Por petición del publico. Este fue el resultado, mi visión de la receta de A. Lopez de las Fabes con Langostinos. Es la primera vez que no las preparo al estilo clásico y la verdad es que al menos a mi el resultado me ha gustado mucho. Las Fabes son locales, compradas a una vendedora de las que se apostan los Domingos en la feria de mi pueblo. Son de las conocidas como "verdinas", aun sin secar, y por lo tanto la cocción fue mucho menor que en el caso de las clásicas (unas dos horas a fuego muy lento). Solo añadí a estas cebolla y ajo, sal y algo de pimentón.
A parte "estruje" las cabezas de los Langostinos frescos en otra olla con un golpe de aceite de oliva. Sacaron su jugo, y añadí vino blanco albariño y agua para una mínima cocción de diez minutos. Saque el caldo que añadí a la olla de las fabes y pase en la otra olla los propios langostinos pelados, unos tres minutos, para después, casi en los últimos quince minutos de cocción de las fabes, añadirlos también. Corregí de sal y ¡Alehoop!. Fabes con Langostinos. Muy ricos, un acierto.
Blog sobre vino, mis vinos, los que me dan la vida y los que me quitan el sueño.
jueves, 30 de octubre de 2008
martes, 28 de octubre de 2008
Vinos varios y una de arroz...
Después de unos días de mucho lío (y seguirá) aquí estoy de nuevo con alguna de las ultimas cosas que he tomado. Básicamente con lo poco que he probado porque paso mas en la calle y hablando que probando vino, que es lo que debería estar haciendo, no solo porque es lo que quiero hacer sino también porque mi capacidad se basa en la comparación. Pero supongo que serán etapas de este negocio que uno debe cumplir y ahora, incluso estando inmersos en la de hacer entender cual es la naturaleza de mi propuesta, también busco tiempo para probar cosas.
Una de las mas recientes y recuerdo aun de mi visita ultima a París es un tinto de Burdeos, denominación Lussac- St Emillión a base, como no, de uva Merlot y un casi nada de Cabernet Sauvignon. Se trata de este Chateau de Belleuve de 2003. Es curioso lo que ocurre con Burdeos, que uno no entiende como pero al final lo que ha de estar bien esta bien, lo genial es genial y lo normal o mediocre... pues eso. Y siendo esta una denominación mas de esta zona que explota viñedo igual o mas antiguo, de modo muy similar en cuanto a practicas vitícolas y vinificación, que cree en lo mismo que pueden creer en Petrus o en Ausone, no logra llegar ni de lejos a un nivel similar, aunque eso si, guarde en su forma y su presencia los modos propios de la zona. En Cristiano; es un vino estupendo para los ocho euros que costo, correcto, con sus aromas básicos a cuero y animal, un vino básico con el que cualquiera podría entender como se las gasta St. Emillion pero sin llegar a probar un autentico vino de esta zona. Como Merlot correcto y asequible, aunque en Lavinia España no se ofrece, por lo menos online.
El otro "agraciado" en estos días complejos para mi ha sido un blanco albariño que se quedo sin probar por llegar al final de un verano cargado de muestras y donde yo al menos me sature de esta uva. Y lo lamento. Se trata del Ex-Libris de 2007 de Bodegas Lagar de Besada. Es el vino básico de la bodega y no supera demasiado en tienda los 8 euros. Es un monovarietal con la estética habitual de la bodega y he de decir que me gusta. Es un vino afrutado pero con personalidad, de nariz abierta, suave y fácil. En boca además se propone ligero, mineral y fácil de beber. Un vino sin excesos, sin pretensiones tampoco, pero que me dice mucho de una bodega que sabe bien que quiere ofrecer en cada tramo de precio y con cada vino que embotella. Desde la modestia.
Y como todo culmina donde siempre aquí os dejo mi arroz con verduras y langostinos de hoy al mediodía (tengo una receta de Fabes con Langostinos pero eso esta noche para que repose de cara a mañana miércoles. Un lujo de mi amigo A. Lopez. Gracias). Que aproveche.
Una de las mas recientes y recuerdo aun de mi visita ultima a París es un tinto de Burdeos, denominación Lussac- St Emillión a base, como no, de uva Merlot y un casi nada de Cabernet Sauvignon. Se trata de este Chateau de Belleuve de 2003. Es curioso lo que ocurre con Burdeos, que uno no entiende como pero al final lo que ha de estar bien esta bien, lo genial es genial y lo normal o mediocre... pues eso. Y siendo esta una denominación mas de esta zona que explota viñedo igual o mas antiguo, de modo muy similar en cuanto a practicas vitícolas y vinificación, que cree en lo mismo que pueden creer en Petrus o en Ausone, no logra llegar ni de lejos a un nivel similar, aunque eso si, guarde en su forma y su presencia los modos propios de la zona. En Cristiano; es un vino estupendo para los ocho euros que costo, correcto, con sus aromas básicos a cuero y animal, un vino básico con el que cualquiera podría entender como se las gasta St. Emillion pero sin llegar a probar un autentico vino de esta zona. Como Merlot correcto y asequible, aunque en Lavinia España no se ofrece, por lo menos online.
El otro "agraciado" en estos días complejos para mi ha sido un blanco albariño que se quedo sin probar por llegar al final de un verano cargado de muestras y donde yo al menos me sature de esta uva. Y lo lamento. Se trata del Ex-Libris de 2007 de Bodegas Lagar de Besada. Es el vino básico de la bodega y no supera demasiado en tienda los 8 euros. Es un monovarietal con la estética habitual de la bodega y he de decir que me gusta. Es un vino afrutado pero con personalidad, de nariz abierta, suave y fácil. En boca además se propone ligero, mineral y fácil de beber. Un vino sin excesos, sin pretensiones tampoco, pero que me dice mucho de una bodega que sabe bien que quiere ofrecer en cada tramo de precio y con cada vino que embotella. Desde la modestia.
