bueno, a A Emoción dos Viños, pero eso no es una feria". Y no cuesta 800 €, añado. Ni 1.000. Cuesta 80. Y hay a quien le parece mucho... Hay. 

Así que, ¿por qué?. ¿Por qué habría de querer retratarme como viticultor en un evento que me identifica como parte del problema o, como poco, como ignorante total de la realidad?. No se trata de discutir el prestigio personal de nadie, se trata de analizar si ese prestigio y la forma de gestionarlo son, a día de hoy, beneficiosos o negativos para un proyecto. Yo creo que lo primero, pero habrá quien creerá que no. Que no. Que Peñín es poco menos que Moises con las tablas de la ley y que lo que toca se vuelve oro. Hay quien aún cree esto.


Yo creo, por ejemplo, en Eulogio Pomares. Creo en "El Palomar" y en "Tras da Viña". Cuando conocí este ultimo, allá por 2007, flipé. Literalmente. Albariño que no es, 30 meses en deposito de acero, aromas nuevos, respeto, devoción. Una barbaridad. Lo recuerdo como si fuera hoy. Ese albariño y la nula necesidad que tenía Eulogio Pomares de meterse en estos embolados. Ninguna.
Poneos en su lugar; cuarta generación de una bodega consolidadísima, emblema del Rías Baixas mas clásico. Viticultor formado en Burdeos, joven, con todo hecho. ¿Para que te lías?.

Y en una década, revolución. Albariño en deposito, en madera, viticultura sin herbicidas y sostenible, elaboraciones fuera de lo establecido en la zona y para rematarla, tintos de variedades autóctonas pero abandonadas. Es dinamitar desde dentro. Tal cual. Marat, dinamitando al "establishment" francés desde dentro. 



Lo mas complicado de casi todo esto suele ser entender el valor añadido que conlleva. No es posible expresar con palabras que es eso de la "Emoción" en los vinos. Podemos poner docenas de ejemplos y jamas nadie será participe de nuestra particular parte de emoción. No es transmisible, no es traspasable,  no se puede vender y no se puede alquilar. Es de cada uno y de cada quien. A mi me llega oliendo este Zárate "El Palomar" de 2013. Vino jovencísimo que debe aún pasar por preescolar, infantil, primaria y secundaria antes de empezar a decir cosas coherentes, pero de tal potencial que da miedo. Miedo a que desaparezca, miedo a que no quede, a que cuando lo recuerdes sea tarde. 

No admite comparación Zárate y, por ejemplo, Martín Codax. Lo siento. Seguro que en la cooperativa están encantados de conocerse y orgullosos de lo que hacen, seguro. Genial. Pero, con perdón, no.
No.

Así que, terminando de nuevo en el hilo por el que empezábamos, preguntando;  ¿para que voy a pagar 1.000 € por acudir a un evento donde "radical" puede ser, por ejemplo, un vino de Martín Codax?. En términos revolucionarios, ¿me interesa esa trinchera?.


A vueltas con esto, la DO Ribeira Sacra ha elegido recientemente cual es su trinchera y lo han hecho a lo grande. A Fernando "Algueira" tal vez le queden dudas, sobre todo porque es persona razonable y nada visceral, inteligente y mesurado. Pero si mañana La DOc Rioja le dice a Artadi que la uva del lugar es la tempranillo y que todo lo demás sobra en la etiqueta, Artadi se va. Se va antes de que se seque la tinta de la circular de la DO.
Fernando es mas razonable y a pesar de esto, decide quedarse. Aún cuando está claro que sin citarlo se refieren a el. Clarísimo. 

Entiendo que es duro llegar tarde al futuro. Es duro ver como lo que dabas por sentado no sirve a las generaciones futuras, que elaboran sus propias normas. Normas mas realistas, mas certeras a un tiempo nuevo y diferente. Lo entiendo. Ha pasado desde siempre, pero negar la realidad o poner puertas al campo nunca, jamas, ha evitado que las cosas cambiasen. Jamas.

