lunes, 21 de marzo de 2016

No habrá paz para los malvados

Le he estado dando vueltas a esto. No sabía si publicarlo y, si lo publicaba, no sabía que punto de vista darle.

No quiero ser mas papista que el papa, primero porque no creo que sea posible tal cosa y segundo porque soy mucho de creer que quien esté libre de pecado blablabla... bueno, ya sabéis.

Pero creo que es importante que se sepa que esto funciona así. Las bodegas ofrecen botellas. Las grandes y algunas medianas, las que se lo pueden permitir y lo desean. Lo hacen con cuidado "unas botellas para disfrutar con vuestra familia y amigos", etc...  Esto pasa y no digo que esté mal, sobre todo cuando no te ganas la vida hablando de vino.

Digo que está mal aceptarlas si luego te dedicas a prescribir vino.

Nosotros no lo hacemos. De hecho cuando pasa (si, es cierto, a veces llega vino y no te enteras ni nadie te pregunta) no hablamos de esos vinos. Algunos buenos amigos, seguramente, descubrirán ahora porqué no hablé de aquel vino que me habían enviado.... pues ya veis, era por esto.

No creo que mi opinión, lo he dicho mil veces, tenga mayor valor o importancia. La que se refiere a los vinos que me gustan, al menos. La otra, la que habla del mundo del vino, de sus vicios, fobias y filias, esa tampoco es importante, aunque si podría ser más seguida y valorada. Así lo creo.
Pero cuando hablo de vino quiero hacerlo en libertad y en la web más, si cabe. Así que no, amigos, no queremos vino. No lo aceptamos y así lo expresamos a quien nos lo ofrece (este de hoy es un ejemplo, pero hay más).

¿Que para qué lo publico?.... pues porque me jode mogollón que nadie haga nada por nada y que mucha gente hable sobre respeto al producto, al consumidor y a la viña de boquilla pero, después, se olvide de todo y tire por el camino de en medio. Este es mi Kung-Fu, y es muy poderoso.

Superadlo



------------------------------------------------- 





* Las capturas de pantalla que veis corresponden a dos correos electrónicos. El primero es el remito por una bodega con sede en Rías Baixas y el segundo nuestra respuesta. Se han suprimido datos que no modifican la naturaleza de los mensajes pero que eran de carácter privado

martes, 8 de marzo de 2016

Tempus Fugit

Cada cosa tiene su tiempo, es lo suyo. Hay cosas que llegan tarde y otras pronto y lograr la cuadratura del circulo es jodidamente complicado. 

Nunca me han dado un premio. Jamas. Lo normal, por otra parte, porque un premio (se supone) te lo tienes que merecer y yo no creo que merezca ninguno por nada en particular. Al no existir el "premio al mayor tocapelotas" o "al tipo con la peor puntería en los negocios del mundo", lo lógico es que no me den ningún premio. Otras categorías a las que podría optar como "premio al mas llorica" o "premio emérito al tipo que mas se queja" tampoco existen y es licito y hasta sano que yo no reciba premio alguno por nada. 

El argumento es valido desde el punto de vista de que los premios siempre son merecidos. Asumimos por defecto que quien recibe un premio lo recibe porque se lo merece y no hay nada ni nadie que mejore su trabajo o su resultado en el año en curso, o en todas las eras, según sea la categoría del premio. Pero cuando entendemos, al alcanzar cierta edad, que esto no solo es así sino que las razones para dar un premio van mucho más allá de lo razonable y se sumergen en el mar de intereses cruzados habitual, es cuando a uno se le saltan los plomos. Y no.

Hace unos dias leía esta noticia al respecto de un premio. 2 millones de euros le dieron para un proyecto basado en sus estudios y en 1994 recibió el galardón Career Development Award (Premio al Desarrollo Profesional) del Human Frontier Science Program. Alguien consideró entonces que sus investigaciones eran merecedoras de un premio que otros colegas no recibieron pero hoy, años después, se cuestionan abiertamente sus artículos en la web de análisis científico Pub Peer donde los que discuten sus resultados lo hacen de forma anónima. 
Curioso. Al poder hablar con la libertad (desde el punto de vista científico, ojo) que da el anonimato los científicos que revisan los contenidos de esa web discuten que la investigadora premiada es un puro fraude y sus análisis erróneos, como poco. 