Y como todo culmina donde siempre aquí os dejo mi arroz con verduras y langostinos de hoy al mediodía (tengo una receta de Fabes con Langostinos pero eso esta noche para que repose de cara a mañana miércoles. Un lujo de mi amigo A. Lopez. Gracias). Que aproveche.
jueves, 23 de octubre de 2008
Crónicas Parisinas. Mercados
París esta sembrado de mercados. La mayoría celebran a diario y como podéis ver en las fotografías presentando multitud de propuestas. Este es muy céntrico, justo detrás del Hotel de la Ville a la altura de la Rue de Rivoli. Solo tiene unos veinte puestos pero resume muy bien yo creo el espíritu de la cosa y condensa además la forma mas parisina de ver lo de hacer la compra y la importancia de la calidad antes que el coste en los productos. Pescado, carne, platos preparados, dulces, vino, quesos, flores, ropa y verduras y frutas frescas.
Todo además salpicado por lo variopinto de la sociedad de una ciudad tan cosmopolita como la capital francesa, vendedores locales con cara de pocos amigos, monjitas, gente de color (de color negro vamos) algún hindú y caucásicos de lo mas clásico etnológicamente hablando. Con cara de ricos, de no muy ricos, de currantes, de ilustrados, de muy preparados y de cansados.
Hacia frió esa mañana. De lo mas llamativo la desnudez y al tiempo la limpieza de los puestos y los productos. Incluyo de hecho la foto de la vieira para dar medida de lo estúpido de determinados debates. Es mas que probable que estas vieiras de la foto no contengan toxinas como en el caso de las gallegas. Por ello se muestran integras con sus órganos tal cual, pero mientras le sacaba esta foto no dejaba de pensar en que de un momento a otro un par de docenas de policías de la Xunta caerían sobre mi al grito de "traficante¡¡¡ cocinero¡¡¡" o algo peor.
Existen mas mercados, mucho mas grandes, alguno con mucha historia como el de Saint-Oure (el de las pulgas) y otros. Hay cuatro mercados principales: el de la Rue Mouffetard, que abre martes, jueves y sábados; el de Rue de Bucci,que está abierto todos los días,excepto los lunes;el de la Rue Daguerre y el de Lepic, abren a diario y descansan los lunes. En Ile de la Cité se coloca un mercado especializado en flores y plantas, un verdadero despliegue de colores, aromas y sensaciones que se dispersan por todo París. Este mismo mercado floral sorprende los domingos al convertirse en un mercado de pájaros (el aroma cambia, una lástima)...
Todo además salpicado por lo variopinto de la sociedad de una ciudad tan cosmopolita como la capital francesa, vendedores locales con cara de pocos amigos, monjitas, gente de color (de color negro vamos) algún hindú y caucásicos de lo mas clásico etnológicamente hablando. Con cara de ricos, de no muy ricos, de currantes, de ilustrados, de muy preparados y de cansados.
Hacia frió esa mañana. De lo mas llamativo la desnudez y al tiempo la limpieza de los puestos y los productos. Incluyo de hecho la foto de la vieira para dar medida de lo estúpido de determinados debates. Es mas que probable que estas vieiras de la foto no contengan toxinas como en el caso de las gallegas. Por ello se muestran integras con sus órganos tal cual, pero mientras le sacaba esta foto no dejaba de pensar en que de un momento a otro un par de docenas de policías de la Xunta caerían sobre mi al grito de "traficante¡¡¡ cocinero¡¡¡" o algo peor.
Existen mas mercados, mucho mas grandes, alguno con mucha historia como el de Saint-Oure (el de las pulgas) y otros. Hay cuatro mercados principales: el de la Rue Mouffetard, que abre martes, jueves y sábados; el de Rue de Bucci,que está abierto todos los días,excepto los lunes;el de la Rue Daguerre y el de Lepic, abren a diario y descansan los lunes. En Ile de la Cité se coloca un mercado especializado en flores y plantas, un verdadero despliegue de colores, aromas y sensaciones que se dispersan por todo París. Este mismo mercado floral sorprende los domingos al convertirse en un mercado de pájaros (el aroma cambia, una lástima)...
Experimento 5º. Fabada.
Había hecho pseudo-fabadas en ocasiones anteriores con un fin mas exploratorio que otra cosa pero no ha sido hasta ayer en que me he metido en serio, sin artificios ni inventos.
Únicamente buen producto, compangu a base de morcilla, chorizo y panceta clásicos, su grasa y demás y fabes leonesas, de Veguellina de Órbigo, medio quilo. Remojo previo, unas siete horas, y cocción lenta, lentísima, añadiendo solo una cucharadita de café rasa de pimentón de la vera (gracias Limonta) y sin azafrán (no lo tenia a mano), mas cebolla picada en cuatro (un par pequeñas) y ajo (otro diente grande). La cocción a fuego muy lento rondo en dos tramos las cinco horas, tres durante un día y otras dos al siguiente, mas el reposo. He de decir que me han salido de impresión, integra la fabe por fuera, harinosa por dentro, caldo espeso pero manejable, justo de grasa y sal. Me quedan para hoy (para mi solito jeje).
Únicamente buen producto, compangu a base de morcilla, chorizo y panceta clásicos, su grasa y demás y fabes leonesas, de Veguellina de Órbigo, medio quilo. Remojo previo, unas siete horas, y cocción lenta, lentísima, añadiendo solo una cucharadita de café rasa de pimentón de la vera (gracias Limonta) y sin azafrán (no lo tenia a mano), mas cebolla picada en cuatro (un par pequeñas) y ajo (otro diente grande). La cocción a fuego muy lento rondo en dos tramos las cinco horas, tres durante un día y otras dos al siguiente, mas el reposo. He de decir que me han salido de impresión, integra la fabe por fuera, harinosa por dentro, caldo espeso pero manejable, justo de grasa y sal. Me quedan para hoy (para mi solito jeje).
martes, 21 de octubre de 2008
¿Que me pasa doctor?
Por variar, después de unos días hablando básicamente de París (cosa que me encanta, bien es verdad) he probado un par de vinos que me gustaría comentar mas que nada por mi poca coincidencia con la opinión general (cosa nada extraña por otra parte) que los califica de extraordinarios. Sin poner en duda este calificativo, y asumiendo que tal vez sea yo el problema, si quisiera decir un par de cosas sobre estos dos vinos tan diferentes y tan parecidos.
