jueves, 26 de marzo de 2009

¿Parker?.... ¿Who is Parker?...

Con este titulo, con esta frase, habría contestado, en la lengua materna del susodicho, cualquier paisano de cualquier bodega de la DO Rias Baixas, a la vista de que el tal Parker paso por sus bodegas, probo sus vinos, y ninguno de ellos lo supo ni fue consciente.

El error pasa por el hecho de que quien realmente si paso semanas por Galicia adelante fue un tal Jay Miller, que trabaja para la publicación que fundo y dirige el susodicho, y que hoy motiva un muy bonito articulo de Miguel Vila Colineta en su blog.

Yo no quiero hablar tanto de este "don de la ubicuidad" del susodicho "guru" como del hecho de que, de los vinos escogidos, la mayoría probablemente no tomásemos ni siquiera una botella. No de todos, ojo, que gustos hay para llenar varias veces la fosa de las Marianas, pero si de muchos de ellos. Al menos a mi me pasa.


Según una nota de prensa que hoy se ha encargado de difundir la propia DO, (paso a reproducir) "Parker destaca de los Rías Baixas «su buena acidez subyacente y una rica sensación en el paladar». También, «su textura no muy diferente de la de un Condrieu de gran añada». Todos los albariños catados corresponden a la cosecha del 2007 y, entre ellos, podemos ver algunos que llevan años figurando en esta lista. Es el caso del Pazo de Señoráns, que vuelve a ser el mejor valorado, con 92 puntos. A continuación, figura el Lagar de Costa, con solo un punto menos. Otros ocho caldos se sitúan en la barrera de los noventa puntos. Son Mar de Frades, Eidos do Padriñán, Morgadío, Fillaboa, Burgáns, Finca de Arantei, Pazos Galegos y Valdamor.
Cinco caldos más (Gran Vinum, Fillaboa, Maior de Mendoza, Orballo y Pazo de San Mauro) obtienen 89 puntos, mientras que once más se quedan con 88. Para terminar, seis de los restantes logran 87 puntos, uno 86 y los dos últimos, 85. Se trata, en todo caso, de valoraciones sobresalientes para vinos blancos sin crianza, según explican en Rías Baixas."


No dudo del gusto de este señor, que será muy aplaudido y tal, pero ¿Fillaboa?, ¿Mar de Frades?, ¿Burgans?.... Repito que para gustos colores y etc,etc, pero el hecho cierto de que sean, la mayoría no todas, de las bodegas elegidas las de mayor producción (Burgans, sin ir mas lejos, pertenece a Martín Codax) da una idea de cual es la "vara de medir" de la publicación americana. Aquellas bodegas que no pueden permitirse acudir al mercado americano, que exige volúmenes enormes de vino para hacer viable y necesaria una entrada en el mismo, no aparecen por ningún lado.

No digo que este mal que se considere mejor este que el otro, o que si 91 puntos, o 87 o lo que sea, no. Digo que la lista debería llevar por nombre "Lista Parker de los mejores vinos que si pueden y les interesa entrar en el mercado americano".

Queda largo, pero es mas realista. Al menos para mi

miércoles, 25 de marzo de 2009

Marques de Griñon en su salsa.

Este martes noche acudimos a la cata profesional de los vinos del Marques de Griñón en Compostela, en A Viña de Xavi, espacio al que ya me he referido y que en mi modesta opinión sigue siendo uno de los baluartes que de la nueva corriente del vino en Galicia hacían falta como referentes. Lugar especial para quien guste del vino, nos sirvió ayer para una breve charla introductoria y para pasar a probar los siete vinos y un aceite que la distribuidora de estos vinos en Galicia sometió al criterio de un pequeño grupo de profesionales y amateurs de la provincia.


De abajo hacia arriba. Empezamos con el aceite, una mezcla de Picual y Arbequina, del que solo diré que merece una cata propia, y no puesto con calzador entre vinos tintos. Así que en "senso estricto" la cata comenzo por el mas bajo de los vinos de esta bodega con DO propia (Dominio de Valdepusa), y que es el denominado Caliza de 2005. Coupage de Sirah y Petit Verdot, 15º y que paso sin pena ni gloria, fresco, joven en exceso y "achispado", pero carente de toda regularidad.
Saltamos así sin mas a uno de los esperados, el único de los vinos no perteneciente a la DO de la bodega, sino a la de los Vinos de la Tierra de Madrid, El Rincón de 2004. Aunque tardó en mostrar algo de aquello que ha hecho que se hable bastante bien de el, después de un rato en copa, comenzo a verse algo de esa clase y de esa Garnacha con Shirah, tierra, notas de bosque y grosella y muy asentado. Fácil en boca, aunque como digo algo "lento" de mas en mostrarse y falto de botella.


