miércoles, 30 de diciembre de 2009

Y en terminando 2009... (y I)

Un año más de vida, un año más de vino y un año más de blog. Este es el primer año completo de esta trastienda y no ha sido el último de purita casualidad. Este año no lo guardare en los archivos históricos de mi vida... mas bien se ira a la papelera salvando, únicamente, algunas comidas, algunos amigos y amigas y algunos ratos.... y algunos vinos. No mas de una docena que me han ayudado a entender y delimitar mis gustos, que me han ayudado a crecer en conocimiento (poco, pero eso es culpa mía) y a decidir que si y que no me gusta dentro de este universo, de que zonas quiero saber y probar mas y de que zonas no tengo especial interés en saber nada mas mientras no cambien sus modelos productivos, trasnochados y maltratadores del viñedo y del vino. Esta de aquí abajo no es nada más que una selección de las cosas que me han llamado más la atención en cuanto a blancos y tintos gallegos. Ni premios, ni primeros ni segundos ni nada. Los que son separados en blancos del año (albariño o godello) y con madera y tintos mencia y otros con y sin madera... mas una cosa que no tiene nada que ver que ninguno de los demás. Estos son;

LOS VINOS DE LOS QUE ME ACUERDO (I)

Blancos (Categoría Rías Baixas de 2008);


Tricó 2007: Cosa rara el primer vino en solitario de José A. López (Lusco y Morgadio). Albariño de raíz, varietal y que me sorprendió por una acidez nada recurrente y que, contra lo habitual, no actuaba en boca "contracorriente" sino mas en la línea de un riesling común (acidez por frescura pero que ayuda sin agredir al comensal, a eso me refiero). Fruta de aroma intenso y profundo. Notas florales, de melocotón y albaricoque), herbáceas y balsámicas. Vino mineral (si es definible esta característica). Una alacena de sabores y aromas nada usual en los albariños de la última década y media. Una interesante novedad. Espero ansioso el 2008...


Leirana 2008: Si existe el antagonismo este esta en las manos de Rodrigo Méndez. No entendido en cuanto a lo contrario sino en cuanto a lo diverso. Porque, para quien a lo largo de su vida pueda haber probado una docena de albariños de Meaño, del mismo corazón de la DO, este Leirana le sorprendería hasta el disgusto. Para otros, de paladar mas abierto o dispuesto este albariño les habrá parecido lo que a mi, la "tercera vía" del futuro de una DO sobreexplotada y de una cepa abusada por una industria disfrazada de bodega. Leirana es directamente Salnés. Sin anestesia. De color amarillo paja, en nariz es fresco a rabiar, expresivo, fruta y mas fruta, algunos apuntes herbáceos y limón para terminar. Lo mas fresco del año...


Attis 2008: Me insisten algunos que no, que este vino no es de esta "corte" y yo insisto "no es corredor de cien metros, esto va para largo". Y todo esto porque lo que Robus puede ofrecer lo ofrece (y no, no es trabajo en la viña ni sacrificios en el campo). Robus ofrece continuidad, una idea clara de lo que quiere y paciencia... algo de lo que solo un puñado de bodegas en las Rías baixas puede presumir. Mientras otros con más preparación trabajan para ofrecer un vino que se muestra con capa baja y color amarillo verdoso y que en nariz recuerda quizá más a los vinos de O Rosal que a otros más afrutados. Fruta con hueso de todos modos, cítrico y un envolvente aroma a ¿eucalipto?. En boca es fresco sin llegar a otros excesos, con un final cítrico pero lejos del limón y mas próximo al pomelo. Singular, lo menos que puede pedírsele a un vino de 11 euros en tienda...

Blancos (Categoría Rías Baixas con madera);

Nana 2007; La evolución hacia adelante de este barrica es de tal magnitud que cualquier parecido entre aquel primer Nana donde la vainilla aparecía en primer termino y este de anteayer donde la comunión es directamente asombrosa, es pura coincidencia. Nana es un proyecto y como tal necesita ajustes pero por estilo, carácter y presencia es uno de mis albariños en madera preferidos. La gracia estará en probarlo dentro de un par de años... y ver que pasa.

Goliardo "A Telleira" 2007; Otro "must" por múltiples razones (entre ellas la mano de Raúl Pérez, si) pero sobre todo, de nuevo, por ver como la acidez de estos vinos se comporta a la hora de dar mayor o menor (y mas rico o menos) recorrido a estos vinos en barrica. Por exclusivo, diferente y nada tramposo es otra de mis referencias del año..

Zárate "El Palomar" 2005; Es sin duda, para mi, el mejor pero vive bajo el recuerdo de aquel genial 2005 de peso en boca y cualidades dignas de cualquier Chablis (salvando claro las distancias). Pero la duda que me cabe es la de siempre ¿no será todo cuestión de tiempo en botella?. Estos tres vinos me han dado a entender que se puede hacer buen albariño en barrica pero este en concreto (el 2005 mas que este, pero continuando en la actual añada) me hace concebir sinceras esperanzas de ver un día Rías Baixas en barrica al nivel de cualquier Montrachet... cada uno en su contexto varietal.

Blancos (Categoría otras uvas, otras DO`s);


Viña de Martín 2008; Capitulo a parte merece este Ribeiro, al igual que otros dos vinos a base de Godello. Luis Ángel Rodríguez es un vigneron en el sentido más francés de la palabra y sus vinos son su garantía. En el caso que nos ocupa la Treixadura alcanza niveles inimaginables hace solo 20 años en esta menospreciada y desprestigiada DO, autora de barbaridades como los arrancados de cepa autóctona para plantar Palomino jerezano en su lugar, o el abuso de la madera de castaño y el vino a granel como prácticamente única forma de producción y distribución. Tiempos que a la vista de este blanco de raza, afrutado, denso, graso y de largo recorrido, donde la uva albariño se integra para aportar mayor recorrido a la frescura natural de la Treixadura. Vino de paso fácil y goloso que supera al 2007 pero que deberá pasar, como añadas anteriores, la prueba de la crianza para convertirse en "Escolma".... o no.

Triay 07; Godello de Monterrei que me sorprendió sobremanera por lo escandaloso de su relación calidad-precio. Godello floral, perfumado, de cualidades cítricas pero más recogidas, herbáceo y mineral pero integrado en una dulzura extraña y melosa. Todo eso en escasos 6 euros por botella. Toda una lección de Godello bien hecho, en contra a lo tumultuoso de otras DO´s, como Valdeorras, donde esta añada no pasara, al menos para mí, a la historia. Una joya descubierta donde no esperaba gran cosa de la dama blanca del noroeste.


Lapola 06; Y si en fresco la Godello me supo bien en Monterrei, en crianza me sabe en la Ribeira Sacra. Dominio do Bibei hace muchas cosas bien y esta es una de las que mejor hace. No se trata de un 100% pero predominan las características de ese 60% ante la complementación del restante 40% de Treixadura, Torrontes y Dona Branca. Criado en barricas de roble francés de 600 litros, una parte de el (un 15%) pasa por depósitos ovales de hormigón de 750 durante 15 meses con sus lías antes de ser ensamblado. Y 16 meses más en botella. Las cosas no pasan solas en el mundo del vino, no....

Hubo mas, iguales e incluso mejores pero no eran gallegos y no me siento ahora mismo con capacidad para hablar de ellos... pero no olvido los riesling, el Planeta Cometa o los vinos de Mario Sergio Nunes. Otro año les tocara, este la relación de arriba fue mi preferida en Galicia. En unos días los tintos....

jueves, 17 de diciembre de 2009

La perla de la cocina

En ocasiones las apariencias engañan. Quien conozca Marín (Pontevedra) sabe que son algunas sus virtudes pero evidentes sus inconvenientes. Al hecho de una nada agradable fachada marítima (en mi humilde opinión) se une, por encima de todo y de todos, ese olor. La culpa es de la principal industria de la localidad, la papelera que ENCE tiene situada a la entrada de la ría Pontevedresa, que día si día también produce ese peculiar olor, entre lo podrido y el excremento. Con estos entrantes la cosa tiene que salir mal. Pero no.

Marín es un lugar tranquilo, de los que no quedan, girando desde hace décadas alrededor de la escuela naval y de los "Cadetes Guardiamarina" con sus uniformes azules, calle arriba, calle abajo, aprovechando sus escasos minutos fuera de la Academia. Pero desde este pasado domingo Marín es, al menos para mí, la sede de un establecimiento tan incomprendido por sus vecinos como genial en sus planteamientos. "Allo e Aceite" es la obra de un joven profesional, Pablo Romero. Sito en pleno centro de la localidad, ofrece un comedor moderno sin estridencias, agradable y espacioso, de los que apetece estar y charlar en larga sobremesa.

Allí nos reunimos un grupo de individuos (por ahora llamémosles solo grupo) en aras a calibrar la cocina de Pablo y los vinos de José María, Régoa, uno de los Ribeira Sacra con mas personal estilo y clase de los que conozco y que, año tras año, avanza por el camino de los grandes vinos. Así que, aunque no es mi costumbre, voy a desmenuzar plato a plato lo comido y botella a botella lo bebido, que fue mucho y muy bueno.