En días pasados me hice en "La Viña de Xabi" (Fernando III El Santo. S. de Compostela) con una botella del muy comentado Alcouce de 2005. Es este un Ribeira Sacra a base de Mencia con algo de crianza en barrica. Al abrirlo me encuentro con un mencia fuera de la tradición local, donde predominan los tostados, no la fruta, pero sincero y bien acabado. Me huele a fruta madura, a potencia, a grueso y serio pero no ha vino difícil. Hasta ahí bien.
La cosa se tuerce porque me encuentro en boca mas de lo mismo, mas tostados, mas madera mas sobriedad y no es lo que busco. No en un mencia de la Ribeira Sacra. Tal vez si en un Ucedo de Gines Fernandez, incluso en un Mencia de Raúl Perez en el Bierzo, pero no en un Mencia de laderas del Sil. Llamadme raro, pero me gustaba mas cuando sabia cuales eran las reglas del juego. Ahora no lo acertaría ni a la de tres... (bueno, seguramente antes tampoco). De precio fantástico, pero tengo otras opciones delante, muchas.
La otra decepción, entre comillas, esta mayor que la anterior es el Predicador de Benjamin Romeo, de 2006. Es este un Rioja del que se ha dicho mucho, sobre todo, al respecto de lo económico de un vino tan singular y fantástico (esto lo he leído mucho en revistas especializadas). Para empezar a un servidor la botella le cuesta 16 euracos, algo considerable si hablamos de "precio económico". Lo dejo a un lado a la espera de probar el vino, básicamente Tempranillo, y de conocer si hay mucho o poco de "singular y fantástico" en este Rioja (teniendo en cuenta, para quien no lo sepa, que a mi la Rioja me da mas disgustos que alegrías). Y no.
Se trata de un buen vino, clásico al extremo, algo mas compensado y menos "salvaje" que otros, donde la madera prevalece como siempre pero sin darte de palos a la nariz al acercarte. Es sobre todo crianza, pero en boca asoma algo ¿mineral? que me extraña encontrarme. Por lo demás no deja de ser otro Rioja, menos culpable pero igual de rudo para mi gusto y a este precio, además, caro.
Una pena, pero en este segundo caso da la impresión de que debamos pagar el "Contador" o el "La Viña de Andrés", elaborados por la misma mano. Y los cien puntos Parker claro. Esta visto que no doy una... ¿que me pasa Doctor?.
*La foto del Alcouce es de Carlos de Roco&wines. La del Predicador de un web de venta online.
En días pasados me hice en "La Viña de Xabi" (Fernando III El Santo. S. de Compostela) con una botella del muy comentado Alcouce de 2005. Es este un Ribeira Sacra a base de Mencia con algo de crianza en barrica. Al abrirlo me encuentro con un mencia fuera de la tradición local, donde predominan los tostados, no la fruta, pero sincero y bien acabado. Me huele a fruta madura, a potencia, a grueso y serio pero no ha vino difícil. Hasta ahí bien.
La cosa se tuerce porque me encuentro en boca mas de lo mismo, mas tostados, mas madera mas sobriedad y no es lo que busco. No en un mencia de la Ribeira Sacra. Tal vez si en un Ucedo de Gines Fernandez, incluso en un Mencia de Raúl Perez en el Bierzo, pero no en un Mencia de laderas del Sil. Llamadme raro, pero me gustaba mas cuando sabia cuales eran las reglas del juego. Ahora no lo acertaría ni a la de tres... (bueno, seguramente antes tampoco). De precio fantástico, pero tengo otras opciones delante, muchas.
La otra decepción, entre comillas, esta mayor que la anterior es el Predicador de Benjamin Romeo, de 2006. Es este un Rioja del que se ha dicho mucho, sobre todo, al respecto de lo económico de un vino tan singular y fantástico (esto lo he leído mucho en revistas especializadas). Para empezar a un servidor la botella le cuesta 16 euracos, algo considerable si hablamos de "precio económico". Lo dejo a un lado a la espera de probar el vino, básicamente Tempranillo, y de conocer si hay mucho o poco de "singular y fantástico" en este Rioja (teniendo en cuenta, para quien no lo sepa, que a mi la Rioja me da mas disgustos que alegrías). Y no.
Se trata de un buen vino, clásico al extremo, algo mas compensado y menos "salvaje" que otros, donde la madera prevalece como siempre pero sin darte de palos a la nariz al acercarte. Es sobre todo crianza, pero en boca asoma algo ¿mineral? que me extraña encontrarme. Por lo demás no deja de ser otro Rioja, menos culpable pero igual de rudo para mi gusto y a este precio, además, caro.
Una pena, pero en este segundo caso da la impresión de que debamos pagar el "Contador" o el "La Viña de Andrés", elaborados por la misma mano. Y los cien puntos Parker claro. Esta visto que no doy una... ¿que me pasa Doctor?.
*La foto del Alcouce es de Carlos de Roco&wines. La del Predicador de un web de venta online.
viernes, 17 de octubre de 2008
Crónicas parisinas. Los cavistas y demás perversiones.
Seguimos con el periplo vital por la, para mi ciudad de ciudades, pasando por una de sus mayores virtudes; los cavistas.
El concepto es sencillo. Tienda de pan, tienda de carne, tienda de pescado... tienda de vino. Los Parisinos, como con lo demás, prefieren la tienda pequeña y bien atendida y la selección del producto mas próxima y a poder ser probando el genero.
En París es lo mas habitual, lo incluyen en el precio final, el catar los vinos antes de su compra y charlar sobre ellos con el propietario o su sumiller. Esto a partir de unos precios claro y de un genero concreto. Por empezar con alguno de los templos del vino en la ciudad, y por localizar un epicentro del vino, todo o al menos lo mas "gordo" pasa en las proximidades de la Iglesia de la Madeleine. Como recordando los orígenes de su arquitectura, griega clásica, el vino es protagonista a su alrededor comenzando por Lavinia Paris (3, Boulevard Madeleine). Un gigantismo que nos permitiremos por sus 6000 referencias de vinos sobre todo Franceses y con algún detalle mas castizo (me sorprendió encontrar mi querido Jarrarte). Lo mas apabullante los cognacs de la primera planta, económicos, desde 15.000 euros...
