miércoles, 15 de octubre de 2008

Crónicas Parisinas. Los Grandes Almacenes.

París, como dije en el post anterior es sobre todo pequeñas tiendas, pequeños detalles en una ciudad abocada a lo descomunal, a lo gigantesco. Tal vez por ello, o por esto mismo, en París se da un fenómeno que el resto de Europa salvo, tal vez, Londres, ha ido abandonando por un modelo mucho mas masificado; los grandes almacenes.


Existen en París varias referencias al respecto. La mas popular puede ser, por existir otras versiones en otras capitales, las Galeries Lafayette, pero no es ni de lejos la mas antigua representación de este modelo. Le Bon Marché se inauguró como un pequeño comercio en 1838 y en 1850 se transformó en una tienda departamental. Los negocios prosperaron y el propietario encargó a Gustave Eiffel(si, el de la torre) la construcción de un nuevo edificio en 1897. Al finalizarlo, quedaba constituido el primer centro comercial del mundo. En la actualidad, y después de años siendo el lugar de los precios bajos en París (bon marche significa básicamente ganga) este establecimiento se ha convertido en un paradigma del lujo. Dior, Gucci, Dolce&Gabana o Loewe tienen espacio propio en sus plantas.

De lo que nos interesa, en el antiguo edificio anexo ha quedado dispuesto todo lo referido a lo gourmet en grado sumo (esto es París). El establecimiento de planta única se denomina La Grande Epicerie de Paris. Es grande, enorme no en comparación con la otra gran referencia, pero si muy selecto y muy bien compartimentado. Carnes, pescados, dulces, referencias gastronómicas de todo el mundo y conservas todo, eso si, a precios en la linea regular de la ciudad pero lugar para visitar (38, rue de Sèvres. Metro Sevres-Babilon).


La otra gran visita para los "pirados" del producto y la abundancia es, sin duda alguna, la planta Gourmet de las Galeries Lafayette (Lafayette Gourmet). Esto es una barbaridad. Se que existen lugares aun mas bastos, mas grandes y con mayor numero de referencias pero yo al menos no he estado. Es bestial, de todo el mundo y lo mejor. Paté, "Macaron", servicios especializados por países y la oportunidad de degustar en el lugar desde pasta hasta un simple sandwich pasando por platos al estilo asiático o un jamón pata negra autentico. De precios no hablo, por supuesto, pero aquí se hace la compra mucha gente y no solo buscando exclusividad o cosas complejas. Si mañana muero quiero ser enterrado o bien aquí o bien en el fondo de la bodega del restaurante Atrio. Ya lo sabéis. (Metro propio en Chause D`antin-Lafayette)


Otras referencias escapan a este concepto y serán tratados en el siguiente post, el dedicado a tiendas en general y vinaterías y cavistas en particular pero creo necesario empezar de lo mas gordo hacia abajo. Para mi estos lugares compendian una cantidad de cosas tal que, al menos yo, termino saturado, pero no creo que exista mejor modo de acercarse a la gastronomía a modo económico y cercano que este.

martes, 14 de octubre de 2008

Crónicas Parisinas. Preámbulo

Después de este periplo no dudéis que pasare días, semanas tal vez, tratando en vano de exponeros aquí lo que a mi me produce visitar esta ciudad, este santuario de la cúspide máxima de la civilización occidental, este lugar de privilegio y donde quien disfrute de la cultura puede lograr el éxtasis. Gracias de antemano por vuestras felicitaciones a todos ( aunque dado mi aspecto a los 34 no estoy yo por celebrarlo demasiado, jeje, es broma) y vamos al ajo, que hay mucho que contar.


París es una ciudad de mas de dos millones de habitantes aunque en su área metropolitana congrega a cerca de nueve, convirtiéndose en una enorme metrópolis. Esto no se traslada en exceso al carácter de la gente, que con las prisas propias de toda gran urbe sigue sin embargo guardando costumbres de pequeña villa. Por ejemplo, los parisinos son bastante mas amigos de comprar en pequeñas tiendas que en grandes superficies. El pan en la panadería (boulangerie) el vino en la tienda de vinos (cavistas) y la carne en la carnicería (boucherie). Por esto toda la ciudad, toda, esta sembrada de pequeñas y grandes tiendas dedicadas a una o como máximo dos actividades. Hay supermercados y cadenas de ellos como los Monoprix y grandes almacenes, pero en estos últimos la ropa y los productos para el ajuar casero son los protagonistas, salvo excepciones como la planta gourmet de las G. Lafayette o la tienda gourmet de Le Bon Marche, de nombre La Epicceri de París.


Para todo lo demás tiendas especializadas, Pasticceri, Chocolateri, tiendas de Paté y tiendas dedicadas a licores, caviar, vino, cognac en exclusiva o a cualquier otro producto susceptible de tener alguna clase de clientela. Y mercados.