Empecemos. Primero por una Empanada de Zamburiñas de la casa, sorprendente textura, masa mitad Trigo mitad ¿centeno?, que resultaba agradable compañía a la zamburiña y a una cebolla caramelizada de lujo. Buen principio. Para no entrar a saco en terreno de los tintos Mencia, el amigo Mariano, de todos conocido, se trajo para acompañar un Maccon-Fuissé de 2007, Chardonnay de Joseph Burrier, exuberante, casi meloso pero con un algo de acidez. Rico y sugerente.


Entrando en harina con este mismo Chardonnay degustamos un primer Salmón Marinado con mostaza, estupendo. Salmón bien cocinado por el marinado, fresco y de suave textura, nada gomosa ni correosa. La conjunción con el Chardonnay fue plena.


Seguimos el paseo por la cocina de Pablo con mi preferido de la tarde, el Pulpo con crema de San Simón. Me tiene conquistado este queso cuando se aprovecha bien y en su unión con un buen Pulpo da lo mejor de si. Bajo el cefalópodo una hoja de espinaca que provoco entre los presentes dudas (¿será un alga?). Plato de gran altura, pulpo muy bien hecho, temperatura excelente. Para mí un 10.


El pescado y sus adláteres terminaron con un taco de Atún Rojo con crema de cebolla y vinagreta de Soja. Muy logrado el atún, que se deshacía con facilidad en hojas de jugoso y bien trabajado pescado. Punto de servicio muy logrado, y "socios" (la vinagreta y la cebolla) a la altura del conjunto. Por poner una pega, el Atún, con todo, parece ya fuera de temporada...


La carne entro en el Lomo de Buey con crema de Queso de Arzua. Tal vez la propuesta mas floja. Todo estaba correcto pero después del espectacular arranque la calidad del producto central (el buey) no quiso acompañar. Para mi un problema no vinculable a la elaboración, bastante básica y tratando de explotar las cualidades de la carne que, repito, estando bien no estuvo al altísimo nivel del resto del menú.


Entrados en materia dulce, la Crema de Chocolate y helado de Turrón fue un chispeante modo de entrar en la fase final del ágape, mientras la Torrija con helado de Vainilla y Toffe directamente es el culmen perfecto para una comida. La Torrija es todo lo dulce que debe ser un dulce sin apabullar a un maltrecho paladar como el mío. El contrapunto del Helado afina los contornos del sabor y ayuda a demostrar que el "prota" del plato es la Torrija. Rico final.


Los Petit Fours, el estimulante Gin tonic en vasito y las trufas, un colofón vicioso a todo lo comido. Es, probablemente, el mejor menú en RCP que he comido nunca (eso, si el precio previo que yo conocía por persona fue el que se pago, dado que fuimos finalmente invitados)

En materia vino y de lo que puedo contar. Sigue viento en popa la evolución para bien de los Mencias de José María Regoa. El 2006, mas varietal según la mayoría de los presentes, se asoma tímido pero abre en aromas clásicos, miel, cerezas, la madera prácticamente ya fusionada al vino y solo aliada de la voluptuosidad y el cuerpo. Nada que ver con la primera vez que probé este vino, hace camino de dos años. El 2007, para mi, más abrupto pero también más rotundo, de formas más claras. Vino de potencia por controlar pero casi conjuntado ya. Para mi vino hecho.

De Régoa TN solo diré que hace tres meses lo probé por última vez y la evolución es cada vez más palpable. La madera presente y correosa de hace meses se ablanda cada vez mas y la fruta comienza a ser no solo protagonista sino incluso exagerada en frambuesa, cereza o moras. Especiados contenidos y más viveza que sus hermanos, más nervio, más clase. Aún habra que esperarlo.

Reunión que se extendió porque cuando se esta a gusto se nota y donde, como suele pasar, se hablo de lo divino y lo humano... por cierto, reunión sin nombre porque aún no ha salido uno adecuado. Dejémoslo así... hasta la próxima, claro




*Las fotos, todas, de Mariano Fisac, con su permiso.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

¿Porque algunos vinos cuestan tanto.... y se venden?

Estaba yo pensando en esta columna de Diego Rodríguez Rey en Lo Mejor de la Gastronomía y me ha asaltado una duda que, siendo eterna, veo poco reflejada en este submundo dedicado al vino, a su afición, degustación y conocimiento. Y es que, aunque en muchas ocasiones ha salido el tema de los precios nunca nos hemos preguntado dispuestos al debate, creo yo, ¿porque algunos vinos cuestan tantísimo... y sin embargo se venden?

Pongamos un ejemplo real a la vez que conocido; Chateau Petrus. Este legendario vino bordeles ha llegado a alcanzar, de modo corriente y no en añadas especiales, los mil euros por botella. Esta mañana, en una minima búsqueda daba con un Petrus del 92 a 659 €, algo impensable hace dos años. Igual comparativa se podría hacer con otras marcas bien conocidas por todos tanto en Francia (Ch. Latour, Ch. Lafitte, Romanee Conti..) como en España donde caro va unido a Dominio de Pingus y a su vino estrella, Pingus, actualmente a 799 € en Vinissimus (añada 2003). Pero la gran pregunta sigue siendo la misma ¿se paga? y lo que es peor aún ¿los vale?

Dejando a un lado el hecho de que vivimos en una sociedad de mercado donde la demanda justifica el precio y siempre que exista alguien dispuesto a pagarlo habrá productos que tengan un precio, lo discutible aquí serían dos cosas. La primera, si aquellos que pueden acceder a estos vinos tienen capacidad real para valorar la diferencia de calidad. Una cosa es ser millonario y otra conocer, haber probado y saber sopesar la calidad real de un producto como estos. En segundo lugar la duda se presenta por pasiva ¿que hace que un vino así mantenga esos precios por encima del momento económico y añada tras añada?.


Los más veteranos saben que Vega Sicilia lleva décadas ofreciendo su "Único" a un precio siempre superior a los 100 euros (incluso cuando la cosa se cifraba en pesetas) sin que mengüen, según algunos, ni calidad ni por supuesto precio. Y la pregunta sigue flotando en el ambiente ¿lo vale?. Bueno, yo he probado dos añadas distintas de Vega Sicilia, la 94 y la 98, con resultado dispar pero ambas estupendas. ¿Lo suficiente para pagar, año tras año, los precios que cuesta?. Bien, para mí no... pero esta visto que no formo parte de la media, a la vista del hecho cierto de que la bodega de la Ribera continua año tras año en la línea marcada.

Entonces ¿cual es el limite, si existe?, ¿el del tamaño de la cartera de cada uno?, ¿el de la locura enfermiza que lo envuelve a uno cuando de probar vinos se trata?, ¿el puro esnobismo?, ¿la idiotez consumista sin parangón en la que vivimos sumergidos?. Supongo que de todo habrá pero, si es cierto que existen vinos y limites que cada uno se autoimpone en función sobre todo de su capacidad económica pero, también, de su sentido común. Porque al igual que no es oro todo lo que reluce tampoco todo son éxitos continuados al hilo de un Vega Sicilia.

Todos conocemos casos, variados y en múltiples DO´s, de vinos que se han ofrecido de buenas a primeras a precios exagerados para propuestas que eran o novedosas o de zonas no especialmente agraciadas por buenas añadas o vinos conocidos previamente. Y sin embargo, ahi estaban, a 30 y 40 euros, sin rubor algunos, vinos de cepas foráneas, Shiraz, Merlot, Cabernet Sauvignon, a precios de allá pero elaborados aquí. La cosa duro.. lo que dura un suspiro. Una añada y fin del experimento. O dos. La realidad de un vino corriente o directamente malo se acaba imponiendo así que convendremos en que, para pasarse décadas costando más de 140 euros no solo hay que vivir de rentas sino que hay que ofrecer algo más. Pero, ¿Que mas?.


La primera vez que probé un Flor de Pingus, un 2001, lo confieso, me gusto y mucho. Claro que se trato de una nada buena añada (una de las peores dicen) y que el precio fue mucho menor a lo que estila Peter Siseck (65 € me costo) pero el hecho es que, para el bagaje que hace cinco años tenia de tintos de cualquier origen o variedad para mi este era un vino genial. Probé otras añadas tiempo después y descubrí que se puede hacer muchísimo mejor, pero no puedo decir que cuando tome aquel primer Flor de.. me disgustase porque mentiría. Y por aquel entonces habría vuelto a pagar los 65 euros y 70 incluso o mas, porque para mi entonces aquel era un gran vino. Hoy no daría 30 por aquella añada, pero es que yo y mi gusto por el vino ya no somos los mismos.

No digo que suceda con los mas grandes, seguro que no, pero creo que la capacidad de valoración es primordial, fundamental. La única vez en mi vida que tuve delante un Petrus no sabía nada en absoluto sobre el mundo del vino. Recuerdo la etiqueta y la añada, un 1990. Recuerdo el rumor de los que si sabían de lo que se trataba en la mesa. Recuerdo que me hizo mucha gracia aquella silenciosa devoción, miradas cruzas que decían "te has pasado" al que pagaría la comida y que había pedido la botella. Yo lo bebí, una copa, lo encontré mucho mas interesante que el vino de cartón con el que hacíamos el Kalimotxo y... fin de mi recuerdo. Una lástima.