Subiendo hacia la propia Madeleine se topa uno con otro santuario pero no solo del vino sino del bon vivant parisino mas clásico. Es Fauchon. Las mesas de los hogares mas exigentes de la ciudad se llenan la noche del viernes de productos que salen de sus vitrinas. Paté, Macaron, Caviar o por supuesto vino (la planta baja de la tienda principal esta dedicada solo a vinos y licores) acompañando una selección de productos marca blanca propia (chocolate, mermelada o tes y pastas). Visita obligada a sus dos tiendas, la una frente a la otra a la altura del numero 30 de la Place de la Madeleine (detrás de la iglesia).
Caso a parte es Nicolas y sus mas de 70 tiendas repartidas por todo París. Vino,vino y mas vino, de productores pequeños y no tan pequeños, a precios bajos o muy ajustados y que busca un publico muy concreto, conocedor del vino francés y que en demasiadas ocasiones esta mas cerca de llevarse gato por liebre que referencias interesantes. No es una mala opción, por variedad, pero si algo peor sino se habla un buen francés.
No quiero dejar de nombrar el paseo culinario por antonomasia para mi, por la fantástica Rue St. Louis en L`ile, calle principal de la menor de las dos islas del Senna y donde en minúsculas tiendas se concentran productos de enorme calidad y, en algún caso, precio. En esta calle podremos desde comer helado de Ruibarbo a comprar aceite en la tienda original de Olivier&Co, después convertido de importador de aceite a cadena de cosméticos naturales.
Podremos de comprar un queso de la enorme variedad de Fromage francés a adquirir un bote de paté ecológico de la Petite Scierie, tiendas originales y únicas vendedoras de esta linea de productos de la Campagna.
Esto es, muy grosso modo, lo que París nos da "de a poquito" en sus miles de tiendas. Pero sobre todo vino y lugares como este ultimo, que ilustra el espíritu de la cosa... a la sombra de la Madeleine, escaparate con replicas de Romane Conti del 67. Quien lo pillara...
El concepto es sencillo. Tienda de pan, tienda de carne, tienda de pescado... tienda de vino. Los Parisinos, como con lo demás, prefieren la tienda pequeña y bien atendida y la selección del producto mas próxima y a poder ser probando el genero.
En París es lo mas habitual, lo incluyen en el precio final, el catar los vinos antes de su compra y charlar sobre ellos con el propietario o su sumiller. Esto a partir de unos precios claro y de un genero concreto. Por empezar con alguno de los templos del vino en la ciudad, y por localizar un epicentro del vino, todo o al menos lo mas "gordo" pasa en las proximidades de la Iglesia de la Madeleine. Como recordando los orígenes de su arquitectura, griega clásica, el vino es protagonista a su alrededor comenzando por Lavinia Paris (3, Boulevard Madeleine). Un gigantismo que nos permitiremos por sus 6000 referencias de vinos sobre todo Franceses y con algún detalle mas castizo (me sorprendió encontrar mi querido Jarrarte). Lo mas apabullante los cognacs de la primera planta, económicos, desde 15.000 euros...
Subiendo hacia la propia Madeleine se topa uno con otro santuario pero no solo del vino sino del bon vivant parisino mas clásico. Es Fauchon. Las mesas de los hogares mas exigentes de la ciudad se llenan la noche del viernes de productos que salen de sus vitrinas. Paté, Macaron, Caviar o por supuesto vino (la planta baja de la tienda principal esta dedicada solo a vinos y licores) acompañando una selección de productos marca blanca propia (chocolate, mermelada o tes y pastas). Visita obligada a sus dos tiendas, la una frente a la otra a la altura del numero 30 de la Place de la Madeleine (detrás de la iglesia).
Caso a parte es Nicolas y sus mas de 70 tiendas repartidas por todo París. Vino,vino y mas vino, de productores pequeños y no tan pequeños, a precios bajos o muy ajustados y que busca un publico muy concreto, conocedor del vino francés y que en demasiadas ocasiones esta mas cerca de llevarse gato por liebre que referencias interesantes. No es una mala opción, por variedad, pero si algo peor sino se habla un buen francés.
No quiero dejar de nombrar el paseo culinario por antonomasia para mi, por la fantástica Rue St. Louis en L`ile, calle principal de la menor de las dos islas del Senna y donde en minúsculas tiendas se concentran productos de enorme calidad y, en algún caso, precio. En esta calle podremos desde comer helado de Ruibarbo a comprar aceite en la tienda original de Olivier&Co, después convertido de importador de aceite a cadena de cosméticos naturales.
Podremos de comprar un queso de la enorme variedad de Fromage francés a adquirir un bote de paté ecológico de la Petite Scierie, tiendas originales y únicas vendedoras de esta linea de productos de la Campagna.
Esto es, muy grosso modo, lo que París nos da "de a poquito" en sus miles de tiendas. Pero sobre todo vino y lugares como este ultimo, que ilustra el espíritu de la cosa... a la sombra de la Madeleine, escaparate con replicas de Romane Conti del 67. Quien lo pillara...
jueves, 16 de octubre de 2008
Inciso. Las Guias de vinos...
Que quede claro que esta entrada nace de cierta indignación mal digerida pero me parece legítimo y hasta lógico que todo el mundo se guíe por donde le parezca a la hora de disfrutar de algo como un vino, o de adquirir un bien complejo de la clase que sea. Mi lamento tiene mas que ver con el modo cicatero y poco profesional con el que se despachan determinadas guias a la hora de medir cual es, según su criterio, la calidad de los vinos de cierta zona. Y eso me ha pasado con la Guia Peñín de 2009.