El Summa Varietalis de 04 fue para mi uno de los mas actualizados en la copa. Vino, complejo, abierto y sedoso que no te deja indiferente, muy bien estructurado y sin aristas inadecuadas. Coupage de tres uvas (Cabernet Sauvignon, Petit Verdot y Syrah). En este caso, también necesitado de mas reposo en el cristal, fue sin embargo muy consecuente con su fama y con su precio. Uno de los mejores de la noche para mi.
No puedo calificar otro de los vinos expuestos, el monovarietal de Cabernet Sauvignon de 2003, porque otros asuntos me desplazaron de la mesa. Por lo comentado por el resto de los presentes, fue un buen Cabernet, para algunos excelentes, pero no puedo dar mi opinión al respecto.
Si la puedo ofrecer sobre el monovarietal de Syrah de 2004. Un muy buen vino, que pecó de recio y que no me termino de convencer, aunque a alguno de mis compañeros de cata les pareció fantástico. Es sabido mi mayor gusto por vinos mas frutales, mas subidos de extracción sin llegar al exceso, pero al tiempo menos "saltarines" y atrevidos. Este cumple, creo yo, mas con esos parámetros y a lo mejor por ello no termino de convencerme. Demasiada soberbia en este vino a mi entender. Y la syrah en solitario, que no termino de encontrarle el punto yo...


Íbamos tocando a retirada con los dos últimos vinos y en mi humilde opinión de lo mejor de la cata. Primero el Petit Verdot de 2004, vino para mi referente de lo que se hace bien con esta uva. Mineral, balsámico, de sensaciones a monte y a especias (orégano sobre todo) tiene uno de los pasos por boca mejores que yo haya visto. Un vino que invita a seguir y seguir sin que se muestren las consecuencias ni en boca ni en nariz. Me gusta mucho vamos.
Otro que también me encanto, aunque este si que nunca se me había presentado fue el que puso la guinda a la cata, el Emeritus de 2004. Partiendo de la base de que como coupage de las uvas de la finca es mejor que el Summa, en esta ocasión creo que su zenit esta lejos de producirse. Necesita mucha botella, pero que mucha, aunque la promesa de lo que será se presenta clara y fuerte. Brutal en nariz, abierto a todo pero, como digo, sin terminar de ofrecer nada en exceso, equilibrio puro... un muy buen vino. Veremos haber...

Estos fueron los alicientes de un buena noche que termino con otra prueba "off topic", la del Leirana de 2006, albariño rico, sencillo y accesible pero del que esperaba algo mas después de leer que se trataba casi que de un hito en la historia futura de la DO Rías Baixas. Creo que esta muy rico, pero Zárate "El Palomar" le pilla aun lejos... lejos también en precio, pues el Leirana es unos 8 euros mas barato.

Buena compañía del "todo Compostela" gastronómico con marcadas ausencias de quien, seguramente, tiene poco interés por su carta de vinos. Pero esa es otra historia...

lunes, 23 de marzo de 2009

London is good.

No conocía la ciudad pero en cierta forma mi impresión de ella a mejorado. Creía que se trataba de un lugar caótico al extremo, de muy pequeños espacios y mal organizado urbanisticamente y me he encontrado con una ciudad densa, si, pero de organización escrupulosa, al menos en el centro. Esperaba unos ciudadanos mal encarados y, en roman paladino, estúpidos, y me encuentro una gente de poca paciencia pero dispuesta siempre a aguantar una comunicación compleja con alguien como yo, que ni papa de ingles, pero dispuesto a hacerse entender. Y en escasamente 24 horas repartidas en una tarde y 17 frenéticas horas de un sábado, esta es mi impresión tras visitar Londres por primera vez.


Mi principal expedición del Viernes tarde se basaba en visitar un templo de la venta de vino en Europa. Berry Bros. & Rudd es una tienda histórica y actualmente un grupo comercial poderoso y extenso. La tienda fue fundada en 1698 y desde entonces permanece abierta sin interrupción, situada en la misma dirección de la St. James`s Street, en el numero 3, a la puerta casi de la residencia oficial del Príncipe de Gales. Además, el negocio sigue en manos de la misma familia desde entonces. Actualmente manejan mas de 5000 referencias de vinos de todo el mundo y de las que en esta tienda solo se encuentra una ínfima parte. El grupo incluye el patrocinio, embotellado o comercialización de varios whiskys, ginebras, cognacs y Armagnacs. Son proveedores de la casa real y de varios de los principales restaurantes de Londres y de todo el país.

