Tenia ya ganas de visitar este miembro del nuevo eje gastronómico en Compostela. La calle Galeras guarda para mi recuerdos muy gratos de hace unos años y se ha convertido en puntal de la nueva restauración en la capital de Galicia, al aglutinar a tres locales muy particulares y muy cerca de un cuarto con estrella Michelin (Casa Marcelo del ínclito Marcelo Tejedor).
Este
"El Mercadito"( C/ Galeras,18. Santiago de C. 981574239. Cierre Domingo, Lunes y Martes noche) lo dirige en los fogones Gonzalo Rey, otro de los miembros del denominado Grupo Nove (actualmente grupo diecisiete) que en su día fundaron los Tejedor, Solla o Daporta, por ejemplo. El local esta estupendamente decorado en una linea modernista pero con mucho estilo. Al llegar la anécdota porque, a pesar de haber hecho la correspondiente reserva esta no constaba en el libro. Nervios, incertidumbre pero rápida solución "Habemus Mesa" para dos en una noche de pleno en la plaza. Pero del bullicio hablaremos luego.
Nos decantamos por el menú degustación después de algunas lecturas en la web que lo recomendaban como buena opción para acercarse al modo de hacer de esta casa. Buena decisión

La cosa comenzó con un pescado, el "prota" del menú, denominado como
Sargo marinado al momento y limón dulce. Muy bueno, el limón presente y su ácido refrescante sin tapar el buen gusto del pescado. Buen comienzo.

Seguimos con algo que me llamo la atención, el
Pulpo a nosa Feira, modo bien simpático de definir un pulpo con el punto muy bien cogido, pero que muy bien, sobre cama de puré fino de patata y emulsión de aceite y pimentón. Riquísimo.

La
Xarda tibia con humus y crujiente, en este caso de jamón, para mi gusto lo mejor del menú. Hacer que un pescado que directamente no me gusta, subido a una espuma de verduras que tampoco me apasionan sea tan fantástico en su conjunto, no puede demostrar nada mas que un buen trabajo y una magnifica combinación. Vamos que muy bien.

De arriba a abajo. El
huevo de corral con espuma de patata y pisto es una de esas cosas que me da la impresión que los cocineros hacen como por una especie de apuesta entre ellos de quien es capaz de hacerlo de forma mas compleja y conseguir aun así venderlo masivamente. En este caso el pisto, sin el huevo y con la espuma estaría seguramente igual de rico. Definitivamente no me gustan los huevos a baja temperatura. Ni crudos tampoco. Lo mas flojo para mi gusto.

De la
Merluza de Celeiro al Vapor con su pil-pil de Albahaca se me olvido la foto porque la ataque con ansias renovadas llegados a este punto de la cena. Buen punto, algo crudo para el gusto de Al Dente, pero a mi me pareció buena. Muy presente el sabor a yodo, muy fresca y bien sin escándalos.
Otro asunto fue la carrilera definida como
Ternera estofada al vino de Monterrei en el menú pero que me pareció entender que llevaba algo mas (pistacho?). Yo me quedo con la enorme calidad de la carne, melosa sin llegar al moco, perfecta conjunción con el puré y rica en general. Buen cierre a los platos y vamos a los postres.

Del primero, el
Sorbete de Moras silvestres, bizcocho de chocolate y espuma de mango tampoco tengo foto aunque la merecía. Buen modo de terminar, fresco y digestivo, con el contrapunto frío del sorbete y el mango con el contraste del bizcocho de chocolate muy logrado. Bárbaro
Del otro postre si tengo foto aunque era algo mas flojo. Las
Milhojas de vainilla y tofe salado no estaba mal pero después del sorbete no mantenía el nivel de los postres.
Todo lo regamos con un
Gaba do Xil de 2006, godello, que no estuvo excesivamente presente y me pareció incluso prescindible en alguna fase de la comida. Esto es para mi de lo mas flojo de un local que, salvo algunas excepciones, merece una carta de vinos mayor y mas completa y equilibrada. Hablo de una carta de vinos para un local de 43.90 € el menú mas vino y cafés (en nuestro caso 110 los dos). Se merece mas.
En resumen bien, buena experiencia, servicio eficiente y muy trabajador. El mayor pero no es solo culpa del local y pasa por un bullicio mas propio de una taberna cualquiera al mediodía con el local lleno de menús del día que de un establecimiento dedicado al placer y las sensaciones en la mesa. Llego un momento donde fue complicado comunicarse con Al Dente, y estaba en frente de mi. No se como se remedia pero es algo complicado y que empobrece un trabajo por otra parte fantástico desde la cocina y el servicio.