Dejando a un lado calificaciones para vinos de la DO Rias Baixas que no comparto ni de lejos (me parecen excesivos los 89 pts del Dávila de 2007 y los 90 del Fillaboa por poner dos ejemplos) me parece peor la fea costumbre de no puntuar en función de circunstancias que, al menos para mi no quedan claras. Algún ejemplo.
De bodegas Zárate se califica con 89 y 88 puntos al Zárate "O Balado" de 2006 y al Zárate básico del mismo año, pero no se puntúa ni se catan ni el Zárate "El Palomar" ni el "Tras da Viña". Dato curioso, pienso y busco en la misma guia los criterios seguidos para dejar sin catar estos vinos, atención, encuentro esto "Existen dos grupos de vinos no catados:
A) Los vinos pertenecientes a bodegas que solo han enviado parte de sus marcas.
B)los vinos pertenecientes a bodegas que no han enviado ninguna muestra.
En el caso A) la ausencia puede deberse a que, o bien el vino se ha agotado en la bodega (una razón absurda, ya que el vino puede estar en el mercado), o a que el elaborador crea que, al tratarse de marcas de menor calidad, recibirían una puntuación mas baja. En este último caso, deducimos que se trata de vinos de nivel inferior a los catados y calificados de estas firmas. Como las marcas ya recibidas nos permiten conocer el estilo de la bodega, no insistiremos en las etiquetas ausentes.
En el caso B) sabemos con certeza que, salvo rarísimas excepciones, los vinos no sobrepasarían la calificación de 79. Sin embargo, hemos realizado el esfuerzo de actualizar sus datos básicos (dirección, teléfono y marcas que comercializan) y, por supuesto, seguiremos insistiendo en próximas ediciones para que envíen sus muestras para la cata (fin de la cita)"
Haber. Eulogio Pomares Zárate e Hijos o bien no envió, o bien sus vinos no catados no se considero que pudieran superar los 79 puntos (el Palomar y Tras da Viña, hablamos de dos de los mejores del año en mi opinión y en una docena mas leídas por todos). Pero la cosa sigue. Albariño do Ferreiro 2007 88 pts, del Cepas Viejas no se hace ni mención, Añada de Baladiña 2002 84 pts mientras que los vinos de Martín Codax, estos si se debieron remitir, todos votados, cinco, y tres de ellos con 90 o mas puntos.
Ya se que es una crítica que algunos no entenderéis y otros no compartis, y me parece bien, pero cuando leo cosas, sobre la Ribeira Sacra, como la siguiente "las arraigadas y poco actualizadas tradiciones de los viticultores les llevan a primar el rendimiento y la cantidad sobre la calidad, por lo que su futuro remonte al igual que el resto de denominaciones gallegas resultara mas lento" pienso ¿que vinos probo en esa denominación Jay Miller, por mandato de Parker, para decir que se trata de uno de los futuros "puntos calientes" del vino tinto en España?. Esta visto que no son los mismos que el equipo de Peñin, a quien considero, a parte de todo esto, uno de los máximos exponentes de la cata en España, seguramente a la altura de Custodio Zamarra o similares personajes. Entendamonos, no comparto la forma, pero el fondo es siempre el mismo, el gusto particular de cada uno, y eso, lo se, no admite crítica.
*Foto de Pistoynopisto en Flickr.
Dejando a un lado calificaciones para vinos de la DO Rias Baixas que no comparto ni de lejos (me parecen excesivos los 89 pts del Dávila de 2007 y los 90 del Fillaboa por poner dos ejemplos) me parece peor la fea costumbre de no puntuar en función de circunstancias que, al menos para mi no quedan claras. Algún ejemplo.
De bodegas Zárate se califica con 89 y 88 puntos al Zárate "O Balado" de 2006 y al Zárate básico del mismo año, pero no se puntúa ni se catan ni el Zárate "El Palomar" ni el "Tras da Viña". Dato curioso, pienso y busco en la misma guia los criterios seguidos para dejar sin catar estos vinos, atención, encuentro esto "Existen dos grupos de vinos no catados:
A) Los vinos pertenecientes a bodegas que solo han enviado parte de sus marcas.
B)los vinos pertenecientes a bodegas que no han enviado ninguna muestra.
En el caso A) la ausencia puede deberse a que, o bien el vino se ha agotado en la bodega (una razón absurda, ya que el vino puede estar en el mercado), o a que el elaborador crea que, al tratarse de marcas de menor calidad, recibirían una puntuación mas baja. En este último caso, deducimos que se trata de vinos de nivel inferior a los catados y calificados de estas firmas. Como las marcas ya recibidas nos permiten conocer el estilo de la bodega, no insistiremos en las etiquetas ausentes.
En el caso B) sabemos con certeza que, salvo rarísimas excepciones, los vinos no sobrepasarían la calificación de 79. Sin embargo, hemos realizado el esfuerzo de actualizar sus datos básicos (dirección, teléfono y marcas que comercializan) y, por supuesto, seguiremos insistiendo en próximas ediciones para que envíen sus muestras para la cata (fin de la cita)"
Haber. Eulogio Pomares Zárate e Hijos o bien no envió, o bien sus vinos no catados no se considero que pudieran superar los 79 puntos (el Palomar y Tras da Viña, hablamos de dos de los mejores del año en mi opinión y en una docena mas leídas por todos). Pero la cosa sigue. Albariño do Ferreiro 2007 88 pts, del Cepas Viejas no se hace ni mención, Añada de Baladiña 2002 84 pts mientras que los vinos de Martín Codax, estos si se debieron remitir, todos votados, cinco, y tres de ellos con 90 o mas puntos.
Ya se que es una crítica que algunos no entenderéis y otros no compartis, y me parece bien, pero cuando leo cosas, sobre la Ribeira Sacra, como la siguiente "las arraigadas y poco actualizadas tradiciones de los viticultores les llevan a primar el rendimiento y la cantidad sobre la calidad, por lo que su futuro remonte al igual que el resto de denominaciones gallegas resultara mas lento" pienso ¿que vinos probo en esa denominación Jay Miller, por mandato de Parker, para decir que se trata de uno de los futuros "puntos calientes" del vino tinto en España?. Esta visto que no son los mismos que el equipo de Peñin, a quien considero, a parte de todo esto, uno de los máximos exponentes de la cata en España, seguramente a la altura de Custodio Zamarra o similares personajes. Entendamonos, no comparto la forma, pero el fondo es siempre el mismo, el gusto particular de cada uno, y eso, lo se, no admite crítica.