Sea como fuera el hecho es que esos grandes dinosaurios seguirán presentes vaya como vaya el mundo y siempre y cuando ningún cataclismo acabe con sus lugares de origen. Pero, en mi humilde opinión, el tiempo de los otros, los que en base a operaciones de marketing, añadas extrañamente buenas o supuestas bases históricas en una tradición familiar inexistente o insuficiente, ha terminado. Habrá, seguro, coletazos, habrá relanzamientos y novedades pero seguramente tardemos décadas en ver otro tiempo como el vivido, donde el primero que aparecía y se vendía bien, que provenía de la Ribera del Duero o que decía ofrecer un estilo y clase originales y elevadísimos... desde la nada tenia que costar, por narices, mas de 30 euros. La escasez, la exclusividad y la calidad son factores medibles (la ultima en función además de los gustos de cada uno). Ya nunca palets de botellas ocultos por Madrid a la espera del boom navideño. Después de muchos años, cabe el riesgo de que uno se acabe teniendo que beber esos palets a la vista de no haberlos vendido, ni siquiera a menor precio que el de salida.

Jean Claude Berrouet, legendario enólogo de Petrus afirmaba en una ocasión, preguntado por los altísimos precios que alcanzaban sus vinos, que "Yo duermo muy tranquilo. El vino sale a 300 euros la botella de la bodega. Lo demás no es culpa mía".

viernes, 4 de diciembre de 2009

Pesadilla antes de Navidad...

Resulta curioso ver como ciertos "termómetros" reflejan la realidad tal que espejos cuando esta se sobrepone al marketing, a la imagen lograda tras años de esfuerzos y a un supuesto aire de "exclusividad" o de "escasa producción", "clase" o "alcurnia"... bueno, cada cual le pone su nombre y algunos llegaron a llamarlo excelencia pero, en tiempos de crisis, la realidad económica se impone y los ejemplos aparecen por doquier.

En el sector se habla hace tiempo de las apreturas de la Bodega Emilio Moro. Embarcada en varios proyectos, las cosas, se dice, no habrían salido como se esperaba y el vino se acumula en las bodegas. Repito, me han parecido malas lenguas hasta que he verificado que el "termómetro" que para mi simulan las estanterías de la cadena mayorista Makro ha mostrado sus cartas pre-navideñas. Y no es solo en la bodega de la Ribera donde cuecen habas.


A la mítica firma, que habitualmente solo ofrecía en este templo al comercio por palets y a la oferta por volumen su marca Resalso o el básico de la casa, se han unido otros nombres antes de difícil adquisición y precio astronómico y ahora mucho mas económicos y cercanos. Por ejemplo, Pago de Carraovejas reserva, hasta la pasada navidad un "must" en toda regla, que se conseguía solo con recomendación en algún lugar de Segovia y previa audiencia papal... bueno, que era tela de complicado. Otro tanto los tintos de VegaSicilia, mas posibles pero solo en el Corte Ingles o tienda muy especializada, o Pago de Capellanes o, de la misma Emilio Moro, su Malleolus, hasta no hace mucho por encima de los treinta euros y ahora sensiblemente mas barato.


No quiero dejarme Aalto, vino que me parece el que menos encaje tiene en esta pagina de folleto del Super. Y es que el miedo ha hecho presa. Son demasiadas botellas ante una Navidad que huele, se ve y parece diferente, mas fría, mas lenta, con menor sensación de alegría consumista en las calles. Y el vino se agolpa, las cajas no salen, los precios caen... y el recurso fácil, la oferta salvadora en unas condiciones que harían palidecer al director comercial de cualquier bodega (también de estas) llega siempre por Navidad. La manzana envenenada que tira por tierra la exclusividad, el "nivel", la "excelencia" y todas cuantas imposturas se tomaron durante los alegres años de la ola tantas y tantas bodegas en base a éxitos efímeros en añadas concretas o a campañas de publicidad extraordinarias y sobre todo muy caras.

No diré que me alegro porque no me alegro. Peligran trabajos de personas y eso me disgusta y mucho. Pero fueron ellos, los tecnócratas de la globalización del vino los que alentaron y mantuvieron la idea de que aumentar el numero de botellas cada año sin preocuparse de mantener una calidad era un modo fiable y excelente a largo plazo para hacer vino. De aquellos polvos, estos lodos. Autónomos del mundo, fin de la tiranía. Quien quiera Pago de Carraovejas, aquí tiene su oportunidad. Por cajas de 12 si lo desea. No se corten.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

La curiosidad....

Hago este breve aporte porque me pica un montón la curiosidad después de descubrir ayer martes esta botella entre otras con bastante mas valor histórico, dentro del hallazgo llevado a cabo por Pepe Ameijeiras (O Castillo. Vimianzo) en un antiguo departamento de una casa que sirvió de almacén a este local hace ya muchos años.


Y de esa búsqueda han salido unas 20 botellas de etiquetas comidas por la humedad, Riojas de la mítica bodega AGE, del 70, 74, 80. Siglo Saco de cuando este formato y esa bodega significaban algo mas que vino para el Super.... y este Ribeiro, como único blanco digno de compartir olvido con aquellas. Un Ribeiro del que solo puedo ofrecer ahora mismo esta lamentable foto... pero es que no tengo ni la mas remota idea de donde tengo la cámara. En fin, "Campeón" reza la etiqueta, de un amarillo feroz, y dice haber sido embotellado por un tal José Mosquera Labora con permiso del Consejo Regulador de la DO, pero sin contraetiqueta. Me he puesto en contacto con la DO a ver si pueden ayudarme aunque soy escéptico. Guardar registro de la historia de uno cuando esa historia no esta mas que llena de desastres y abusos no suele ser muy aceptado, aunque yo considero que es tan importante como si fuera un decálogo de virtudes y viticultura para el recuerdo.

Aguardo noticias de este Ribeiro Campeón y me asaltan las preguntas ¿Que uvas usaría?, ¿de que añada?, ¿El embotellador era viticultor o compro la uva a sabe dios donde?, ¿fue una de sus únicas añadas?, ¿hubo mas?, ¿sigue dedicado, con otro nombre, a la profesión?.... y un largo etcetera.

Creo que recuperar, si fuera posible, la historia de aquellos años tenebrosos de vino a granel "con mosca" y a base de uva foránea solo puede servir a la DO Ribeiro como recordatorio de que no se debe volver a hacer... y de paso saciar mi curiosidad, claro.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Miscelanea prenavideña.

Me gusta la Navidad. Me da exactamente igual el significado religioso, pero la verdad es que se forma alrededor del manido "Espíritu Navideño" una ola de buenas vibraciones que a mi al menos me permea y me encanta. Todo se ve desde una óptica de optimismo (bastante falsario y efímero, pero bueno al fin y al cabo) y lo gastronómico y vinícola no deja de formar parte del todo así que, también.

No digo que se vea la calidad del vino de modo distinto o que los Cavas y Champagne mejoren, no. Pero la verdad es que me vuelvo mas melancólico (mas de lo que un gallego es en invierno) y cosas como el Caldo de Melón me hacen entender bastantes cosas. Para quien no lo sepa, la tradicional Calabaza recibe en Galicia nombres variados. Dos se llevan la palma, Melón o Coco y es tradición su aprovechamiento, herencia de otros tiempos, en dos platos, uno dulce y otro salado, al menos en la zona Noroeste (Costa da Morte) de Galicia.


Uno de esos aprovechamientos es el Caldo de Melón, variación de la receta tradicional del Caldo "da festa" (aquel que llevaba carne de cerdo, ternera y pollo mas chorizo y grelos en lugar de rabizas) aunque en tiempos fue puramente vegetariano, como bien indica sobre el Caldo Gallego en alguna ocasión Miguel Vila en su blog. Un plato puramente vegetal donde la patata era sustituida, o acompañada por su ausencia, de la carne interior de la Calabaza. En el Rest. O Castillo de Vimianzo (del que ya hable en alguna ocasión) se recupero hace años la receta en temporada invernal para incluirla en la carta diaria.... con un importante éxito. Da en un Caldo más dulce pero que, con el acompañamiento de las carnes y el chorizo se vuelve directamente vicioso. Lo dice un gallego atípico que no gusta para nada de la receta tradicional del Caldo Gallego.

La otra receta es dulce, "Chulas de Coco" al menos en algunos hogares de la comarca de Fisterra. A base de la misma carne naranja, en receta con azúcar y sumergidas en aceite hirviendo. Espectaculares.

No son recetas que uno vea, como digo, habitualmente, en la restauración tradicional. Uno de esos locales As Garzas, en Malpica (A Coruña) acaba de recibir una estrella Michelin y en las 24 horas que hace que se supo he oído enhorabuenas y pésames por igual. La cocina de As Garzas es pura de producto, en un emplazamiento espectacular, con un nivel de atención bastante exigente y una carta de vinos extensísima. Y ya esta. Elegante, fino, acertado, más que digno y respetuoso con el cliente y la mercancía. Calificativos todos de un trabajo bien hecho que recibe un galardón.... o una manzana envenenada. Ya lo veremos. Segunda estrella en la Costa da Morte. Da que pensar, porque si es difícil un local de ese nivel en A Coruña o Santiago.... en Barizo, ya no os digo nada.