París esta sembrada como de setas en el bosque, de pequeños mercados con diez o doce puestos de productos frescos o con comida preparada. Pescado, carne, pan, pasteles, "macaron" o, por supuesto, queso se unen a mas ropa, flores o souvenirs en perfecta comunión. Y puestos callejeros de sandwich, aunque aquí se entiende por sandwich también cualquier tipo de bocadillos a base de pollo (poulet) con verduras frescas, de salmón, de jamón, atún, etcétera.


París es un sin parar de vida, de actividad, de energía, de coches y motos, de personas y en bastantes zonas, de lujo y oropel. Y de miseria, por desgracia, en una ciudad que si duerme, y que además se recoge pronto. A partir de las siete y media de la tarde las tiendas comienzan a cerrar y a las ocho y media o nueve la sensación en la calle es similar a unas doce de la noche en cualquier ciudad española. Y no parece una ciudad segura, porque no decirlo. Demasiada gente, y no toda plácidamente instalada en la sociedad de consumo. Pero en lineas generales hablamos de un lugar sin demasiadas complicaciones en este sentido.

París es mucho. Mucho mas que los lugares, mucho mas que las personas y mucho, muchísimo mas que el Senna y que las amplias avenidas y los grandes bulevares. No voy a ser capaz de transmitíroslo, pero lo voy a intentar. Comenzamos.

lunes, 6 de octubre de 2008

Un vinito por favor...

Estoy estos días la mar de enfrascado en lo de mi recién iniciada actividad distribuidora y lo que antes eran sospechas de cliente se han convertido en hechos probados de conocedor. Estoy rodeado de un páramo de tópicos trasladado a las cartas de vinos de mi entorno mas cercano. Seis o siete Riojas, un par o tres de Riberas, un mencia "de la tierra" y unos cuantos blancos, sustanciados en Albariños y, para los atrevidos, uno o dos Ribeiros. Es todo.


Ante tal panorama y después de algunas charlas con posibles clientes, y con los tres valientes que se salen de la norma general, he pensado que puede estar muy bien que se abra un debate porque ¿para que habrían de tener mas vinos en carta si nadie, según ellos, se los demanda?

Es esta una tierra difícil donde lo normal son locales semivacios, donde lo que suele triunfar son los negocios de menú del día y los de "rachona" de parrillada (para los no iniciados, así se define aquí a ese tipo de mujer de pecho exhuberante que atiende en solitario las largas tardes de este tipo de negocio). En ese panorama el publico asistente al local lo que suele pedir son vinos baratos y bebibles, que no molesten y que, por supuesto, no exijan mayor esfuerzo intelectual que el de levantar con una mano la copa en dirección a los labios. Tinto en invierno, blanco en verano, de la Rioja "que é un viñasso" y para de contar. Dicho esto y salvedad por supuesto hecha de los que a otros menesteres se dedican, escasamente un cinco por ciento del total, digo, ¿para que quieren mas?, ¿necesitan mas?


Adelanto que yo pienso que si. Yo soy de los cuatro o cinco que deben quedar en este mundo que creen que el saber no ocupa lugar y que todo lo que se aprenda de las cosas que nos rodean nos mejora y enriquece. Y poder probar vinos diferentes donde quiera que uno vaya es una de esas cosas. O Cerveza, o refrescos de marcas distintas, o destilados o, por supuesto, platos y preparaciones.

Es complicado defender que los vinos de Abel Mendoza son grandes vinos delante de alguien que vende cuatro Riojas (Coto, Alcorta, Paternina Banda Azul, y Bordón) y convencerlo de que Lopez Cristóbal es muy buen Ribera del Duero con dos referencias (Protos y Pagos de Peñafiel Basicos). Y de blancos ya no hablamos ¿no?. Tres Albariños (Martín Codax, Condes de Albarei y Terras Gauda) y un Ribeiro (Viña Costeira). Véndeles Malvasias y Viuras...

Yo no me rindo, soy de natural tozudo y pesado, pero entristece ver que a la ignorancia se la premia con una nula exigencia al hostelero. Sera que se tiene lo que se merece. Por los cuatro que si se esfuerzan solo nombraros que si venís aquí y queréis comer bien y beber mejor tenéis estas opciones;

O Fragón. Praza da Cerca, 8. Fisterra. A Coruña. 65 referencias
Mar de Ardora. As Revoltas - Canduas - Cabana de Bergantiños (A Coruña). Mas de 70.
Casa Manolo. Caldebarcos S/N. Carnota. (A Coruña). Mas de 100
O Castillo. Blanco Rajoi S/N. Vimianzo. (A Coruña). 50 referencias.
Lusco&Fusco. Muros (A Coruña). 70 referencias.

Y si alguno mas hay, que me lo diga. Estaré encantado de visitarlo y conocer a su gerente... y ofrecerle mis vinos claro.