Así entro en este lugar, donde me atendió, después de presentarme como un humildísimo gerente español de una minúscula, en comparación, tienda en el norte del país, uno de los vendedores de la casa, Francis Huicq, con quien en mi macarrónico ingles, y con un importante espíritu de comprensión por parte de este señor, me comunique como para conocer todo lo que os cuento mas arriba. Un buen sitio y buenos profesionales.


De aquí a Picadilly, Trafalgar Square (en la foto la estatua de Nelson) y un par de apreciaciones para quien no haya aun viajado. El Metro es carísimo, cuatro libras el viaje, vale la pena con mucho cogerse el bono todo el día (5.60 libras) y sobre comer; un servidor es muy de comer en la calle, de probar lo que se ofrece de puertas afuera, de economizar porque mis finanzas son un desastre y de solo sentarme en un local cuando lo tengo muy claro. En esta ocasión me senté mas de lo que quisiera, dos cenas para ser exactos, y una fue de cal y la otra de arena. Pero de todos modos, Londres es un enorme bazar de oferta gastronómica multicultural, para todos los bolsillos y gustos.


Por apuntar algo mas diré que la mayor sorpresa en lo agradable me la lleve con la visita a Notting Hill, un monumental mercado, un hermoso lugar, colorista y divertido, donde me quede subyugado desde por los anticuarios de Portobello Road hasta por el mercado de frutas y verduras, mas comida en la calle y pescado de las calles siguientes. Visita mas que recomendable también en mi opinión, a pesar de estar atestado de españoles "puenteando" como yo mismo.

Una visita que me deja sensaciones mas dulces que agrias y me invita a repetir en algunos años, con mas tiempo y de forma mas detallada, pero sabiendo ya donde quiero ir o al menos que quiero conocer mas a fondo. Vamos, que London is Good, que diría aquel...

lunes, 16 de marzo de 2009

Cinco platos, cinco vinos...

Así, como se titula este post, es como se denomino una cena a la que acudí en Muros, en Lusco&Fusco, un local del que ya hable en su día, por lo interesante de la apuesta y por lo rico de alguno de los platos. En esta ocasión íbamos a menú cerrado, 40 personas, para un evento donde se nos ofreció una propuesta de maridaje de cinco platos con cinco vinos muy distintos.


La cosa empezó con este Carpaccio de Langostinos, cebolla caramelizada y fruta de la pasión. Buen principio sin mas (tampoco creo que se persiguiese otra cosa). A mi estas texturas no dejan de resultarme curiosas porque pienso ¿habrá a quien le guste esto?. Seguro que es así, a mi no me convencen pero se aprueba el esfuerzo por innovar. El Maridaje nos lo ofrecieron con un Juve&Camps Rosé, Pinot Noir bien elaborada y que fue lo mejor del matrimonio para mi.


Seguimos la noche con uno de los éxitos para mi de la noche, una Crema de Calabaza y Naranja con Bacalao confitado y aceite de hierbas. Plato rico, rico, suave la crema, muy fina, bacalao de gran calidad, consistente y colocado en finas lascas sobre la crema, a la que daba el toque mas exótico el aceite de hierbas, aromático. Lo flojo fue el vino que lo acompaño, un San Clodio de 2007, Ribeiro de escasa potencia en nariz, si con fruta, vale, pero sin mas aditamentos, y seco en boca en exceso, al menos para mis gustos, mas hechos a otro tipo de cuerpo y paso menos agresivo en un blanco. Se bebe, ojo, pero esperaba muchísimo mas.


Pasamos de aquí a otro de los platos que mas me gustaron. Se trato de un plato de Verduras asadas y reposadas sobre un terciopelo de San Simón, Pulpo atemperado a la parrilla y aromáticos. Gran conjunción entre las verduras "baby" y el pulpo, jugoso y nada gomoso a pesar de la preparación, a su temperatura en consonancia con el resto de elementos del plato. Ojo, por cierto, a la crema de queso San Simón, muy lograda y suave. El Maridaje se lo llevo un albariño del que ya he hablado a veces y que esta empezando a ponerse de miedo. Fue el Sin Palabras de 2007, que mejora mes a mes y que estuvo a la altura en todo momento.

