lunes, 28 de septiembre de 2009

Cata comparativa de tres tintos Navarros.

Tres tintos diferentes pero de 2006. Sigo inmerso en un proceso que me debería llevar a la consecución de un proyecto profesional tan ilusionante como grave e importante, al menos para mi. Pero mientras, como digo, probar y probar, conocer gente estupenda y seguir probando, descartando y aceptando, o simplemente aprendiendo, que en esto consiste esta profesión, para toda la vida o mientras dure el profesional. Así que, al grano.

De los vinos probados un servidor ya conocía en E. Valerio de 2005, vino del que soy distribuidor para Galicia y que he vendido en mi tienda desde el corazón y el respeto a un proyecto genial que, a cada añada, va a dar mejores frutos. Se trataba entonces de conocer, y poner en comparativa con otros vinos (mas como muestra de referencia que con verdadero afán competitivo) la próxima añada de E. Valerio Viñas de Amburza de 2006 y el nuevo vino de la bodega, del que la producción va a ser mínima, Emilio Valerio "El Palomar" de 2006. Este fue el resultado.

Ochoa "Mil Gracias" de 2006. Monovarietal de Graciano. Fermentación a temperatura controlada y maloláctica en barricas de roble francesa y americano mas crianza durante nueve meses. Se asomo dispuesto, fácil, abierto y con una exhuberante nariz, muy compleja, llena de matices y fruta roja muy madura. Ligeras notas de tostado algo agradables y una insultante juventud aún. En boca resulta ya menos extremado, de trago mas sencillo pero también sin la misma "gracia". Bueno, bonito, barato (12 euros en tienda, ma o meno).


Emilio Valerio de 2006. Como siempre agricultura biodinámica y coupage de diversas proporciones de Cabernet Sauvignon, Merlot, Garnacha y Graciano, de unas viñas con una edad media de 35 años orientadas al sur. Crianza en barrica durante unos 11 meses, roble francés. El salto hacia adelante es manifiesto y patente al primer asomo a la copa. Presenta la misma fruta característica en el 2005 (en la foto), moras y tostados muy sutiles. En boca es donde mas se presenta el verdor y la juventud del vino. Acidez marcada, como en el 2005 cuando lo tome por primera vez hace mas de un año (ahora ya empieza a resultar espectacular pero... )que aventura un exitoso futuro. Necesita algo de tiempo pero pinta de miedo.

Emilio Valerio "El Palomar" de 2006. Viñas centenarias (algunas de edad indefinible) sobre todo de Garnacha, mas Merlot y Graciano (nada de C.S.). En nariz es directamente genial. Trazas de cacao, hierba seca y algunas mas propias de la Merlot bordelesa, cuero y animal, todo en una inexplicable conjunción que lo vuelve agradable, pleno, que te llena y te cubre. En boca mientras es ligero pero con carácter, cálido, de agradable paso, muy goloso y acidez muy matizada y agradable. Es un gran vino, seguramente dentro de la docena de los mejores que haya probado (si, cierto, no he probado tantos, pero me ha emocionado), y promete cosas que, si sigue la senda de sus hermanos, ofrecerá aun con el tiempo en botella ¿cuales?. Pues no lo se porque, ahora, esta ya directamente estupendo.


Este fin de semana, como siempre hubo mas. De algunos hablare a lo largo de la semana si puedo. De otros no voy a hablar, no se me enfade nadie y después se dediquen a mentir a diestro y siniestro o a mentar lo malisimo que soy. Solo diré, por lo tanto, que probé unos 15 vinos entre el viernes y ayer noche. Me gustaron sin mas seis, dos me parecieron muy buenos y uno excepcional. De los demás, uno fue corriente, y los otros imposibles salvo uno que debería ser directamente delito.
Así fue la cosa.



*Fotos. La del Ochoa de elvinet.wordpress.com. La del E. Valerio básico es de Joan Gómez Pallares y la del viñedo de una web de la Junta de Castilla y León.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La diferencia esta en los detalles.