Esto de los premios, la navidad, el "buenismo" de estas fechas me acompaño en la prueba de un tinto del que ya os hable pero que faltaba en mi catalogo sensorial. El Finca Teira Colleita de 2008 de Manuel Formigo. Un Ribeiro a base de uva autóctona, Caiño longo, Sousón y Brancellao. Fino, afrutado pero nada nervioso, muy domado y con toques a grosella y regaliz, a pesar de carecer de ninguna crianza más allá del tanque de Inox. Buen vino para sus 8 euros en tienda.

Un vino que fue tan tradicional como el plato que refería más arriba. Que lo fue, como tantas cosas por aquí, porque no había otra opción, este tinto o la nada. Este vino o un blanco. En un territorio que ahora, 2009, sitúa uno de sus locales mas inhóspitamente situados a la vanguardia gastronómica del mundo, en ese club de elegidos por el marketing y la excelencia de una guía con criterios mas que discutibles pero seguida por millones. Un lugar donde se utilizaba calabaza cuando no había patatas y un plato con carne se volvía vegetariano por obligación. Un país por descubrir.





* Las fotos de la web la primera y la segunda de www.fincateira.com. Por cierto que la etiqueta del vino ha cambiado a un diseño mas minimalista y sencillo.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Guías, Gurús, guiadores y otras cosas que empiezan por G...

Le he estado dando vueltas a este post varios días porque quería tener clara mi opinión al respecto, ya no de los individuos en particular y su labor, sino del fenómeno en general de la guía, ya sea esta de vinos, restaurantes o Casas Rurales, que mas o menos todo es un poco lo mismo y se dirige por las mismas premisas y planteamientos.

En muchas ocasiones se pregunta en un blog, en esta casa no pero si en otras que todos visitamos, si es mejor tal o cual guía para tener una herramienta a mano en la que apoyar una decisión de compra y, normalmente, la contestación es similar; "Yo que tu simplemente compararía","es mejor que preguntes por aquí sobre el vino" o, solo de vez en cuando, dirigimos al neófito a una u otra obra, nunca guías, de uso general y donde, dicho sea de paso, se aprende un huevo, del estilo del "Atlas del vino" de Oz Clarke o "El Vino" de Andre Domine. En estos últimos días el propio Weirdo dirigía a un comentarista en su blog a una obra de referencia que yo mismo poseo y he consultado en múltiples ocasiones, el "Los mejores viñedos y bodegas del mundo" de R. Parker.

Y es que no todo lo que esta escrito esta "mal" o interesadamente escrito y en múltiples ocasiones uno forma su criterio mas y mejor con obras generales que le digan a uno que y donde se ha hecho históricamente mejor una u otra casta concreta, o porque un vino de Burdeos es mas caro y conocido internacionalmente que uno de la Rioja (por mucho que algunos se afanen en hacer creer al neófito lo contrario). Pero ¿y la guía anual puntuada?. Este es otro cantar...


En su edición de este año un "gurú" afirmaba que el Azpilicueta Rva. de 2004 es mejor vino (90p) que el Tondonia Rva. de 2000 (89p). Un solo punto de diferencia a favor de una bodega y un vino elaborado en un lugar que dispone de 140 depósitos de 60.000 litros. 25 depósitos de 90.000 litros, que se utilizan para fermentación de tintos y blancos respectivamente, en acero inoxidable. El número total de depósitos es 327, utilizados para producir un total de 30 millones de litros. 70.000 barricas y un botellero de 6.000.000 de botellas. Todo comparativamente mejor (un punto mejor según esa guía) que el reserva de una bodega que produce en total 1.000.000 de botellas entre los Tondonia, Gravonia, Bosconia, Cubillo y entre blancos y tintos.

Pero es que la subjetividad que envuelve, por pura lógica, esto de los gustos y las categorías en los vinos debería impedir por norma una categorización puntual. Al menos, una en la que el sistema ubique en categorías distintas para el observador poco informado a unos y otros vinos cuando, para una mayoría de los que catan a ciegas esos vinos, ese punto de diferencia se puede convertir en cuatro pero a favor del vino peor puntuado (prueba realizada con cuatro catadores no profesionales en "circuito cerrado" y botellas tapadas. La muestra se compuso de tres vinos; Azpilicueta Rva. 2004, Tondonia Rva. 2000 y Lan Rva. 2004. Puntuaron 94 puntos de media al Tondonia, 90 al Lan y 87 al Azpilicueta).

Y al igual que el gusto común puede, por pura decantación, dejar muy en evidencia a un guía o gurú, por igual razón puede quedar en evidencia un restaurante. La guía Michelin, que en pocos días producirá el habitual maremoto bloguero, suele ser la que con mayor descaro demuestra sus filias y fobias fuera de ningún criterio defendible o razonado. Por que es todo tan subjetivo, tan indisciplinado, tan lleno de emotividad y poco cercano a la razón científica que es imposible, por pura matemática, acertar de modo fiable y detallado en cuanto a decir si este vino o este otro, si este local o este otro, si esta Perdiz o esta otra, etc,etc...

Así que ¿para que tanto esfuerzo editorial?, ¿en base a que esta exposición publica al oprobio, el insulto o la descalificación publica de una guía?. Porque no me digáis que no sería facilismo que alguien como, por ejemplo, José Peñin, con décadas de relación con el mundo del vino, años y años de cata y comparativa, publicase una guía que dijese "estos son los vinos que me gustan" sin nombrar los que no (o no lo suficiente) y sin colocar un numerito al lado del vino citado. ¿quien le discute su gusto?. Bueno, nadie, seria de tontos. Entonces ¿porque se le discute ahora?. Porque el no afirma... el "compara"... y su comparación provoca aceptaciones y descalificaciones por igual, además de efectos económicos positivos y negativos en las marcas puntuadas, que incluso con una gran puntuación, pero que este por debajo de las expectativas de los aficionados, pueden ver afectada su cuenta de ventas.


¿Por qué año tras año aumenta el número de vinos por encima de los 95 puntos?. No se trata ya de un aumento general en aquellos que superan la barrera de los 90 puntos, lo que seria un nivel más que aceptable e incluso exigente, sino el de aquellos llamados a ser excepcionales o excelentes. En 2008 la guía mas vendida en España cito 36 vinos en total (Tintos, blancos y otros como generosos, dulces o cavas) entre los 95 y 100 puntos. En 2009 esa cifra aumento a 57 vinos pero en 2009 ha alcanzado las 74 marcas. ¿Un aumento de la calidad general?. Bueno, tal vez si, pero yo pienso que, simplemente, el mismo mercado que paga la publicidad del grupo editorial que publica esta guía presiona para que sus vinos, los de todos, sean cada año mejores, cada año mas mediáticos, mas llamativos y mejor puntuados. Así que... ¿solo se trata de dinero?... A riesgo de parecer ñoño, tonto o inocente diré que simplemente si.

A la mayoría de los que por aquí pululan día tras día todo esto que cuento les suena a vieja canción y están cansados de leerlo y saberlo. Pero el daño que, también año tras año, este sistema de puntuación y categorización hace a jóvenes bodegueros o viticultores, incapaces de competir en marketing y medios con las grandes firmas, es también mayor y mas decisivo en la continuidad de sus proyectos. Es por ello que muchos han decidido, simplemente, no poner sus vinos a disposición de esta o de otras guías. Mejor que no te categoricen, que sea el consumidor aficionado o interesado en probar y conocer el que, en base al famoso boca-oreja, de a conocer tu escasísima producción y tu trabajo. Así, la lista de bodegas que no han sido catadas, por ejemplo, en la DO Ribeira Sacra por la Peñin de este año es francamente elocuente. 22 que si, 55 que no. No digo que no se catasen por no haber aceptado los bodegueros, pero el hecho es que dudo que una cata de un tercio de la DO sirva para definir la calidad de toda ella.

No voy a seguir dando la paliza con este asunto, solo decir que he referido la guía Peñin y no otras por ser la de mayor difusión en España y por el enorme respeto que me supone la figura de José Peñin que, como he indicado en otras ocasiones, me parece uno de los referentes ineludibles en la progresión de la calidad del vino en España en la ultima década. Otra cosa es la guía, elaborada por equipo asesor y con fines editoriales y no didácticos, en mi opinión, y promotora de un sistema de cata poco fiable, inexacto y trasnochado.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Um pouco de Portugal....

Antes de nada perdón. A los malos momentos siguen los buenos, pero últimamente de estos no tengo demasiados. Pero lo justo es lo justo y cuando uno tiene un compromiso con una audiencia (aunque pequeña muy selecta, ojo) debe cumplir con ello aunque sea de Pascuas en Ramos. Allá que vamos...

Lunes nueve de Noviembre. La jornada se presenta completa, con visita a uno de los productores lusos menos conocidos (aunque esto esta cambiando) y a una de las zonas vinícolas mas denostadas hasta hace unos años... la D.O. Bairrada, en el centro-oeste de Portugal. Para situarnos, Bairrada abarca los "concelhos" de Anadia, Mealhada, Oliveira do Bairro, parte de Águeda, el mas conocido Aveiro (tampoco en su totalidad) Cantanhede (casi todo), Coimbra y Vagos, también solo en parte. Las uvas autorizadas, la mayoría autóctonas, son la Alfrocheiro, la mítica Baga, la Camarate, la Castelão o Periquita, la Jaen y la sempiterna Touriga Nacional. Los vinos deben al menos contener, por separado o en conjunto, al menos un 50% de alguna de estas uvas pero, además, para afinado o complemento se autorizan la Aragonés o Tinta Roriz, la Bastardo, Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, Rufete, Syrah, Tinta Barroca, Tinto Cão y Touriga Franca.