*Foto de Pistoynopisto en Flickr.
miércoles, 15 de octubre de 2008
Crónicas Parisinas. Los Grandes Almacenes.
París, como dije en el post anterior es sobre todo pequeñas tiendas, pequeños detalles en una ciudad abocada a lo descomunal, a lo gigantesco. Tal vez por ello, o por esto mismo, en París se da un fenómeno que el resto de Europa salvo, tal vez, Londres, ha ido abandonando por un modelo mucho mas masificado; los grandes almacenes.
Existen en París varias referencias al respecto. La mas popular puede ser, por existir otras versiones en otras capitales, las Galeries Lafayette, pero no es ni de lejos la mas antigua representación de este modelo. Le Bon Marché se inauguró como un pequeño comercio en 1838 y en 1850 se transformó en una tienda departamental. Los negocios prosperaron y el propietario encargó a Gustave Eiffel(si, el de la torre) la construcción de un nuevo edificio en 1897. Al finalizarlo, quedaba constituido el primer centro comercial del mundo. En la actualidad, y después de años siendo el lugar de los precios bajos en París (bon marche significa básicamente ganga) este establecimiento se ha convertido en un paradigma del lujo. Dior, Gucci, Dolce&Gabana o Loewe tienen espacio propio en sus plantas.
De lo que nos interesa, en el antiguo edificio anexo ha quedado dispuesto todo lo referido a lo gourmet en grado sumo (esto es París). El establecimiento de planta única se denomina La Grande Epicerie de Paris. Es grande, enorme no en comparación con la otra gran referencia, pero si muy selecto y muy bien compartimentado. Carnes, pescados, dulces, referencias gastronómicas de todo el mundo y conservas todo, eso si, a precios en la linea regular de la ciudad pero lugar para visitar (38, rue de Sèvres. Metro Sevres-Babilon).
La otra gran visita para los "pirados" del producto y la abundancia es, sin duda alguna, la planta Gourmet de las Galeries Lafayette (Lafayette Gourmet). Esto es una barbaridad. Se que existen lugares aun mas bastos, mas grandes y con mayor numero de referencias pero yo al menos no he estado. Es bestial, de todo el mundo y lo mejor. Paté, "Macaron", servicios especializados por países y la oportunidad de degustar en el lugar desde pasta hasta un simple sandwich pasando por platos al estilo asiático o un jamón pata negra autentico. De precios no hablo, por supuesto, pero aquí se hace la compra mucha gente y no solo buscando exclusividad o cosas complejas. Si mañana muero quiero ser enterrado o bien aquí o bien en el fondo de la bodega del restaurante Atrio. Ya lo sabéis. (Metro propio en Chause D`antin-Lafayette)
Otras referencias escapan a este concepto y serán tratados en el siguiente post, el dedicado a tiendas en general y vinaterías y cavistas en particular pero creo necesario empezar de lo mas gordo hacia abajo. Para mi estos lugares compendian una cantidad de cosas tal que, al menos yo, termino saturado, pero no creo que exista mejor modo de acercarse a la gastronomía a modo económico y cercano que este.
Existen en París varias referencias al respecto. La mas popular puede ser, por existir otras versiones en otras capitales, las Galeries Lafayette, pero no es ni de lejos la mas antigua representación de este modelo. Le Bon Marché se inauguró como un pequeño comercio en 1838 y en 1850 se transformó en una tienda departamental. Los negocios prosperaron y el propietario encargó a Gustave Eiffel(si, el de la torre) la construcción de un nuevo edificio en 1897. Al finalizarlo, quedaba constituido el primer centro comercial del mundo. En la actualidad, y después de años siendo el lugar de los precios bajos en París (bon marche significa básicamente ganga) este establecimiento se ha convertido en un paradigma del lujo. Dior, Gucci, Dolce&Gabana o Loewe tienen espacio propio en sus plantas.
De lo que nos interesa, en el antiguo edificio anexo ha quedado dispuesto todo lo referido a lo gourmet en grado sumo (esto es París). El establecimiento de planta única se denomina La Grande Epicerie de Paris. Es grande, enorme no en comparación con la otra gran referencia, pero si muy selecto y muy bien compartimentado. Carnes, pescados, dulces, referencias gastronómicas de todo el mundo y conservas todo, eso si, a precios en la linea regular de la ciudad pero lugar para visitar (38, rue de Sèvres. Metro Sevres-Babilon).
La otra gran visita para los "pirados" del producto y la abundancia es, sin duda alguna, la planta Gourmet de las Galeries Lafayette (Lafayette Gourmet). Esto es una barbaridad. Se que existen lugares aun mas bastos, mas grandes y con mayor numero de referencias pero yo al menos no he estado. Es bestial, de todo el mundo y lo mejor. Paté, "Macaron", servicios especializados por países y la oportunidad de degustar en el lugar desde pasta hasta un simple sandwich pasando por platos al estilo asiático o un jamón pata negra autentico. De precios no hablo, por supuesto, pero aquí se hace la compra mucha gente y no solo buscando exclusividad o cosas complejas. Si mañana muero quiero ser enterrado o bien aquí o bien en el fondo de la bodega del restaurante Atrio. Ya lo sabéis. (Metro propio en Chause D`antin-Lafayette)
Otras referencias escapan a este concepto y serán tratados en el siguiente post, el dedicado a tiendas en general y vinaterías y cavistas en particular pero creo necesario empezar de lo mas gordo hacia abajo. Para mi estos lugares compendian una cantidad de cosas tal que, al menos yo, termino saturado, pero no creo que exista mejor modo de acercarse a la gastronomía a modo económico y cercano que este.
martes, 14 de octubre de 2008
Crónicas Parisinas. Preámbulo
Después de este periplo no dudéis que pasare días, semanas tal vez, tratando en vano de exponeros aquí lo que a mi me produce visitar esta ciudad, este santuario de la cúspide máxima de la civilización occidental, este lugar de privilegio y donde quien disfrute de la cultura puede lograr el éxtasis. Gracias de antemano por vuestras felicitaciones a todos ( aunque dado mi aspecto a los 34 no estoy yo por celebrarlo demasiado, jeje, es broma) y vamos al ajo, que hay mucho que contar.