Aquí, sin foto, venia otro plato mas que interesante. Fue un Rape a la plancha sobre arroz negro de Chopitos, un plato de consistencia donde predominaba el sabor a mar del Rape (bien cogido el punto) pero con la persistencia del arroz en tinta de calamar, de chopitos en este caso, también mezclados entre el arroz. Buena propuesta que se sirvió con un tinto, el Emilio Valerio de 2005, del que ya he hablado sobradamente y sobre el que no voy a insistir.


Terminamos la comida pues con una carne, una Presa de Cerdo Ibérico, ravioli de Calabacin y terciopelo de Pera. Dejando a un lado el Ravioli, muy fuerte el queso de cabra que contenía para mi gusto, la Presa ibérica empieza a ser un clásico que, siendo sencillo de preparara a priori, pone en problemas al mas pintado. No es el caso, porque esta estaba muy bien, pero después de tres pruebas de esta carne muy diferentes en escasamente un mes y medio puedo decir que cada pieza es un mundo y cada cocinero ...dos.
Este plato se marido con un Rioja, Marques de Teran de 2006, que no hizo mucho mas que estar presente. El peor de los cinco.

Postres, cafés, buena compañía y agua pusieron remate al evento, que salia a 30 euros por cabeza.

Si repiten, aviso.

jueves, 12 de marzo de 2009

FEVINO y la saturación (y II)

Como dije el pasado martes, la tarde de nuestra visita a FEVINO fue la dedicada a los tintos. Unos ocho vinos fueron los probados y de entre ellos voy a comentar mis sensaciones sobre cinco de ellos, aunque antes quiero dar una visión general del, para mi, principal problema en el mundo del vino en Galicia.


A pesar de cinco denominaciones de origen, dos de ellas consagradas casi al 75% a la producción de uvas tintas (Ribeira Sacra y Valdeorras) y con un tanto por ciento cercano de este tipo de vino en Monterrei, incluso con nuevas intentonas de vinos tintos de uva autóctona en Rias Baixas y o Ribeiro, la inmensa mayoría, la casi totalidad de los tintos ofrecidos en la feria por las distribuidoras presentes eran Riojas y Riberas del Duero, y de lo poco que no pertenecía a estas DO`s lo hacia a otras como Jumilla, Cariñena o Toro. Con esto no digo, ojo, que debiera ser al contrario, pero ni por calidad general, ni por estilo bien definido ni por precio existen argumentos para que esto sea así. Es, creo yo, una perversión del mercado alentada por estas mismas macro-distribuidoras, mas interesadas en regalar merchandising, visitas a bodegas con "anexos" y tortilla que en que se beban buenos vinos a buen precio.

Después de la habitual pataleta, los vinos. Empezamos la tarde con un Ribera del Duero, Requiem de 2005. Clásico a morir pero con un paso por boca nada habitual, nada seco, agradecido incluso después de un rato del vino en la copa. Lo peor el precio, que lo volvía prescindible.
Seguimos con una leve mejora al probar los nuevos Baigorri, el de Garaje de 2005, muy acentuada la fruta, bien conjuntada la madera y equilibrado en general. A estos vinos (no precisamente a este, pero si a sus hermanos pequeños) los tengo encuadrados en eso que llamo yo, "vinos honrados", a saber; no te deparan alegrías inmensas ni goces sensoriales inolvidables pero acompañan sin molestar, que ultimamente en la Rioja es de agradecer.


La cosa siguió "increcendo" (no es ironía eh¡) con un vino hecho, al parecer, solo para la feria, y que además de gustarme me pone de mal humor. Resulta que, según al menos quien lo quería vender, Carmelo Rodero hizo unas cuantas botellas de un tinto al que denominaron Carmelo Rodero TSM de 2005. Para empezar todo esto es mentira. Este vino figura desde hace tiempo en la cartera de vinos de la bodega como una apuesta personal de la casa, si, pero nada mas. Es un tinto fragante, a base de Tempranillo claro, pero con una adición de Cabernet Sauvignon y Merlot que lo equilibra, lo despoja del clásico maderazo (15 meses de madera tiene la criatura) y lo vuelve agradable e incluso goloso al paladar. Mi cabreo viene por pensar que, costando unos 40 euros (excesivo a mi entender) ¿porque la casa no pone el mismo esmero en toda su producción?. Vale que se haga mayor cantidad, que las crianzas sean menores, que se estructure la vendimia de otro modo, lo que sea, pero ¿porque los vinos mas asequibles de la marca están a tantos años/luz de este vino?. En fin, mis cuitas habituales, sigamos.