El pasado lunes acudí a un evento donde una Fabrica de Vinos, con sucursales en varias zonas y países, elegía a una serie de personas en un concurso y de cara a un premio final. No me extiendo porque la cosa fue un poco neutra, es decir, no lo pase ni bien ni mal, me quede como extrañado por algún detalle y directamente flipado con otros. Pero en ese evento se preguntaba cual era la zona mas extensa de producción de vino en Italia de entre estas tres; Toscana, Piamonte y Sicilia. Yo respondí (mal, por variar) que la Toscana cuando, al parecer, es Sicilia, y eso me hizo recordar un vinazo de estos últimos días al que no he prestado la debida atención. Se trata del Planeta Cometa de 2007.


La Bodega tiene cinco puntos de elaboración y plantación repartidos por la isla, de donde salen vinos de diversos tipos, blancos y tintos, por supuesto, y dulces Moscato y algún rosado. El viñedo esta trufado de variedades, sobre todo, Nero D`avola, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot en tintos, mas Chardonnay y Fiano en blancas, además de otras plantadas de modo experimental. Este Planeta Cometa es un 100% Fiano del que se han producido unas 70.000 botellas. 14.5º y fermentado en inox.
Es un vino extraordinario. No había probado nada de esta uva y no tengo referencias anteriores pero es un autentico carrusel de flores, fruta y manzanilla. UN torrente en boca, ampuloso, pleno y agradable a pesar de la graduación y tomado a algo mas de 13º de temperatura. Me ha dejado sensaciones que no había tenido con ningún vino y me habla muy bien de estos vinos Sicilianos.


El otro buen vino de estos días, sin llegar a estos extremos, vuelve sobre la escasa profundidad y calidad de la Garnacha en España, salvo honrosas excepciones. Es el Les Aphillanthes L’Ancestrale du Puits Cairanne 2004, un Garnacha con Mouvedre Cotes du Rhone Village de 14.5º. Ya Paco Berciano hablo de el en Septiembre del pasado año, así que aquí queda su post. Solo coincidir plenamente con su criterio y afirmarme en que de esta uva existen, a precios mas que accesibles, multitud de vinos en el país vecino, donde la Garnacha es mimada, querida y utilizada con rigor y a un nivel bastante alto.
Mi opinión sobre esta uva era, como aficionado hace una década, la de que ofrecía vinos duros, dificiles, ácidos y rudos, de mal beber y poco aprecio por mi estomago al final de las comidas que acompañaban. Tras probar una docena o mas de vinos franceses (y tres o cuatro nacionales mas recientes) mi opinión ha cambiado un 100%. Este Les Aphillanthes es un vino dócil pero con personalidad, fácil (accesible mas bien), de nariz amplia y poderosa pero con una boca golosa y que invita a beber. Me gusta, vamos.

Seguimos probando y reprobando y cada vez que sumo vinos a mi memoria sensorial entiendo mas a aquellos que no colocan precisamente en España el mayor nivel de los tintos europeos o mundiales. En los blancos tengo mas dudas, aunque temo que sea también un defecto mio, por falta de referencias extranjeras. Y es que en el concurso del que hablaba al principio una de las pruebas consistía en averiguar a ciegas la uva, añada, zona y país de dos vinos, un blanco y un tinto. Del blanco, los mas cercanos a donde me encontraba, tras la cata, afirmaron haber localizado una Chardonnay del Penedes, algo que yo también indique en mis notas. Resulto ser una Viognier Chilena. Un chiste que creo que los organizadores no entendieron como simpático "Oye, pues decidle a los técnicos que lo hacen que han equivocado las levaduras artificiales. Están usando las del Chardonnay". Humor ingles, supongo.