Hace unos dias me trasladaban los contenidos de unas jornadas que se van a celebrar en Sober (Lugo) al respecto de la tecnología en el vino. Bueno, en realidad se titulan "Alternativas al vino tradicional" y las auspician los técnicos (lógico). Los mismos que luego deciden investigar sobre si una variedad es autóctona o no lo es, son los que ahora quieren defender el vino azul, el vermut y el "vino sin alcohol" (eufemismo, en realidad hablan de mosto) como "alternativa" a hacer vino. Los mismos técnicos que callan cuando el nuevo presidente de la DO Valdeorras los ningunea diciendo que va a Prowein a hacer turismo y que menosprecia la necesidad de llevar al director técnico de la DO con el, esos, ahora se van al corazón de la DO que discute la posibilidad de etiquetar con otra uva que no sea la Mencía a hablar a quien quiera oírles de vino azul y vermut. Aha.... si alguien pilla el giro surrealista que me lo explique.

Seguro que a muchos de los ponentes en estas jornadas los han premiado alguna vez. Y seguro que se lo merecían. Supongo que el premio a la coherencia no se lo habían dado, pero, quien sabe. Ahora que promocionar el vino gallego es ponerle un AAA+ en la calificadora de turno (seguro que este otro giro irónico tampoco lo pillan muchos) lo suyo es premiar a los técnicos por ofrecer alternativas a hacer vino como mejor camino para los pobres viticultores oprimidos por un mercado demencial que considera que lo que hacen es "más de lo mismo" sin admitir que ese "lo mismo" fueron vinos industriales totalmente abusados por la química y la intervención tecnológica.

La solución, ahora, (ya veremos la semana próxima), es hacer vino que no sea vino porque eso "nos acercara a los jóvenes". Mientras, en los EE.UU. la franja de población de entre 21 y 39 años es la principal consumidora de vino. ¿Y que beben?...¿vino azul?, ¿vino sin alcohol?...no. Beben mucho espumoso y no les gustan los vinos pesados y cargados de alcohol, pero beben vino. Básicamente vino. Jóvenes. 
Lo suyo, desde aquí, es decirles que no, que están equivocados y que deberían ya mismo, empezar a beber vino sin alcohol, azul o vermut. 
Pero vaya sarta de chorradas...

Yo no merezco, un premio. Seguramente ni siquiera merezco atención. Pero lo que si se y merezco es respeto, aunque se me niegue por sistema en determinados foros. Porque, por desgracia, tengo razón. Tengo razón y se acredita cada vez que se justifica que hay cosas que no tienen pies ni cabeza, pero son asumidas por el silencio complice de la mayoría. Tengo razón cuando digo que el cambio, la revolución, no son ni escritos ni posturas sino acciones. Acciones claras de quien puede y debe posicionarse a un lado o a otro de la trinchera, no con un pie a cada lado. Y tengo razón porque el tiempo me la da, cada vez que alguien decide, de nuevo, que es mejor subirse al tren que correr a su lado. Y de eso se han dado cuenta los que antes no querían ver ni en pintura ese tren verde que ahora recorre el mundo del vino. Antes, puntuamos vinos por ser mastodónticos y pesadísimos, ejemplos de la intervención tecnológica mas clara y ahora abogamos por la "vuelta al viñedo>" ya la mínima intervención. Ahora. 

Para que l,o entendemos, hay ocasiones en que dar un premio a alguien o algo es como darle un premio a Standard$Poor´s por la promoción de la cultura griega. 