Ya llegando al final se produjo nuestro encuentro con el enólogo-estrella del día, Miguel Ángel de Gregorio, hombre de apariencia bastante mas campechana que de lo que se indica en la prensa especializada y que nos atendió con rigor y, incluso, con cariño, a pesar de verse claramente que nuestro grupo parecía a esas alturas mas una banda de "asaltantes de stand" (dicho desde el mayor de los cariños por supuesto) que de grandes consumidores de palets y palets de vino. Pero de allí probamos el Allende de 05, vino correcto y accesible, fruta conjuntada y frescor en nariz, sobrio y elegante en boca pero que no me pareció demasiado inspirado y el infinitamente mejor, pero también inmensamente caro, Aurus de 2005. Vuelvo a la misma pregunta, en este caso con mayor motivo ¿porque el Allende se parece tan poco al Aurus?.

No pude hacerle al propio Miguel Ángel de Gregorio esta pregunta (ni soy de ese estilo ni eran horas) pero me queda la duda de que el esfuerzo que se demuestra en un vino se escatima en el otro.

La cosa finalizo en el stand de unos buenos amigos, donde probamos un Rioja por el que siento cierta debilidad, de los pocos mas francos y abiertos, en sus virtudes y defectos que he probado. El Luberry Cepas Viejas de 2005 me pareció un buen vino, como algunos de sus hermanos (el maceración carbónica de esta casa me parece de lo mejor en calidad-precio que se produce en la Rioja). Un vino sereno, abierto, con notas a fruta madura y acidez bien equilibrada, suave y de fácil trago, que invita a beber.

Un vino sin aristas con el que se puso colofón a la parte seria del asunto (haber, seria seria...) y donde rematamos una feria que me deja sensaciones contrapuestas, futuro en los blancos si se dejan de lado ciertas practicas vergonzosas en Rías Baixas y Ribeiro, y monotonía en los tintos, ausencia de los buenos vinos de la mencia de Valdeorras y Ribeira Sacra (o escasísima presencia) y la sensación de invasión que cada vez que acudo a uno de estos eventos me dispensan las grandes distribuidoras de vinos prescindibles (en este caso, la mayoría).

martes, 10 de marzo de 2009

FEVINO y la saturación.

Ya hemos hablado de esto de la saturación en alguna ocasión e hizo un fantástico post sobre el asunto Sibaritastur en su blog, pero ayer, de nuevo, otra larga jornada de prueba y repetición en la Feria del Vino del Noroeste FEVINO en Ferrol.

Más de 15 vinos en un día son demasiados, sobre todo si mezclamos blancos, cavas y tintos. Además, en el caso concreto de los Rías Baixas (léase albariño) a mi me empieza a ofuscar una sensación de hartazgo que solo se vio rota por una novedad que, en mi modestísima opinión como siempre, va a llamar mucho la atención este año. Pero vayamos por partes;


La feria en si adolece, a mi entender, de varias cosas para llegar a ser un referente real del sector vinícola en Galicia, a nivel de relación entre quien hace el vino y quien lo debe vender (canal HORECA). Me refiero a que se trata más de la feria de las grandes distribuidoras del norte de Galicia en vez de la de las Bodegas del sur. El espacio esta principalmente ocupado por los grandes distribuidores gallegos, sobre todo, y lógicamente, del área de Ferrol y Coruña. Esto no esta ni bien ni mal pero así se duplican vinos y se nota la ausencia de otros. Además, el carácter más territorial de la feria desaparece diluido en la habitual masa de Riojas y Riberas del Duero. Las bodegas de las cinco denominaciones gallegas merecerían una feria propia, pienso yo, con un carácter claro de difusión nacional e internacional del buen vino que por aquí se produce. Hasta aquí la realidad comercial. Ahora el vino.

Probé con conocimiento de causa (fui en grupo con otras personas y mis preferencias no siempre coincidieron con la mayoría como es lógico) 13 vinos y por la inercia del grupo otros siete. Como siempre, de aquello que no me dijo nada de nada o que me pareció directamente imposible para mi no voy a hablar. Del resto, esto se probó con este resultado, incluidas varias recatas de cosas ya conocidas.