En cuanto a blancos se aceptan y aconsejan la Arinto, la Bical, Cercial, Chardonnay, Fernão Pires o también llamada María Gomes, Pinot Blanc Rabo de Ovelha, Sauvignon, Sercealinho y Verdelho. Para el caso que nos ocupa la clave esta en la Baga y en las blancas Bical y María Gomes, de las que nada sabia pero que desde este pasado lunes soy, para los restos, acérrimo defensor.

La llegada a Q. da Bagueiras es la de ver de nuevo los tópicos del rural gallego (cuanto nos parecemos y cuan distintos somos a nuestros vecinos y hermanos); tractor, paisano con ropa de faena, calles mojadas, verde y mas verde... con un matiz, el morado de las hojas de Baga vieja, doblemente centenaria que al rato veremos mas de cerca. Antes saludos protocolarios a Mario Sergio Alves Nuno, alma y patrón de la bodega, "fundamentalista da Baga" como se define, y uno de los múltiples ejemplos de personaje comprometido con aquello que es mas que su modo de vida su pasión, su aire y su sol... el vino.


"Os señores querían ver o viñedo" dice Antonio. "E bom, imos no meu Jeep". El paseo recorre terrenos aledaños todos a la bodega "menos de 15 minutos en tractor", nos dice Mario. Viñedo de Baga en suelos barrosos, calcáreo que se entremezcla con suelo arenoso "ese non vale para o tinto, so para brancos, pero saen moi bos". Después comprobaríamos cuanto de cierto tenían estas palabras. La bodega utiliza una cantidad importante de viñedo para uno de los preparados tradicionales de la zona; el vinho Escumante. Frescos, mas cercanos a la idea de un espumoso de albariño que a la de un Xarelo o Parellada, Mario se atreve también con el Chardonnay y, atención, el Pinot Noir "Uma Pinot da Borgoña e o mellor vinho escumante que hai". Lo dice alguien convencido, que viaja a Francia regularmente y recolecta conocimientos, sensaciones y experiencias.


Vuelta a la bodega y un entorno muy particular, la cava. Os pido por primera vez disculpas por la lamentable calidad de las fotos, pero simplemente ignoro donde he guardado mi cámara digital. Fotos de móvil. Lo dicho, lo siento. Esta de la cava de Quinta das Bagueiras, solo a modo testimonial. Del lugar donde reposan miles (pocos) de botellas de tintos, alguno de ellos aún no comercializado y guardián de una sorpresa, la que nos topamos en la posterior cata. Pero antes, barricas de 3000, de 4000 litros, usadísimas, imponentes, "que non acheguen mais madeira que a xusta pra redondear o vinho". Lagares abiertos, de cemento y resina. Un proyecto "esta barrica de o Dirk... uma mistura". Mario colabora, habla con unos y con otros, y absorbe cual esponja. Aprende y aplica. Y mientras, enseña.


Ya en el interior, la cata recorre un amplio abanico de lo más representativo de las señas de identidad de una bodega centenaria que vive sus mejores momentos en cuanto a calidad. Abrimos varios blancos, todos Vical y María Gomes, el primero un Q. das Bagueiras Garrafeira de 2007, pura frescura, cítricos, mineral, graso. Un recuerdo, lejano, a ciertos albariños, pero al tiempo con la melosidad y apariencia de algún riesling bien terminado. Gusto mucho, pero no tanto como uno de los "incunables" de esta cata, el Q. das Bagueiras Garrafeira de 1995. Después de solo 6 meses de permanencia en Inoxidable, paso a una larga penitencia en botella que termino este día. Blanco grande de verdad, campo de flores que conservaba, sin embargo, toda su acidez encauzada en un golpe inicial y una sensación de amplitud y frescura en boca digna de algunos de los mejores blancos añejos de la borgoña. Nada que ver en cuanto a sabor, a cualidades en nariz, aquí limpieza y frescura, allá mas señorío si se quiere, mas calidez. Esto es pura vida y te levanta del asiento y te espabila la parte trasera de la lengua. Uno de los blancos mejores en su estilo... a pesar de una acidez, repito, que a mi al menos me cuesta asumir, sabiéndola buena.


La cosa en tintos se destapa en dos en concreto de los que también quiero hablar en términos elogiosos. Primero porque el Colheita de 2007, 100% Baga, esta mas cerca de un Caiño tinto que de aquellos vinos rudos y difíciles de antaño. Vino pleno, abierto, con prestancia en nariz, fruta fresca y tostados, y con amplitud en boca. Paso firme, para tragos cortos pero que te llenan. Un interesante ejemplo de que un vino del año es un buen vino si se tiene paciencia y sensibilidad. El otro, como allí se dijo de voces mas autorizadas que la mía es un "clase mundial". El Q. das Bagueiras Garrafeira de 1995, también mono varietal de Baga es un gran vino. Maduro, largo, con notas amieladas, tostados bien conjuntados, equilibrado, espectacular. Vino mas cercano a la Borgoña que a Portugal, vino de los que hai muy pocos... y que no esta aún a la venta. Vino bestial, en resumen.

Se probo mas, se tomaron notas, se discutió y debatió y se degusto un Leitao (Cochinillo) al modo local, y Bacalao, maridado con ese blanco Garrafeira de 2007, digno y a la altura.

Y al menos yo me llevo un par de conclusiones claras. Primera, que nuestro pseudo nacionalismo tiende a quedar demasiadas veces a l altura del betún cuando unos cruza cualquier frontera y en esto del vino mas aún. Segunda, que gente como Mario Sergio, asegura una continuidad a la hora de obtener garantías de buen vino en territorios con unas cualidades naturales increíbles para ello (suelos específicos, orientación al sur, buenos drenajes naturales de viñedos antiquísimos). Y que todo esta por aprender y nada esta escrito y quien crea que sabe algo de vino...

jueves, 29 de octubre de 2009

Un par de consideraciones. Ribeiro and his partners...

Pues a pesar de los pesares a uno lo de escribir, aunque sea con constantes faltas de ortografía y una dosis demasiado elevada de "mala leche", le relaja y le ayuda. Pido disculpas por mi desatención a la cosa del blog pero el invierno a llegado y este año viene duro... vamos que no me encuentro bien. Pero hay que seguir, hay que luchar así que.... al grano.

Resulta que hacia tiempo que quería hablar de un vino y un proyecto que me parecen de lo mas llamativo, en su nivel, pero sobre todo dentro de la DO que lo alberga. Se trata de Manuel Formigo y sus blancos en O Ribeiro.

No tengo mucho que añadir a un pasado "glorioso" (esto es ironía) en una de las denominaciones que durante décadas mas hizo por desprestigiar, vilipendiar y desnaturalizar sus vinos, al extremo de que se llegase a asumir que la equiparación de la denominacion "Viño do Ribeira" era sin duda sinónimo de pésimo producto en grandes cantidades. Pero resulta que aún así, a pesar de los pesares y por encima de todo, gracias a la natural calidad de unas uvas extraordinarias, el producto en si resistió al maltrato de sus manipuladores. Y aquí llegamos al momento presente.

No se muy bien porque pero la "ola" de interés por lo nuestro, de rescate y respeto a lo mas tradicional (que no tiene nada que ver con el vino de barril, la "cunca" y el blanco "con mosca") a hecho que surjan en esta DO vinos mas que reseñables. Viña de Martín o sus tintos A Torna dos Pasas, Casal de Arman hasta hace unos años al menos, Costeira, de modo mas publicitario pero con ciertos resultado reseñables (Me refiero a Colección Costeira... Viña Costeira es harina de otro costal) han conseguido dar un aldabonazo al modo en como se veía, en la misma Galicia, una DO siempre a la sombra del "gigante" Rías Baixas, tan cerca y tan diferente.


Dejando a un lado los divismos y las meteduras de pata, dentro de ese clima descrito mas arriba llego a la DO Manuel Formigo. Solo tuve ocasión de hablar con el una vez. Persona joven, con las ideas claras y que sabe lo que quiere y como conseguirlo, eso me pareció. En su bagaje están un tiempo bastante reseñable al lado de Miguel Ángel de Gregorio (Finca Allende, Aurus, Calvario...) dentro todo de su formación como Enólogo de carrera. Y así llegamos al vino...

La bodega elabora varios (Finca Teira, Teira X) pero a mi me tiene totalmente subyugado el básico de la casa Formigo de 2008. Un 40% de Treixadura, otro 40 de Palomino y lo demás a base de Godello, Albariño y Loureira. Un cuadro que me transmite una frescura inusitada, de acidez mas que correcta para un Ribeiro del año, afrutado, matices de hierba fresca y sencillo aunque con personalidad. 11.3º que practicamente ni se transmiten en el trago. Y económico hasta lo escandaloso
(5.90€ en tienda especializada).

No es, y quiero matizarlo, ni un Viña de Martín, ni un Arman sobre Lías ni por supuesto ninguna otra casta de megamaxisuper vino de estos legendarios y tal. Pero entra y de lleno en mi pabellón de los "Vinos Honrados" que son vinos por propio derecho y que juegan en otra división que nada tiene que ver con la de Viña Costeira y otros... salvo en que cuestan parecido ofreciendo el triple de calidad, claro.