* La foto del vino francés es de Paco Berciano. La del Italiano de su web, www.planeta.it. Quiero dar las gracias a Fernando por tener el tino que tiene a la hora de escoger vinos. A día de hoy nunca me ha fallado. Por algo será.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Cata comparativa de tres tintos Gallegos.

Conste que en esta cata no hay ánimo competitivo alguno. Se hizo con la única intención de evaluar, desde tres ópticas distintas, la forma de los tintos de cabecera de la Ribeira Sacra en la franja de precio medio (menos de 20, mas de 10). Quisimos que fuese cata de cuatro pero fue finalmente de tres, dos habituales y un "invitado" con ganas de armarla. Al grano;


Abrimos por pares. Primero los dos principales y mas "igualados" contendientes. El Lalama de 2005, de Dominio do Bibei, Ribeira Sacra, viñedos de Mencia, Brancellao (prestada) y Garnacha Tintorera. Fermentación en barrica de 500 litros de roble francés. Criado a posteriori en madera durante 16 meses y otros cuatro mas en foudres. Asomó suave, con leves torrefactos, tostados muy leves a 14º. Al subir la temperatura siguió algo flojo pero muy presente, con presencia de algo de cuero y cuadra, muy leve. Fruta. En boca cierta acidez inicial rápidamente corregida. También cuero y bichos que apuntarían ¿al fin de un recorrido?. No, enseguida se compone y perdura. Fácil de beber. Gran vino. Una Oreja y mas pañuelos blancos.


La otra mitad del par. Régoa TN de 2007. Aun no esta en el mercado, por lo que nos asomamos a la copa con cierta precaución. Macerando en depósitos de acero inoxidable con remontados, y posteriormente en barricas de 300 litros de roble francés Alier. Mencia y Alvarello. Inicialmente también se mostró tímido, reservón, escondiéndose tras la baja temperatura inicial (14º). Al poco se abre, al cuarto de hora. Cálido, abierto, fácil de beber, menos corpulento en la comparación pero con carácter, mas pulido, mas hecho. La sensación en boca es mas racial, mas "brava" pero en el sentido positivo, de querer marcar distancias, de querer ser "alguien diferente". Al cabo de una hora se mostró compuesto como pocos mencias que haya bebido, decidido, certero, y muy goloso, mucho. Un vino serio. Ojo con el. Una oreja y petición de la segunda que el presidente no acepto.


El cierre al trio. Muestra de control y recata porque ya lo habíamos probado haya por finales de Julio, junto a sus hermanos. Se trata del Guimaro B2M de 2007, segundo barrica de la casa, nacido para ocupar en España parte del inmenso hueco dejado por el B1P (El Pecado... confuso). Vinificación catorce meses en barrica, viñedo de Mencia en exclusiva de una única finca, en roble francés y asesorado, en parte, por Raúl Perez (quiera esto decir lo que quiera decir).
Asoma mas sucio, mas bravo y mas displicente que ninguno de los otros dos. Mencia en estado puro, fruta, gama de acideces, mas recurrentes al principio, mas encubiertas al cuarto de hora y mucho mas suave y afinada a la hora de abierto. Falta algo de tiempo pero solo en mes y medio se nota cierta evolución hacia terrenos mas agradables, de trago cálido sin aristas y con mayor estructura. Gusta pero con reparos. Ovación y vuelta al ruedo, pero sin trofeo.


A mi al menos, a modo de resumen final, la cata me deja la sensación de que la buena salud exhibida por los tintos gallegos en los últimos años viaja a toda velocidad hacia adelante. Los vinos crecen, se abren, ofrecen, pero sin "cosas extrañas", sin aromas inadecuados e incomprensibles, sin efectos especiales y sin operaciones extrañas (al menos por ahora). Solo viña, seriedad, esfuerzo y trabajo. Y al final la Mencia, la Alvarello, la Brancellao y el tiempo. Donde quiera que se haga. Aquí tres ejemplos. Me gustó la muestra. Me gustó mucho.