Abrimos la marcha con el Milesimé de Juve&Camps de 2006. Rico este cava, un punto mas suave y accesible para mi maltrecho paladar que el reserva de la familia y en mi opinión uno de los mejores cavas comerciales que se hacen. Todo mas o menos encaja dentro de el, aunque falte la emoción de otros (y también el precio ojo). Buen principio.
Seguimos con un vino que el grupo tenía mucho interés en conocer, más por su hermano mayor, el Louro do Bolo de 2007. Godello que a mi particularmente no me termina de parecer tan excepcional como para costar el doble que otros, aun no siendo excepcionalmente caro. Florido, si, afrutado, si, equilibrado, si, pero sin la chispa que se supone al numero dos del Top supuesto en precio y categoría de Valdeorras. Buen vino sin más.


La mañana fue de blancos así que seguimos recatando (se lo debía a Ramón además) el Sin Palabras de 2007. Albariño de Vila de Cruces, fresco a rabiar, afrutado por supuesto y de acidez bien contenida pero presente. Es una de las mejores opciones en su línea de calidad-precio y además es de los que en su día decidió la salida en Septiembre. Y si, poco, pero mejora en botella. Se equilibra, se asienta. Vamos que me gusta. Ya allí situados Ramón nos dio a probar a la niña bonita de la casa, el CastroBrey de 2007. Un albariño de cepas inmemoriales (mas de cien años al parecer) que se habrían librado de la filoxera. Se notan matices de buen Albariño pero la prisa y la bajísima temperatura a la que estaba no permitieron definir mejor los matices. Merecerá ser reprobado en un futuro.

Aquí nos cambiamos al stand de Antonio Torrado para conocer la última novedad de Robus (Attis) en la que tenia grandes expectativas que no se vieron defraudadas. El enésimo intento de albariño en madera, para mi, cumplió. Albariño al estilo Attis, este Nana es ligero pero con presencia en nariz y en boca, carnoso, untuoso, con notas de vainilla pero muy ligeras en nariz que acompañaban al frescor de la uva y que a mi al menos me parecieron muy bien integradas en el conjunto. Sensaciones parecidas, aunque con matices para mi, a las que tuve con el Zárate "El Palomar" en su día. Detalles de gran vino que merecerán un prueba en mi casa en un futuro no muy lejano. Para mí de lo mejor en la feria en blancos.

Por seguir en Galicia y saltándome un Care Chardonnay de 2008 con un algo de Viognier que no paso de ser un zumo de frutas, la mar de saltarín e intenso en nariz (fuegos artificiales, como dice un buen amigo) pero sin mayor interés nos paramos en la finca que se sitúa al lado de la del ínclito Emilio Rojo, Manuel Rojo de 2007, donde la Treixadura aparece fresca y fragante pero con notas subidas a levadura de pan que a mi al menos me atascan cuando son mas protagonistas que las de fruta en un vino blanco gallego. Correcto sin más, veremos en el futuro.

Coto de Gomariz de 2007 si fue mas llamativo. Treixadura, Albariño y Loureira son las uvas que figuran en su contraetiqueta como miembros de su composición pero por lo expuesto allí por sus autores, un tanto por ciento conjuga otras cuatro o cinco uvas autóctonos en medidas diversas y prácticamente testimoniales. El resultado es una explosión floral en nariz, con recuerdos de casi todo lo que os podáis imaginar, que después defrauda en boca, aunque se presente muy bien conjugado. Vino interesante por su RCP y por esa característica de riqueza olfativa más que por un cuerpo solvente.


Hasta aquí la mañana. Después, buena comida en un local que quiero indicar por el fantástico trato que nos dispensaron al grupo y por lo bien que comimos. Es Casa Pena en Moeche, a unos 20 minutos de Ferrol y a donde se llega sin demasiados problemas con unas simples indicaciones. Probamos de todo, desde la empanada de Zamburiñas de la casa, muy renombrada, hasta un Foie fresco a la plancha que nunca había probado (solo llegue al micuit) pasando por una buena cecina y un interesante revuelto. La estrella del lugar es la carne de vaca y buey y yo me comí un solomillo de este ultimo, muy rico, aunque mejor la vaca "a pedra" que escogió la mayoría. Postres ricos y variados, digestivos y demás finalizaron la primera parte del día. De la segunda hablare mas adelante, porque la tarde fue de tintos y aquí si que quedo patente lo lejos que se encuentra mi particular gusto del del común de los mortales. Pero eso, mas adelante...

viernes, 6 de marzo de 2009

El Enólogo Inmisericorde.