Otra cosa. Resulta que leyendo a mi respetado Manuel Camblor me topo con que un vino al que yo hacia mas frances que Mitterrand se elabora en Francia (en la región fronteriza de Jura) con uvas autóctonas del lugar (la Trousseau) y ete aquí que el bueno de Camblor revela que se trata de la misma variedad que en Portugal y Galicia denominamos como Bastardo. La uva que cada vez en mayor medida ayuda a afinar y potencia vinos en Valdeorras o Monterrei (donde también es conocida como María Ardoña) resulta que es primordial en el Stéphane Tissot, Trousseau “Singulier”, Arbois de 2006 del que hablar Camblor en su blog.

Pero aún hay mas. La misma Bastardo, por razones que ignoro, es también parte de las uvas permitidas en la DO´s Canarias (Abona, El Hierro, La Palma, Tacoronte-Acentejo, Valle de Güimar, Valle de la Orotava e Ycoden Daute Isora, donde se conoce como Bastardo Negra). ¿Como llegó?, ¿quien la llevó?, ¿no quedamos que era autóctona gallega?, ¿Seguro?. Tal vez este confundido pero, coincidencias como estas, en una uva y unos vinos, además, tan interesantes, me resultan cuando menos clarificadoras de lo pequeño que termina siendo este aparentemente descomunal mundo del vino.

lunes, 19 de octubre de 2009

Ese pequeño matiz que nos vuelve a todos mejores...

Estaba yo en la tesitura de escribir sobre una jornada espléndida y aquello de la magnífica comida, el estupendo vino, las sensaciones y el "maridaje" (signifique eso lo que signifique) cuando, tras leer la sensacional crónica de aquella tarde de Mario y Delia en Mileurismo Gourmet me ha dado por pensar... y no.

No puedo escribir sobre algo que me parece tan relativo, tan efímero y tan trivial como el vino, la gastronomía en general, cuando he sido testigo de algo realmente complejo en este mundo perro y miserable donde nos movemos a diario. Esta es la historia, para nada ficcionada, de como ocho extraños y un cocinero completaron una jornada legendaria ayudados por otras tantas botellas de vino y un menú ejemplar.

Al encuentro se acudía con la duda... la duda primera de saber donde esta el tal Vianda (Av de José Antonio 53. 28490 Becerril De La Sierra 918 537 377) y como se llega allí. Uno que es persona con recursos pero que suspendió en Orientación en la "Mili" lo deja en manos de su cuñado, el chofer para la ocasión y a la postre uno mas de los "conjurados", residente en Madrid y conocedor del entorno.
Los sentimientos son mas conocidos, duda, ansiedad comedida. Yo vivo con especial normalidad mis encuentros con extraños, mas con animo de aprender y compartir que de otra cosa. Mis acompañantes, cada uno en su estilo, lo siente de modo distinto, pero en todos hay ganas de comenzar la comida.

Vianda es un lugar ejemplar. Ejemplar como todos aquellos que van "contracorriente" cuando esa corriente es directamente la equivocada. David, además, es directamente un luchador y su cocina un triunfo ante los acontecimientos. Somos los primeros, subimos, ocupamos la mesa, el "territorio" donde tendrá lugar la cumbre ante el vino. Poco a poco van llegando todos, hasta los ocho, y comienza el baile.


Aquí debería figurar una relación de platos y vinos pero, como sabéis, soy mas de hablar de sensaciones que de datos técnicos, así que lo que diré es que gracias a un talentoso Chateau La Verriere del 1997, acompañando a tres muestras de como el foie debe ser tratado en una cocina con principios, un no menos goloso Algueira Godello barrica de 2003, partido en dos, con principio difícil y final duradero e interesantísimo acompañando a un memorable Salteado de Setas de Temporada con chipironcillos y otros seis amigos, seis vinos y otros tantos platos a cada cual mejor, a cada cual mas travieso, mas sincero, mas escaso, mas potente y sentenciador. Como las personas. Gracias a todo ello y a la voluntad de pasarselo bien, de conocer y de aprender (si algo hubo para aprender) se produjo un pequeño milagro.

Y a pesar de las horas sentados, de la charla continuada (del parloteo mas bien, en mi caso) de la fea costumbre que me adorna de interrumpir e imponerme, de meterme incluso donde no me llaman, a pesar de pertenecer a cuatro comunidades autónomas distintas, a ciudades del norte y del sur, del centro, a pesar de "tener o no tener" pueblo, o de tener demasiado.... del calor, de ser prácticamente unos totales desconocidos .... salen del lugar ocho personas que cuando se vean, cuando se escriban, se saludaran como amigos "Hola, como os va, que tal estáis..."

De vez en cuando suceden milagros que damos por cotidianos y no deberíamos. Hacía mucho que no lo pasaba tan bién comiendo, bebiendo y hablando con un grupo tan diverso y complejo de personas.

La parte de culpa que estos ocho de la foto de arriba tienen debería hacer reflexionar a algunos sobre que es y que no es cultura del vino y para que sirve y para que no sirve el acervo cultural del que forma parte la gastronomía.... si, lo se, esto ultimo pertenece a mi parte combativa, de todos conocida.

Un abrazo enorme donde quepáis los ocho...

miércoles, 14 de octubre de 2009

Pensando en voz alta.

Que nadie se asuste que no voy a decir nada inconsciente o poco meditado.... bueno, nada mas de lo normal. Después de una interesante charla alrededor de las formas y maneras de la DO Rías Baixas, su presente y su futuro, me ha dado por pensar, a santo de una de las frases utilizadas en la charla. En un momento dado, hablando de los pasos que se van dando para dar una calidad acorde al prestigio de los vinos producidos en el segmento, cada vez mayor, de consumidores preparados y conocedores del vino, esta persona me decía que se dan pasos pero pequeños y muy lentos "llevara muchos años dar un nivel real a la DO" dijo. Yo, en mi habitual tono, le dije "¿y veré lo resultados antes de jubilarme?" conteste, a lo que replico "no, no lo creo"

Esto nos coloca en el umbral de los 30 años y dice bien poco de todas aquellas bodegas que no responden a los parámetros impuestos por las tres o cuatro clásicas mas los "recién llegados" desde la Rioja. Porque los primeros, aunque me disguste, no hacen mas que aquello que quieren hacer, aquello para lo que fueron "entrenados". Fábricas de vino, producir millones, tergiversar la realidad sobre su nivel de calidad mediante al marqueting y la publicidad, etc,etc. Vale, pero ¿y los demás?. Si, ¿que hacen los demás, además de esforzarse, algunos, en hacer buen vino?


Creo que la siguiente reflexión sirve para la DO Rías Baixas, por supuesto, pero también para las demás. En todas ellas existen monstruos inmensos, produciendo millones de litros con el beneplácito de las autoridades y de un mercado encantado por la falta de criterio de la mayoría de los profesionales y clientes. Y mientras esto sucede los demás, en algún caso la mayoría, callan o aceptan. Autorizan y consienten. Solo en "petit comite", solo alrededor de una mesa con dos o tres personas muy concretas se sueltan y hablan, de lo mal que se portan esas compañias, fabricas, de sus tácticas torticeras, de como manipulan los consejos reguladores y a sus miembros, de como se apoyan en un poder económico inalcanzable para el pequeño productor... pero en publico, ante una audiencia mayor.... silencio.

Yo no soy ningún Robin de los bosques y en muchisimas ocasiones haría bien en estar callado. Demasiadas veces me apunto a guerras que no son la mía y me gano una trabajadisima fama de cascarrabias con cierta gracia y nulo criterio. Pero al menos duermo, mientras lo hago, como un lirón, la bilis me sale cuando me debe salir y no me veo obligado a comulgar con ruedas de molino como una inmensa mayoría de viticultores gallegos, aborregados, conciliadores y apaciguados, todos aceptando con monacal resignación esta cruz que Dios les da en forma de fabrica de vino y consejo regulador comprado. No se trata de fomentar la revolución, pero si la dignidad. Y en este capitulo, el de la dignidad y la vergüenza torera, mas de uno podría empezar por hablar del modo en como se instrumento la campaña "Pídelo por su nombre" que en fechas recientes trato de fomentar el consumo por copa de Rías Baixas en Madrid. A lo mejor no todos "jugaron" en igualdad de condiciones. A lo mejor no todas las bodegas gozaron de la misma información al mismo tiempo y hubo algunos que contaron con información privilegiada de forma prioritaria.


No soy yo quien debe decir estas cosas pero saberlas, de boca de personas autorizadas a comentar según que sucesos y aconteceres, y no decir nada me revuelve las tripas. Las tenia ya revueltas por otras cuestiones ajenas al vino y todo ayuda, pero es que uno escucha muchas cosas y lamenta oír la mayoría.

Por otra parte, en unos días espero tener listo un post sobre lo valiosísima que se esta volviendo la amistad pura y dura, sin artimañas, pasados ni tanteos, lo importantísima que es una buena mesa llena de estupendas "Viandas" y lo fantástico de que de una reunión salgan ocho personas pensando que se lo han pasado maravillosamente bien, sin que casi se conociesen de nada antes de la reunión. Eso, en dos o tres días...

jueves, 8 de octubre de 2009

Vertical de Lalama. La máquina del tiempo.