Días 27 y 28 de Junio, A Emoción dos Viños en Tui, Pontevedra. Quinta edición. Lo siento Pepe, llegaste tarde....




* Fotos: de mi autoría 

lunes, 6 de abril de 2015

Luces de Abril

Mi idilio con la Costa del Sol nace de la luz. La primera vez que pisé Málaga, nada mas bajarme del avión, una luz desconocida me inundo. Para alguien nacido, criado y vivido en la Galicia profunda (costera pero profunda) ese nivel de luminosidad, esa calidez a una hora temprana (eran las once de la mañana) me resultaba desconocido. 

Descubrí después que ni de lejos la costa Andaluza era única en este tipo de luminosidad primaveral. Los que vamos en dirección contraria somos nosotros, pensé al volver a casa. Es curioso como la luz del sol influye en nuestro carácter y en nuestra forma de ver la vida. Algo así debe suceder en Rías Baixas y en otras zonas al sur de Galicia. La vida se ve diferente y por eso las decisiones, las estrategias son diferentes....digo yo.

Una serie de informaciones me han llevado a valorar de un modo mas profundo que está bien o que debería ser "lo correcto" a nivel "revolucionario" en ciertos apartados de la gestión que se lleva a cabo en el mundo del vino en esa DO, perdón, en esa zona geográfica mas bien. Hay que ser justos y dar la razón a quien la tiene; la DO Rías Baixas es una anormalidad historia. Ni es una, ni es uniforme ni se debe únicamente a una variedad. No. Aunque se empeñen.

Por otra parte, hay varios hechos que debemos dar por ciertos y que, a falta de quien los discuta con datos, son parte del modo de gestión y motivan las cruciales decisiones que se están tomando y que salen a la superficie estos días. Son tres:

1- Hay una cantidad indeterminada de vino (en miles o millones de litros) que reposa en los depósitos de los grandes grupos, las cooperativas y algunas bodegas. Este vino procede del superávit provocado por la cosecha de 2011 y la desfachatez de autorizar aquel año hasta 16.000 kilos por hectárea (límite máximo autorizado por la DO).

2- Esta cantidad indeterminada de vino provoca la salida al mercado de albariños a precios irrisorios que dan la sensación al sector de la distribución de que todo el monte es orégano y promueven una guerra de precios a escala. Algo remotamente similar a lo que pasa con la leche (remotamente, para entendernos).

3- En este contexto, es inviable hablar de una subida del precio de la uva en los próximos dos o tres años. Bueno, es inviable si uno es razonable. Si no, pues nada. Allá cada quien. 

Por tanto, la realidad está llevando a terrenos difíciles de explicar en un post sin meterse en un lío.  Pero, como los charcos están para meterse en ellos, adelante, metámonos. Pondré un ejemplo.

Digamos que tengo un viñedo viejo de albariño. Una hectárea. Aquí, en ese viñedo inventado, yo suelo vendimiar, de media, entre 6.000 y 9.000  kilos. Son viñas viejas (entre 40 y 60 años) y su nivel de producción es el que es, pero de una calidad aplastante. La viticultura se hace con respeto, pero por circunstancias quiero alquilarlo. ¿Que precios podría manejar?. Bueno, la libertad es absoluta, pero en función de mis rangos de vendimia, pedir entre siete y ocho mil euros podría ser razonable. Esto nos deja un precio de alrededor de 1,14€/Kilo. Teniendo en cuenta que no voy a gastar nada en la viña, que la viticultura y la vendimia la harán otros y la calidad supuesta de mi viñedo, podríamos incluso discutir que el precio bajase hasta los 0,90€/Kilo. En un año malo me llevo unos 6.000. Hasta aquí las cuentas de la vieja.