Al llegar al pie de la viña sintió una extraña y curiosa sensación. Eran muchos los años transcurridos, muchas las vivencias fuera de aquel lugar. Pero al tiempo los recuerdos de tanto sufrimiento, de tanto dolor y decepción en aquella tierra se agolpaban en su frente. "Nunca salí de este lugar sin llorar antes" dijo, dirigiéndose a su mujer y a sus amigos.

Ahora, los años no lo habían perdonado ni a el ni a aquellas viejas cepas de mencia. Observo las escasa trescientas plantas ya con los ojos del técnico. "Allí hay una zona de muerte" musito. Unas pocas cepas aparecían al fondo de la hondonada practicamente troncales, sin rama alguna que recordase su antiguo esplendor, negras mas que la misma tierra mojada sobre la que se asentaban - Si, estas ya han muerto- contó - Quince menos, no importa- dijo.


Caminó por los surcos bien marcados entre las filas de plantas, ahora en cuclillas aquí, ahora encorvado sobre esta, y después de un rato volvió al punto de origen al pie del terreno donde Carlos y los demás lo esperaban. - Vamos a empezar desde aquí, planta por planta, quiero que antes de cortar, sino lo veis claro, me llaméis y yo acudiré a vuestro lado rápidamente. No quiero que eliminéis ninguna yema de las que veáis mejores sin decírmelo ¿esta claro? - Todos dijeron que si. Carlos pregunto - ¿Y cuantas piensas dejar?. El bajo la cabeza, cruzo los brazos y empezó a realizar ese leve balanceo que solía ofrecer con su cuerpo cuando era mucha la tensión en su cabeza.. - No mas de seis por planta - Carlos arqueo las cejas -¿Solo?- dijo - Si, solo. Antes de que las perdone deberan ofrecerme lo mejor que tengan. Solo seis por planta. Adelante -

Y así dio comienzo la poda de una de las cosechas mas profundamente meditadas que se recordaban en aquel lugar. La cosecha de una persona que llevaba mas de 20 años planeando cual sería su venganza contra aquellas cepas y contra sus hijos, las uvas y el vino que de ellas saldria.

Pero esa, será otra historia...

martes, 3 de marzo de 2009

El Laberinto Rias Baixas.

Me piden que hable de la DO por antonomasia en Galicia en lo que a blancos se refiere y la única conocida y con prestigio propio desde hace décadas fuera de nuestras fronteras. Y aun creyendo que en demasiadas ocasiones estoy mas guapo callado y que esta debería ser una de esas ocasiones, me temo que una vez mas voy a dar gratuitamente mi opinión sobre los demonios que acucian a esta denominación y que nos llevan a algunos por el camino de la amargura y los malos blancos de albariño.

Una cosa es cierta y es que la producción en número de botellas de la DO ha ido en aumento de modo, en mi opinión, exagerado, den los últimos cinco años. Mientras en el año 99 se cosecharon algo más de once millones de quilos en 2006 fueron 28 millones. Solo un año especialmente malo como 2007, por causas climáticas hizo caer esa cantidad en 2007 (17.709.572 Kg) pero en ningún caso se trato de un trabajo "riguroso" en aras a una mejora de la calidad o a una selección mas escrupulosa que disminuyese la producción. Para nada.

Mientras en el año 99 se exportaban algo mas de cuatro cientos mil litros en 2006 fueron más de dos millones de litros. Mientras en 1999 se vendieron algo más de cuatro millones de litros en 2006 fueron casi 15 millones.

Se, y estoy en parte de acuerdo, que el aumento en la producción no tiene porque ir asociado a una disminución de la calidad, para nada. Dos nuevas zonas de cultivo fueron incorporadas a la denominación en los años 1996 y 2000. Por este motivo, y porque otras subzonas comenzaron a producir durante esta década, la producción de vino se ha incrementado de forma considerable. Pero donde en Francia la media de producción no pasa demasiado de los 8.500 Kg/Ha en Rías Baixas supera los 11.000Kg/ha...

Sobre la superficie de la DO el baile de cifras es importante según la fuente que se consulte. Pero por aportar uno, la finca de 60 hectáreas de Terras Gauda consiguió ofrecer al mercado más de 750.000 botellas de su vino básico. No cuento ni las de Abadía de San Campio ni las del famoso Etiqueta Negra (39€ en Vinissimus). ¿Debo fiarme de este vino? Si, es un sabor muy cordial, cotidiano, entra fácil cuando se sirve muy frío y podría resultar (el básico) hasta económico pero... ¿debería fiarme?. Terras Gauda anunciaba a bombo y platillo el verano pasado como, en colaboración con el CSIC había culminado la elaboración de la levadura artificial de Albariño que, en palabras textuales, "solucionara por fin todos cuantos defectos se puedan presentar a la hora de vinificar esta uva". Vale...