Como ya indique ayer miércoles un selecto grupo de personajes nos reunimos para degustar, bajo la batuta de David Bustos de Dominio do Bibei, una cata vertical del tinto principal, en mi opinión, de los elaborados por esta bodega de la Ribeira Sacra.

Se trataba de un recorrido, no se si muy ortodoxo pero si enormemente interesante, por la elaboración, variedades y resultados de uno de los primeros tintos con crianza en serio de los elaborados en Galicia. Después vinieron otros, no se si mejores o peores, pero estos fueron de los primeros.


Abrimos pues las hostilidades con Lalama de 2002. De este coupage de Mencia 50%, Garnacha 40% y otras variedades para el resto se elaboraron 912 botellas. 16 meses en barrica francesa y otros 20 en botella antes de su salida al mercado. Se presento espectacular, pleno, con la proporción adecuada de tostados y frescura y con una, aún, sorprendente acidez. Solo 11 grados y medio. Vino extraordinariamente vivo para su edad y para las cosas que se suelen decir de las variedades gallegas cuando se envejecen. Mito numero uno muerto y enterrado (de nuevo)

El Lalama de 2003, es sin duda el "rarito" de la familia. Viñas viejas de, atención, Mouratón y Garnacha a partes iguales. Una variedad la Mouratón, practicamente desaparecida que ayudo a elaborar este único Lalama sin Mencia en su composición. Vino raramente fino y azucarado (característica de la Mouratón ese exceso de dulzor en boca). La acidez, para sus seis años en botella, sigue presente pero mucho mas caída que en el caso de su hermano mayor. Vino raro con ganas, que despertó sensaciones de todo tipo, no todas buenas. A mi me pareció curioso e interesante., desde la perspectiva de jugueton sin pretensiones. Se hicieron 1200 botellas y tenía 12.2º.


Sigamos con uno de los mas aplaudidos. Lalama de 2004 es tres cuartas partes Mencía y resto Garnacha tintorera. Se presento de color mucho mas intenso, espeso, con nariz clásica a la variedad, mas frutal y mas floral con torrefactos y fruta roja, acidez supercontrolada y complejo. Probablemente sea el que en mejor estado se encuentra de todos los probados. Mas color, mas estructura, mas viveza y mas nervio. Mejor, ni mas ni menos. 12.4º y desaparecido ya de todas partes sus 3300 botellas. Recomendación al margen; beberlo este año puede ser espectacular... el año próximo, un enigma.

Lalama de 2005, el vigente en el mercado, ha sido motivo de otras catas en diversos foros como, la mas reciente, en el blog de Sibaritastur, ademas de aqui mismo no hace demasiado tiempo, así que no incidiré demasiado en el. Mencia, Brancellao, Garnacha y otra. 9200 botellas, 12.6º y después de bebido el 2004 no tan "en forma" como me ha parecido otras veces. Cosas del directo, supongo.


De aquí saltamos sin red al futuro, abriendo el Lalama de 2006. Mencia, mas algo de Garnacha, Brancellao y Mouratón, este ultimo en proporción mínima (2%). La producción es aquí manifiestamente mayor, pero aun supone un lejano 10% de lo que la finca y las plantas cultivadas en ella podría llegar a producir en un futuro. Vino estructurado, licoroso apenas, que no saldrá al mercado hasta el 1 de Diciembre próximo pero que presenta una interesante acidez marca de la casa y se muestra goloso e intenso en boca. Otro de los mas valorados por la concurrencia. Sus 13.1º grados empiezan a hacerlo "peligros", por su facilidad de paso.

Para terminar un infanticidio en toda regla. Lalama de 2007. Ni siquiera aún "vestido" este "casi" monovarietal de Mencía, con un 6% de Garnacha y un 3% de Mouratón asoma casi imperceptible en nariz, algo de caramelo y ciertamente vacío, inerte aún, a la espera de poder ofrecerse resultón y pleno. Hacer un juicio mas allá del especulativo sobre las buenas bases en las que esta asentado sería directamente hacer ciencia-ficción. No pinta mal y solo tiene 11.9º de alcohol.

Un recorrido por la principal ocupación de esta bodega y por la peculiar y apasionada forma de concebir el vino del equipo que lo elabora, con Javier Dominguez a la cabeza, en un paseo singular que me deja claras varias cosas. Que se puede hacer buen vino, que tener capacidad económica para hacerlo no implica hacerlo mal sino se quiere. Que los tintos en Galicia envejecen igual o mejor que en otras partes de España y del mundo. Y que una reunión de personas con ganas de saber y de compartir es tan buen barómetro como la guía que se quiera.

Quiero agradecer a Fran de "O Fragón" el habernos tratado tan bien en su casa, a David por sus extensas e interesantes explicaciones ( y por el vino claro) y a los presentes el haber acudido y ser tan agradables, espontáneos y curiosos como siempre. Un placer que repetiremos en cuanto podamos. Seguro.

lunes, 5 de octubre de 2009

Variadas reflexiones sobre "la cultureta del vino".

El fin de semana en Galicia, al menos donde yo vivo, se ha prestado sobre manera a la reflexión. Lluvia, lluvia y mas lluvia, una caída brutal de las temperaturas (el viernes rozamos los 25ºC y ayer domingo la máxima fue de 18ºC) y la desgana otoñal habitual en aquellos que tenemos la respiración en entre dicho, con una subida de la humedad de un nada despreciable 78% a un insoportable 95% ayer por la tarde. Para mí, el infierno hecho carne.

Lo dicho, tiempo para pensar, para un par de vinitos en compañía y para leer y preguntarse cosas. Por ejemplo ¿cual es la naturaleza de este juego?, ¿a que se ponen en entre dicho créditos personales y logros académicos en materia de vino?, ¿de que modo fueron obtenidos esos logros, quien los otorga, a santo de que se le dan a una u otra persona?, ¿es solo cuestión de dinero?, ¿que hace falta para que un vino sea tenido en cuenta por el publico mas interesado (no mas entendido)?, ¿que de snob tiene un vino que cueste 50 euros la botella, si gusto a una mayoría de interesados?, ¿y si cuesta 300?. Ya, ya... imposible.

O no. En los días pasados tuve oportunidad de probar un A Trabe de 2005. Es un gran vino, indudable. Todo en su sitio, exhuberancia frutal, corrección en la madera, acidez controlada. Nervio. Costaría mas de 45 euros, sin grandes estipendios y uno se pregunta ¿porque? Escasas botellas, distribución a todo el mundo mundial... negocio y capitalismo. Mayor demanda, menor oferta, subida del precio. Vale, pero ¿es justo? Yo supongo que, desde el punto de vista del consumidor, evidentemente, no. El buen aficionado, interesado en la cosa del vino, buscador, probador, serio, reflexivo, no merece que el poder o no acceder a un gran vino sea cuestión solo de dinero, pero así es. Mientras, al snob puro y duro, con dinero en el banco, el precio le da igual, lo prueba e incluso lo desaprueba porque "no sabe como tal o cual Rioja gran reserva que tomamos en casa de papuchi" (exageración para un mayor entendimiento de la premisa).


Pero ¿y desde el punto de vista de J.L. Mateo y Raúl Pérez?..Bien, esta claro que para ellos que el vino cueste 45 euros o los que sean será más positivo, ¿o no? Hace tiempo leí en una entrevista al gran Jean Claude Berrouet, enólogo de Petrus, que el dormía muy tranquilo en cuanto al precio que alcanzaba su vino (nunca menos de 1000 euros la botella) "de bodega sale a 300 euros" decía. A lo mejor habría que buscar la culpa del sobre precio en la persona de Christian Moueix, el "negociant" de los vinos de la bodega Bordelesa, o en un mercado loco, que sube hasta las nubes en función de que existan personas dispuestas a pagar por esa mercancía a ese precio. J.L. Mateo y Raúl Pérez deben ganar con A Trabe, esta claro, pero dudo mucho que ganen los 47 euros que llego a alcanzar su vino la navidad pasada. Y dudo también mucho de que la distribución de su vino ganase la diferencia ¿culpa del tendero, entonces?. No, de la suma de todos. Incluso del cliente. Pero sobre todo, culpa de una estrategia muy bien meditada y puesta en practica de modo casí militar. A eso vamos dentro de un rato...

Otra cosa son los vinos que no lo valen, pero... ¿quien dice si lo valen o no? Aquí podríamos utilizar el estilo clásico de la fabulación y el cuento. Todos lo vamos a entender y lo escribo desde el humor que espero se entienda en el texto siguiente;

"Los grandes críticos en la Web, Francisco Berjas, Víctor Serrano y José Petón han dicho al unísono que el recién salido Ribera del Duero "Pago de Matavacas Reserva de 2005" es probablemente uno de los mejores tintos embotellados en la historia de ESPAÑA¡¡¡. Los siempre atinados y nunca bien ponderados "gurús" se han manifestado con serias alabanzas. El Sr. Berjas ha dicho en su blog que "es sin duda una finca mítica, orientación sur-suroeste, de esquistos, guijarros azules y con un stress hídrico rayano en el maltrato de unas cepas milenarias". En términos similares se expreso Serrano, que en "Vendimia", el tradicional y meritorio foro de vinos, ha dicho que "de los mas de 600 Riberas que he probado este mes, este supera las previsiones". José Petón, mucho mas ponderado y meditabundo ha escrito en el editorial de su revista "Gourmetitos" que "es un vino estupendo. Tostados, almendras y hierba recién cortada. No es un Jerez, pero puede valer". La opinión unánime ha disparado el precio de este Ribera singular, del que solo se han hecho tres millones doscientas mil botellas, hasta alcanzar los 700 euros con 25 céntimos la botella. Un lujo al alcance solo de los muy preparados".