París es una ciudad de mas de dos millones de habitantes aunque en su área metropolitana congrega a cerca de nueve, convirtiéndose en una enorme metrópolis. Esto no se traslada en exceso al carácter de la gente, que con las prisas propias de toda gran urbe sigue sin embargo guardando costumbres de pequeña villa. Por ejemplo, los parisinos son bastante mas amigos de comprar en pequeñas tiendas que en grandes superficies. El pan en la panadería (boulangerie) el vino en la tienda de vinos (cavistas) y la carne en la carnicería (boucherie). Por esto toda la ciudad, toda, esta sembrada de pequeñas y grandes tiendas dedicadas a una o como máximo dos actividades. Hay supermercados y cadenas de ellos como los Monoprix y grandes almacenes, pero en estos últimos la ropa y los productos para el ajuar casero son los protagonistas, salvo excepciones como la planta gourmet de las G. Lafayette o la tienda gourmet de Le Bon Marche, de nombre La Epicceri de París.
Para todo lo demás tiendas especializadas, Pasticceri, Chocolateri, tiendas de Paté y tiendas dedicadas a licores, caviar, vino, cognac en exclusiva o a cualquier otro producto susceptible de tener alguna clase de clientela. Y mercados.
París esta sembrada como de setas en el bosque, de pequeños mercados con diez o doce puestos de productos frescos o con comida preparada. Pescado, carne, pan, pasteles, "macaron" o, por supuesto, queso se unen a mas ropa, flores o souvenirs en perfecta comunión. Y puestos callejeros de sandwich, aunque aquí se entiende por sandwich también cualquier tipo de bocadillos a base de pollo (poulet) con verduras frescas, de salmón, de jamón, atún, etcétera.
París es un sin parar de vida, de actividad, de energía, de coches y motos, de personas y en bastantes zonas, de lujo y oropel. Y de miseria, por desgracia, en una ciudad que si duerme, y que además se recoge pronto. A partir de las siete y media de la tarde las tiendas comienzan a cerrar y a las ocho y media o nueve la sensación en la calle es similar a unas doce de la noche en cualquier ciudad española. Y no parece una ciudad segura, porque no decirlo. Demasiada gente, y no toda plácidamente instalada en la sociedad de consumo. Pero en lineas generales hablamos de un lugar sin demasiadas complicaciones en este sentido.
París es mucho. Mucho mas que los lugares, mucho mas que las personas y mucho, muchísimo mas que el Senna y que las amplias avenidas y los grandes bulevares. No voy a ser capaz de transmitíroslo, pero lo voy a intentar. Comenzamos.
París es una ciudad de mas de dos millones de habitantes aunque en su área metropolitana congrega a cerca de nueve, convirtiéndose en una enorme metrópolis. Esto no se traslada en exceso al carácter de la gente, que con las prisas propias de toda gran urbe sigue sin embargo guardando costumbres de pequeña villa. Por ejemplo, los parisinos son bastante mas amigos de comprar en pequeñas tiendas que en grandes superficies. El pan en la panadería (boulangerie) el vino en la tienda de vinos (cavistas) y la carne en la carnicería (boucherie). Por esto toda la ciudad, toda, esta sembrada de pequeñas y grandes tiendas dedicadas a una o como máximo dos actividades. Hay supermercados y cadenas de ellos como los Monoprix y grandes almacenes, pero en estos últimos la ropa y los productos para el ajuar casero son los protagonistas, salvo excepciones como la planta gourmet de las G. Lafayette o la tienda gourmet de Le Bon Marche, de nombre La Epicceri de París.
Para todo lo demás tiendas especializadas, Pasticceri, Chocolateri, tiendas de Paté y tiendas dedicadas a licores, caviar, vino, cognac en exclusiva o a cualquier otro producto susceptible de tener alguna clase de clientela. Y mercados.
París esta sembrada como de setas en el bosque, de pequeños mercados con diez o doce puestos de productos frescos o con comida preparada. Pescado, carne, pan, pasteles, "macaron" o, por supuesto, queso se unen a mas ropa, flores o souvenirs en perfecta comunión. Y puestos callejeros de sandwich, aunque aquí se entiende por sandwich también cualquier tipo de bocadillos a base de pollo (poulet) con verduras frescas, de salmón, de jamón, atún, etcétera.
París es un sin parar de vida, de actividad, de energía, de coches y motos, de personas y en bastantes zonas, de lujo y oropel. Y de miseria, por desgracia, en una ciudad que si duerme, y que además se recoge pronto. A partir de las siete y media de la tarde las tiendas comienzan a cerrar y a las ocho y media o nueve la sensación en la calle es similar a unas doce de la noche en cualquier ciudad española. Y no parece una ciudad segura, porque no decirlo. Demasiada gente, y no toda plácidamente instalada en la sociedad de consumo. Pero en lineas generales hablamos de un lugar sin demasiadas complicaciones en este sentido.
París es mucho. Mucho mas que los lugares, mucho mas que las personas y mucho, muchísimo mas que el Senna y que las amplias avenidas y los grandes bulevares. No voy a ser capaz de transmitíroslo, pero lo voy a intentar. Comenzamos.
lunes, 6 de octubre de 2008
Un vinito por favor...
Estoy estos días la mar de enfrascado en lo de mi recién iniciada actividad distribuidora y lo que antes eran sospechas de cliente se han convertido en hechos probados de conocedor. Estoy rodeado de un páramo de tópicos trasladado a las cartas de vinos de mi entorno mas cercano. Seis o siete Riojas, un par o tres de Riberas, un mencia "de la tierra" y unos cuantos blancos, sustanciados en Albariños y, para los atrevidos, uno o dos Ribeiros. Es todo.
