martes, 21 de octubre de 2008

¿Que me pasa doctor?

Por variar, después de unos días hablando básicamente de París (cosa que me encanta, bien es verdad) he probado un par de vinos que me gustaría comentar mas que nada por mi poca coincidencia con la opinión general (cosa nada extraña por otra parte) que los califica de extraordinarios. Sin poner en duda este calificativo, y asumiendo que tal vez sea yo el problema, si quisiera decir un par de cosas sobre estos dos vinos tan diferentes y tan parecidos.


En días pasados me hice en "La Viña de Xabi" (Fernando III El Santo. S. de Compostela) con una botella del muy comentado Alcouce de 2005. Es este un Ribeira Sacra a base de Mencia con algo de crianza en barrica. Al abrirlo me encuentro con un mencia fuera de la tradición local, donde predominan los tostados, no la fruta, pero sincero y bien acabado. Me huele a fruta madura, a potencia, a grueso y serio pero no ha vino difícil. Hasta ahí bien.

La cosa se tuerce porque me encuentro en boca mas de lo mismo, mas tostados, mas madera mas sobriedad y no es lo que busco. No en un mencia de la Ribeira Sacra. Tal vez si en un Ucedo de Gines Fernandez, incluso en un Mencia de Raúl Perez en el Bierzo, pero no en un Mencia de laderas del Sil. Llamadme raro, pero me gustaba mas cuando sabia cuales eran las reglas del juego. Ahora no lo acertaría ni a la de tres... (bueno, seguramente antes tampoco). De precio fantástico, pero tengo otras opciones delante, muchas.


La otra decepción, entre comillas, esta mayor que la anterior es el Predicador de Benjamin Romeo, de 2006. Es este un Rioja del que se ha dicho mucho, sobre todo, al respecto de lo económico de un vino tan singular y fantástico (esto lo he leído mucho en revistas especializadas). Para empezar a un servidor la botella le cuesta 16 euracos, algo considerable si hablamos de "precio económico". Lo dejo a un lado a la espera de probar el vino, básicamente Tempranillo, y de conocer si hay mucho o poco de "singular y fantástico" en este Rioja (teniendo en cuenta, para quien no lo sepa, que a mi la Rioja me da mas disgustos que alegrías). Y no.

Se trata de un buen vino, clásico al extremo, algo mas compensado y menos "salvaje" que otros, donde la madera prevalece como siempre pero sin darte de palos a la nariz al acercarte. Es sobre todo crianza, pero en boca asoma algo ¿mineral? que me extraña encontrarme. Por lo demás no deja de ser otro Rioja, menos culpable pero igual de rudo para mi gusto y a este precio, además, caro.

Una pena, pero en este segundo caso da la impresión de que debamos pagar el "Contador" o el "La Viña de Andrés", elaborados por la misma mano. Y los cien puntos Parker claro. Esta visto que no doy una... ¿que me pasa Doctor?.




*La foto del Alcouce es de Carlos de Roco&wines. La del Predicador de un web de venta online.

viernes, 17 de octubre de 2008

Crónicas parisinas. Los cavistas y demás perversiones.

Seguimos con el periplo vital por la, para mi ciudad de ciudades, pasando por una de sus mayores virtudes; los cavistas.

El concepto es sencillo. Tienda de pan, tienda de carne, tienda de pescado... tienda de vino. Los Parisinos, como con lo demás, prefieren la tienda pequeña y bien atendida y la selección del producto mas próxima y a poder ser probando el genero.

En París es lo mas habitual, lo incluyen en el precio final, el catar los vinos antes de su compra y charlar sobre ellos con el propietario o su sumiller. Esto a partir de unos precios claro y de un genero concreto. Por empezar con alguno de los templos del vino en la ciudad, y por localizar un epicentro del vino, todo o al menos lo mas "gordo" pasa en las proximidades de la Iglesia de la Madeleine. Como recordando los orígenes de su arquitectura, griega clásica, el vino es protagonista a su alrededor comenzando por Lavinia Paris (3, Boulevard Madeleine). Un gigantismo que nos permitiremos por sus 6000 referencias de vinos sobre todo Franceses y con algún detalle mas castizo (me sorprendió encontrar mi querido Jarrarte). Lo mas apabullante los cognacs de la primera planta, económicos, desde 15.000 euros...


Subiendo hacia la propia Madeleine se topa uno con otro santuario pero no solo del vino sino del bon vivant parisino mas clásico. Es Fauchon. Las mesas de los hogares mas exigentes de la ciudad se llenan la noche del viernes de productos que salen de sus vitrinas. Paté, Macaron, Caviar o por supuesto vino (la planta baja de la tienda principal esta dedicada solo a vinos y licores) acompañando una selección de productos marca blanca propia (chocolate, mermelada o tes y pastas). Visita obligada a sus dos tiendas, la una frente a la otra a la altura del numero 30 de la Place de la Madeleine (detrás de la iglesia).