Hablan mucho de ellos si, ¡pero hablan mal!





miércoles, 2 de marzo de 2016

Arcadia

Hay algo pornografico en esta entrevista. La sola lectura de lo extraído por el periodista de turno al flamante nuevo presidente de la DO Valdeorras es digno de las hemerotecas, como ejemplo clásico del típico personaje que no ha concedido una entrevista en su vida y que dice lo primero que le viene a la cabeza. Es el ejemplo más evidente de la verborrea de barra de bar trasladada al papel pero, en este caso, sin que medien copas o nocturnidad.

Al leerla tuve una especie de "deja vu" y recordé este otro exceso verbal, el de los "volquetes de putas". Al menos en aquella ocasión al interfecto lo pillaron en unas escuchas. pero es que a este señor lo cogen en una entrevista de esas que se hacen al nuevo para conocer sus "lineas maestras". Y lo que obtenemos es esto; no me llevo a un técnico a la feria comercial más importante del vino en Europa porque allí vamos "a hacer turismo". Aha. Toda una declaración de intenciones

Esta entrevista es probablemente de las pocas en las que conocemos la realidad intrínseca de los viajes que organizan y costean las DOs. En realidad a casi todas partes van de paseo, sin intención comercial alguna como organismo. No hablo de las bodegas, no, esas van a trabajar, por la cuenta que les trae. Hablo de la razón por la que este señor, que llega al cargo tras ser durante años el representante en la DO de la "cooperativa", decide tener un ataque de sinceridad y decirnos a todos que, en realidad, el dinero público con el que va a pagar este viaje lo gasta "para hacer turismo y beber".

Esta es otra de esas cosas difíciles de explicar. No existen muchos motivos que justifiquen que un organismo semi-público se dedique a hacer lo que debería hacer la iniciativa privada, pero menos aun que eso que debería hacer una agencia, un "export manager" u otro tipo de negociado lo acabe haciendo alguien sin preparación alguna y al que "motivan" otro tipo de razones más allá del mero afán comercial. Resumiendo; ¿a santo de que va el presidente de la DO Valedoras a Prowein?...cuantos vinos va a tener allí....¿siete?.
La única razón para tanto desatino son en realidad dos; que quién debería fiscalizar a este señor y la gestión de la DO (la Conselleria de Agricultura) hace total dejación de funciones y se lava las manos y que en realidad esto no le importa a nadie porque lo que se gasta en Valedorras es una minucia comparado con lo que gastan Rías Baixas, Ribeiro o Ribeira Sacra. Y de perdidos al río.

La leyenda que se cita en esta imagen de la derecha es el otro ejemplo del total surrealismo en el que vive inmerso el mundo del vino. No es solo que cualquiera pueda poner lo que quiera dentro de una botella y etiquetarlo como vino, no. Es que a aquellos que debería importarles todo esto en realidad les tira de un pie. Ni a los técnicos que se indignan con chorradas pero no dicen ni mu al ninguneo del nuevo presidente arriba citado ni a los bodegueros que critican a instituciones e industria pero después comparten feria o concurso pagado les importa nada de todo esto. Es todo puro postureo.

Yo,. según algunos, "digo verdades y soy muy importante para el sector", pero de ahí a hacer un mínimo caso a lo que  digo  o a analizar con un rayo de sentido crítico algo de lo que se hace va un largo trecho. Y es una pena, pero es así.
El presidente de la DO Valdeorras seguirá al frente de este organismo porque en realidad no ha hecho nada malo, solo ha sido sincero. A los técnicos, a los elaboradores que se ven comprometidos por su ignorancia y a la parte del sector a la que todo esto debería parecerle inadmisible, todo en realidad le da igual siempre y cuando el dinero siga corriendo, aunque solo sean migajas. La dignidad, el respeto... ¿a quien le importan?. Hay que vender y todo vale, incluido perder cualquier noción de sensatez o razón. Hay que vender, hay que aparentar, hay que engañar, aunque vaya contra cualquier nivel mínimo de responsabilidad para con el producto, el viñedo o el consumidor.

A mi ahí no me esperéis, que no me vais a encontrar. Prefiero mi Arcadia.