Ante tal panorama y después de algunas charlas con posibles clientes, y con los tres valientes que se salen de la norma general, he pensado que puede estar muy bien que se abra un debate porque ¿para que habrían de tener mas vinos en carta si nadie, según ellos, se los demanda?
Es esta una tierra difícil donde lo normal son locales semivacios, donde lo que suele triunfar son los negocios de menú del día y los de "rachona" de parrillada (para los no iniciados, así se define aquí a ese tipo de mujer de pecho exhuberante que atiende en solitario las largas tardes de este tipo de negocio). En ese panorama el publico asistente al local lo que suele pedir son vinos baratos y bebibles, que no molesten y que, por supuesto, no exijan mayor esfuerzo intelectual que el de levantar con una mano la copa en dirección a los labios. Tinto en invierno, blanco en verano, de la Rioja "que é un viñasso" y para de contar. Dicho esto y salvedad por supuesto hecha de los que a otros menesteres se dedican, escasamente un cinco por ciento del total, digo, ¿para que quieren mas?, ¿necesitan mas?
Adelanto que yo pienso que si. Yo soy de los cuatro o cinco que deben quedar en este mundo que creen que el saber no ocupa lugar y que todo lo que se aprenda de las cosas que nos rodean nos mejora y enriquece. Y poder probar vinos diferentes donde quiera que uno vaya es una de esas cosas. O Cerveza, o refrescos de marcas distintas, o destilados o, por supuesto, platos y preparaciones.
Es complicado defender que los vinos de Abel Mendoza son grandes vinos delante de alguien que vende cuatro Riojas (Coto, Alcorta, Paternina Banda Azul, y Bordón) y convencerlo de que Lopez Cristóbal es muy buen Ribera del Duero con dos referencias (Protos y Pagos de Peñafiel Basicos). Y de blancos ya no hablamos ¿no?. Tres Albariños (Martín Codax, Condes de Albarei y Terras Gauda) y un Ribeiro (Viña Costeira). Véndeles Malvasias y Viuras...
Yo no me rindo, soy de natural tozudo y pesado, pero entristece ver que a la ignorancia se la premia con una nula exigencia al hostelero. Sera que se tiene lo que se merece. Por los cuatro que si se esfuerzan solo nombraros que si venís aquí y queréis comer bien y beber mejor tenéis estas opciones;
O Fragón. Praza da Cerca, 8. Fisterra. A Coruña. 65 referencias
Mar de Ardora. As Revoltas - Canduas - Cabana de Bergantiños (A Coruña). Mas de 70.
Casa Manolo. Caldebarcos S/N. Carnota. (A Coruña). Mas de 100
O Castillo. Blanco Rajoi S/N. Vimianzo. (A Coruña). 50 referencias.
Lusco&Fusco. Muros (A Coruña). 70 referencias.
Y si alguno mas hay, que me lo diga. Estaré encantado de visitarlo y conocer a su gerente... y ofrecerle mis vinos claro.
Ante tal panorama y después de algunas charlas con posibles clientes, y con los tres valientes que se salen de la norma general, he pensado que puede estar muy bien que se abra un debate porque ¿para que habrían de tener mas vinos en carta si nadie, según ellos, se los demanda?
Es esta una tierra difícil donde lo normal son locales semivacios, donde lo que suele triunfar son los negocios de menú del día y los de "rachona" de parrillada (para los no iniciados, así se define aquí a ese tipo de mujer de pecho exhuberante que atiende en solitario las largas tardes de este tipo de negocio). En ese panorama el publico asistente al local lo que suele pedir son vinos baratos y bebibles, que no molesten y que, por supuesto, no exijan mayor esfuerzo intelectual que el de levantar con una mano la copa en dirección a los labios. Tinto en invierno, blanco en verano, de la Rioja "que é un viñasso" y para de contar. Dicho esto y salvedad por supuesto hecha de los que a otros menesteres se dedican, escasamente un cinco por ciento del total, digo, ¿para que quieren mas?, ¿necesitan mas?
Adelanto que yo pienso que si. Yo soy de los cuatro o cinco que deben quedar en este mundo que creen que el saber no ocupa lugar y que todo lo que se aprenda de las cosas que nos rodean nos mejora y enriquece. Y poder probar vinos diferentes donde quiera que uno vaya es una de esas cosas. O Cerveza, o refrescos de marcas distintas, o destilados o, por supuesto, platos y preparaciones.
Es complicado defender que los vinos de Abel Mendoza son grandes vinos delante de alguien que vende cuatro Riojas (Coto, Alcorta, Paternina Banda Azul, y Bordón) y convencerlo de que Lopez Cristóbal es muy buen Ribera del Duero con dos referencias (Protos y Pagos de Peñafiel Basicos). Y de blancos ya no hablamos ¿no?. Tres Albariños (Martín Codax, Condes de Albarei y Terras Gauda) y un Ribeiro (Viña Costeira). Véndeles Malvasias y Viuras...
Yo no me rindo, soy de natural tozudo y pesado, pero entristece ver que a la ignorancia se la premia con una nula exigencia al hostelero. Sera que se tiene lo que se merece. Por los cuatro que si se esfuerzan solo nombraros que si venís aquí y queréis comer bien y beber mejor tenéis estas opciones;
O Fragón. Praza da Cerca, 8. Fisterra. A Coruña. 65 referencias
Mar de Ardora. As Revoltas - Canduas - Cabana de Bergantiños (A Coruña). Mas de 70.
Casa Manolo. Caldebarcos S/N. Carnota. (A Coruña). Mas de 100
O Castillo. Blanco Rajoi S/N. Vimianzo. (A Coruña). 50 referencias.
Lusco&Fusco. Muros (A Coruña). 70 referencias.
Y si alguno mas hay, que me lo diga. Estaré encantado de visitarlo y conocer a su gerente... y ofrecerle mis vinos claro.
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