Caso a parte es Nicolas y sus mas de 70 tiendas repartidas por todo París. Vino,vino y mas vino, de productores pequeños y no tan pequeños, a precios bajos o muy ajustados y que busca un publico muy concreto, conocedor del vino francés y que en demasiadas ocasiones esta mas cerca de llevarse gato por liebre que referencias interesantes. No es una mala opción, por variedad, pero si algo peor sino se habla un buen francés.


No quiero dejar de nombrar el paseo culinario por antonomasia para mi, por la fantástica Rue St. Louis en L`ile, calle principal de la menor de las dos islas del Senna y donde en minúsculas tiendas se concentran productos de enorme calidad y, en algún caso, precio. En esta calle podremos desde comer helado de Ruibarbo a comprar aceite en la tienda original de Olivier&Co, después convertido de importador de aceite a cadena de cosméticos naturales.

Podremos de comprar un queso de la enorme variedad de Fromage francés a adquirir un bote de paté ecológico de la Petite Scierie, tiendas originales y únicas vendedoras de esta linea de productos de la Campagna.



Esto es, muy grosso modo, lo que París nos da "de a poquito" en sus miles de tiendas. Pero sobre todo vino y lugares como este ultimo, que ilustra el espíritu de la cosa... a la sombra de la Madeleine, escaparate con replicas de Romane Conti del 67. Quien lo pillara...

jueves, 16 de octubre de 2008

Inciso. Las Guias de vinos...

Que quede claro que esta entrada nace de cierta indignación mal digerida pero me parece legítimo y hasta lógico que todo el mundo se guíe por donde le parezca a la hora de disfrutar de algo como un vino, o de adquirir un bien complejo de la clase que sea. Mi lamento tiene mas que ver con el modo cicatero y poco profesional con el que se despachan determinadas guias a la hora de medir cual es, según su criterio, la calidad de los vinos de cierta zona. Y eso me ha pasado con la Guia Peñín de 2009.

Dejando a un lado calificaciones para vinos de la DO Rias Baixas que no comparto ni de lejos (me parecen excesivos los 89 pts del Dávila de 2007 y los 90 del Fillaboa por poner dos ejemplos) me parece peor la fea costumbre de no puntuar en función de circunstancias que, al menos para mi no quedan claras. Algún ejemplo.


De bodegas Zárate se califica con 89 y 88 puntos al Zárate "O Balado" de 2006 y al Zárate básico del mismo año, pero no se puntúa ni se catan ni el Zárate "El Palomar" ni el "Tras da Viña". Dato curioso, pienso y busco en la misma guia los criterios seguidos para dejar sin catar estos vinos, atención, encuentro esto "Existen dos grupos de vinos no catados:
A) Los vinos pertenecientes a bodegas que solo han enviado parte de sus marcas.
B)los vinos pertenecientes a bodegas que no han enviado ninguna muestra.
En el caso A) la ausencia puede deberse a que, o bien el vino se ha agotado en la bodega (una razón absurda, ya que el vino puede estar en el mercado), o a que el elaborador crea que, al tratarse de marcas de menor calidad, recibirían una puntuación mas baja. En este último caso, deducimos que se trata de vinos de nivel inferior a los catados y calificados de estas firmas. Como las marcas ya recibidas nos permiten conocer el estilo de la bodega, no insistiremos en las etiquetas ausentes.
En el caso B) sabemos con certeza que, salvo rarísimas excepciones, los vinos no sobrepasarían la calificación de 79. Sin embargo, hemos realizado el esfuerzo de actualizar sus datos básicos (dirección, teléfono y marcas que comercializan) y, por supuesto, seguiremos insistiendo en próximas ediciones para que envíen sus muestras para la cata (fin de la cita)"


Haber. Eulogio Pomares Zárate e Hijos o bien no envió, o bien sus vinos no catados no se considero que pudieran superar los 79 puntos (el Palomar y Tras da Viña, hablamos de dos de los mejores del año en mi opinión y en una docena mas leídas por todos). Pero la cosa sigue. Albariño do Ferreiro 2007 88 pts, del Cepas Viejas no se hace ni mención, Añada de Baladiña 2002 84 pts mientras que los vinos de Martín Codax, estos si se debieron remitir, todos votados, cinco, y tres de ellos con 90 o mas puntos.

Ya se que es una crítica que algunos no entenderéis y otros no compartis, y me parece bien, pero cuando leo cosas, sobre la Ribeira Sacra, como la siguiente "las arraigadas y poco actualizadas tradiciones de los viticultores les llevan a primar el rendimiento y la cantidad sobre la calidad, por lo que su futuro remonte al igual que el resto de denominaciones gallegas resultara mas lento" pienso ¿que vinos probo en esa denominación Jay Miller, por mandato de Parker, para decir que se trata de uno de los futuros "puntos calientes" del vino tinto en España?. Esta visto que no son los mismos que el equipo de Peñin, a quien considero, a parte de todo esto, uno de los máximos exponentes de la cata en España, seguramente a la altura de Custodio Zamarra o similares personajes. Entendamonos, no comparto la forma, pero el fondo es siempre el mismo, el gusto particular de cada uno, y eso, lo se, no admite crítica.






*Foto de Pistoynopisto en Flickr.