Sigamos hablando de confianza. En Mayo de 2007 Marisol Bueno (Pazo Señorans) abandono la presidencia del consejo regulador de la DO Rías Baixas diciendo que "Nos parece bien que las grandes fortunas compren bodegas. Significa que es un negocio con caché y que da prestigio al inversor". También dijo que estaba cansada después de 21 años al frente de la DO y que esperaba que la cosa no se estropease con su marcha. La sustituyo un técnico como presidente, José Ramón Meiriños y, atención, Gerardo Méndez (Albariño do Ferreiro) como vicepresidente. Y la llegada de estos dos señores vio la salida al mercado de un grupo de albariños con envejecimiento en depósito de acero y otros con envejecimiento en madera. Pura coincidencia, eran vinos que se comenzaron a vinificar mucho antes de la salida de la anterior ejecutiva, antes del cambio de gobierno de hace cuatro años en Galicia... pero salieron ahora, no antes. Y de su promoción como "abanderados" de un nuevo modo, mejor o peor, de afrontar la uva y su futuro como vino de calidad se encargo este Consejo Regulador y no el anterior.


La encrucijada ahora, hablando ya solo de vino, es esta. Mientras un grupo notable de bodegas han decidido seguir la tendencia marcada de producir cuanto mas mejor, aprovechando las condiciones de esta fantástica uva y sobre todo de este territorio, para "hacerse sola" o con un mínimo esfuerzo, otros, una minoría, han optado por producciones raquíticas y por una exploración constante de la uva y de su entorno. Lagar de Besada, Do Ferreiro, Adega dos Eidos, Zárate, Castrovaldes, Penaguda (Attis), han optado por producciones de unos miles de botellas (la media son 20.000) de tipos concretos.
Terras Gauda, Martín Codax (2,6 millones de botellas en 2006), Condes de Albarei (2,5 millones en 2007), Pazo Señorans (420.000 botellas), Pazo Barrantes (Grupo Marques de Murrieta) y otros han decidido seguir el que podríamos llamar "método Rioja" y producir millones de botellas con las que inundar el mercado.

La trampa es que, mientras los vinos Riojanos o de otras DO que deciden vivir de la sobreproducción y masificación renuncian a la calidad y en ocasiones no insultan a la inteligencia del personal con campañas que abusan del término, aquí no. Estas bodegas, por vía directa o indirecta, amparados en campañas de marketing multimillonarias y de modo bastante lamentable, afirman con desparpajo que los suyos son "vinos extraordinarios" o "el autentico albariño".

El futuro se muestra por lo tanto incierto. Primero porque es legitimo y hasta realista el trabajo de esas macro-bodegas (fabricas de vino mejor) apoyándose en un buen marketing y en vinos muy comerciales, fáciles de beber y de conseguir pero que acaban con el prestigio y la calidad de la zona a un medio plazo. Segundo porque si bien la presidencia del Consejo regulador debería ser sensible a este hecho, se sigue primando la uva (albariño) sobre el territorio (Rías Baixas) a la hora de publicitar el vino, mientras en Australia ya anuncian que la uva se esta dando de maravilla y que van a empezar a producir a mansalva en cuestión de años. Y tercero porque mientras una botella de Contraaparede roza los 14 euros una de Terras Gauda ronda los diez y existen paladares capaces de compararlas y decir, sin rubor alguno, que el Contraaparede es caro y que el otro es mejor.

Esto pasa... y solo quiere decir que a lo mejor lo adecuado seria montar cuatro mega-cooperativas de albariño y que los pequeños productores se dejasen de tocar las narices con producciones de miles o centenares de botellas. Veremos que ocurre en escasamente un mes con la salida de los primeros de 2008. No pinta mal la cosa, al menos en cantidades. Otra cosa es la calidad.

Pero da igual. Total, ya tenemos la "superlevadura que todo lo cura". ¿no?




NA: Esta "testeada" surge de las reiteradas peticiones de Jorge Diez y Sibaritastur. Echadles a ellos la culpa jeje. Los datos aportados han sido sacados de varias fuentes (las propias bodegas, notas de prensa en varios medios...) y son públicos y notorios.