La realidad dice que por un terreno de esas características se piden hasta 15.000 euros en alquiler, que  hay quien está dispuesto a pagarlos y que es muy difícil que lleguemos a ver nunca ese viñedo embotellado por separado y sin formar parte del "tótum revolútum" de cualquier cooperativa. Y la pregunta es clara, ¿Por qué?

La respuesta es también clara. Mejorante. Cuando uno embotella, por ejemplo, a 5 € para el Lidl debe mejorar millones de litros y debe hacerlo básicamente para evitar que lo que ya de por si es un mal vino se convierta en uno infumable. Alquilar esa viña, teniendo cierto grado de garantía en su viticultura, garantiza también (entre comillas) que lo que uno hace va a estar mejor que la media. Que va a subir esa media, de hecho. Solo así se explica pagar por la uva mas de lo que paga la mayoría para, al final, mezclar lo que cuesta esa uva con otras infinitamente mas baratas y peores.

En 2013, el precio medio de la uva en Rías Baixas se movió entre los 0,75 y los 1,30 €/kilo. Así las cosas, es muy difícil, por no decir imposible, que los vaticinios de las autoridades se hagan realidad antes de una década. Primero, deshacerse de lo que hay, luego, pagar lo que en realidad debería  costar la uva.

Y es por esto por lo que pasa todo lo demás. Cuando uno coge una azada, sube monte arriba y se pone a limpiar malas hierbas. Cuando uno se pasa días enteros podando, atando y revisando la viña, con lluvia, con frío o con calor. Cuando uno batalla con el oídio, el mildiu y compañía sin mas armas que el sulfato de cobre (o nada). Cuando uno se dobla o estira a vendimiar a mano no le gusta un carajo que le paguen por el kilo de uva un euro o menos. Porque vendimiar 6.000 kilos de uva cuesta un huevo, mano de obra y demás y seis mil euros no llega ni para empezar (impuestos a parte). 
Es mucho mas razonable hacer todo eso, elaborar como buenamente se pueda y vender el producto de tu trabajo por unos cinco euros la botella. Donde va a parar.

Y así es como se sustancia un problema y al mismo tiempo una solución. 

Hay en Rías Baixas la friolera de 6.031 viticultores ¡para solo 172 bodegas¡. Y de esas 172, solo 6 producen mas de medio millón de litros. Sin embargo, 116 producen 50.000 litros o menos y nada menos que 35¡ no producen mas de 5.000. Vivir de vender escasamente 6.000 botellas. Y creciendo 

Si asumimos que esas 35 bodegas nunca venderían  su uva por mucho mas de 1,50€/kilo es lógico que valga la pena asumir el riesgo de elaborar para tratar de vender tu producción a un precio medio entre los 3,60 y los 5,40 €/botella (en bodega). Arriesgado, pero lógico.

Los que me leen habitualmente se preguntarán; oye, ¿a que viene todo esto?. La respuesta es sencilla. Todas las revoluciones tiene cifras. El coste del pan en la Francia del XVIII, los costes del carbón en Alemania antes de la II Guerra Mundial y entre guerras, el precio del petróleo antes de la invasión de Irak en el 91. Las revoluciones son siempre por algo que tiene relación directa o bien con el dinero o bien con la demografía. O bien con ambas cosas. La razón de la revolución del vino parte del hecho económico de que sea mas rentable hacer buen vino que vender uva para que se haga malo. Todo lo demás es marketing. 

Y vale la pena saberlo. 

La luz de Abril suele ser inspiradora para muchas cosas. Una de ellas es la pintura y Degas o Denis Belgrano, pintor malagueño de finales del XIV y principios del XX fueron grandes pintores de primavera. Gente inspirada por una luz distinta que inició revoluciones, pintó la realidad o asumió simplemente que los tiempos cambian, se quiera o no se quiera, para dejar atrás lo establecido y empezar un tiempo nuevo.

Aunque no se quiera. Aunque se empeñen.  







* Fotos: Blog arteprivadoyinmuebles.blogspot.com.es, Wikipedia y de este blog.