Y de los muy forrados, añadiría. Esta mini-opereta en clave de humor, espero que así haya sido leída, no pretende mas que dejar claro que se puede llegar a una situación curiosa ¿porque?. Para quien no haya descubierto el "meollo" del relato, solo añadiré que el Sr. Berjas era el principal distribuidor del vino, Serrano lo trabajaba en su cadena de tiendas y Petón publico más de dos millones de pesetas de publicidad de la ficticia bodega en su revista y en la guía subsiguiente, de edición anual. Evidentemente se trata de personajes ficticios "que no tiene relación alguna con la realidad" como se suele decir en las películas sobre "hechos reales". Al final, como todo en esta vida, solo se trata de negocios y en ese contexto debería ser visto y leído, absolutamente todo siempre. Aunque no se desee que así sea.

Sobre negocios se trata en el caso Pancho Campo MW, en el asunto de la cata de Garnachas de Parker y la INTERPOL. Parece una película de Esteso y Pajares pero no lo es. Es un negocio de dimensiones millonarias, implicaciones políticas y que ha dejado con las vergüenzas al aire a más de cuatro. Un asunto muy grave, mucho, que ofrece una versión de la parte mas alta de la pirámide de lo que el gran Camblor denomina "la cultureta del vino" muy distinta al paraíso de glamour y profesionalidad impecable, de catas a ciegas y honorables compromisos, que muchos tenían en el pasado. Al final, como en todo, negocio, forrarse a cualquier precio y prestigio ficticio, basado en historias de difícil confirmación y mitos personales. Curriculum con mas agujeros que mi cuenta corriente y una escasa, nula, percepción de la seriedad y la honradez. O al menos de los límites de ella.

Así que, y solo a modo de conclusión momentánea ¿es evitable?, ¿tienen sentido seguir en esta cansina lucha por el pequeño productor y la calidad de su producto?, ¿para que sirve hablar y hablar, escribir cientos, miles de palabras, sobre vinos que, a lo sumo, probaran 300 personas?, ¿porque creemos a determinadas personas cuando resulta evidente que seis de cada diez vinos que ofrecen y recomiendan son parte de su cartera o tienen relación clara con su modo de vida?. Y por ir aún mas allá ¿porque habría de estar mal esto ultimo?, ¿son menos honestos, menos fiables, menos objetivos?... ¿o no?.

Es indudable que el momento actual ofrece una posibilidad única, en al menos cincuenta años, para hacer viable que la mayoría de una población manipulada por los grandes capitales, entienda que existe, siempre a nivel de la cultureta del vino, una manera distinta de producir y comercializar vino. Más personal, más cercana y más honesta. Ahora bien, que esa manera nueva no esta representada en Wine Future Rioja es también un hecho. Ni en otras ferias similares. Ese "nuevo modo de beber" lo abanderan un puñado de aficionados, dos o tres profesionales con escrúpulos y una retahíla enorme de engaños, manipulaciones y operaciones de marketing que han provocado la ola de resentimiento suficiente para que existan mas de 200 blogs dedicados a hablar solo de vino. Es como para pensárselo ¿eh?







* Las fotos. La primeira en swag.blogspot.com y la segunda en www.detintos.com.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Cata comparativa de tres tintos Navarros.

Tres tintos diferentes pero de 2006. Sigo inmerso en un proceso que me debería llevar a la consecución de un proyecto profesional tan ilusionante como grave e importante, al menos para mi. Pero mientras, como digo, probar y probar, conocer gente estupenda y seguir probando, descartando y aceptando, o simplemente aprendiendo, que en esto consiste esta profesión, para toda la vida o mientras dure el profesional. Así que, al grano.

De los vinos probados un servidor ya conocía en E. Valerio de 2005, vino del que soy distribuidor para Galicia y que he vendido en mi tienda desde el corazón y el respeto a un proyecto genial que, a cada añada, va a dar mejores frutos. Se trataba entonces de conocer, y poner en comparativa con otros vinos (mas como muestra de referencia que con verdadero afán competitivo) la próxima añada de E. Valerio Viñas de Amburza de 2006 y el nuevo vino de la bodega, del que la producción va a ser mínima, Emilio Valerio "El Palomar" de 2006. Este fue el resultado.

Ochoa "Mil Gracias" de 2006. Monovarietal de Graciano. Fermentación a temperatura controlada y maloláctica en barricas de roble francesa y americano mas crianza durante nueve meses. Se asomo dispuesto, fácil, abierto y con una exhuberante nariz, muy compleja, llena de matices y fruta roja muy madura. Ligeras notas de tostado algo agradables y una insultante juventud aún. En boca resulta ya menos extremado, de trago mas sencillo pero también sin la misma "gracia". Bueno, bonito, barato (12 euros en tienda, ma o meno).


Emilio Valerio de 2006. Como siempre agricultura biodinámica y coupage de diversas proporciones de Cabernet Sauvignon, Merlot, Garnacha y Graciano, de unas viñas con una edad media de 35 años orientadas al sur. Crianza en barrica durante unos 11 meses, roble francés. El salto hacia adelante es manifiesto y patente al primer asomo a la copa. Presenta la misma fruta característica en el 2005 (en la foto), moras y tostados muy sutiles. En boca es donde mas se presenta el verdor y la juventud del vino. Acidez marcada, como en el 2005 cuando lo tome por primera vez hace mas de un año (ahora ya empieza a resultar espectacular pero... )que aventura un exitoso futuro. Necesita algo de tiempo pero pinta de miedo.

Emilio Valerio "El Palomar" de 2006. Viñas centenarias (algunas de edad indefinible) sobre todo de Garnacha, mas Merlot y Graciano (nada de C.S.). En nariz es directamente genial. Trazas de cacao, hierba seca y algunas mas propias de la Merlot bordelesa, cuero y animal, todo en una inexplicable conjunción que lo vuelve agradable, pleno, que te llena y te cubre. En boca mientras es ligero pero con carácter, cálido, de agradable paso, muy goloso y acidez muy matizada y agradable. Es un gran vino, seguramente dentro de la docena de los mejores que haya probado (si, cierto, no he probado tantos, pero me ha emocionado), y promete cosas que, si sigue la senda de sus hermanos, ofrecerá aun con el tiempo en botella ¿cuales?. Pues no lo se porque, ahora, esta ya directamente estupendo.


Este fin de semana, como siempre hubo mas. De algunos hablare a lo largo de la semana si puedo. De otros no voy a hablar, no se me enfade nadie y después se dediquen a mentir a diestro y siniestro o a mentar lo malisimo que soy. Solo diré, por lo tanto, que probé unos 15 vinos entre el viernes y ayer noche. Me gustaron sin mas seis, dos me parecieron muy buenos y uno excepcional. De los demás, uno fue corriente, y los otros imposibles salvo uno que debería ser directamente delito.
Así fue la cosa.



*Fotos. La del Ochoa de elvinet.wordpress.com. La del E. Valerio básico es de Joan Gómez Pallares y la del viñedo de una web de la Junta de Castilla y León.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La diferencia esta en los detalles.

El pasado lunes acudí a un evento donde una Fabrica de Vinos, con sucursales en varias zonas y países, elegía a una serie de personas en un concurso y de cara a un premio final. No me extiendo porque la cosa fue un poco neutra, es decir, no lo pase ni bien ni mal, me quede como extrañado por algún detalle y directamente flipado con otros. Pero en ese evento se preguntaba cual era la zona mas extensa de producción de vino en Italia de entre estas tres; Toscana, Piamonte y Sicilia. Yo respondí (mal, por variar) que la Toscana cuando, al parecer, es Sicilia, y eso me hizo recordar un vinazo de estos últimos días al que no he prestado la debida atención. Se trata del Planeta Cometa de 2007.


La Bodega tiene cinco puntos de elaboración y plantación repartidos por la isla, de donde salen vinos de diversos tipos, blancos y tintos, por supuesto, y dulces Moscato y algún rosado. El viñedo esta trufado de variedades, sobre todo, Nero D`avola, Cabernet Sauvignon, Syrah y Merlot en tintos, mas Chardonnay y Fiano en blancas, además de otras plantadas de modo experimental. Este Planeta Cometa es un 100% Fiano del que se han producido unas 70.000 botellas. 14.5º y fermentado en inox.
Es un vino extraordinario. No había probado nada de esta uva y no tengo referencias anteriores pero es un autentico carrusel de flores, fruta y manzanilla. UN torrente en boca, ampuloso, pleno y agradable a pesar de la graduación y tomado a algo mas de 13º de temperatura. Me ha dejado sensaciones que no había tenido con ningún vino y me habla muy bien de estos vinos Sicilianos.


El otro buen vino de estos días, sin llegar a estos extremos, vuelve sobre la escasa profundidad y calidad de la Garnacha en España, salvo honrosas excepciones. Es el Les Aphillanthes L’Ancestrale du Puits Cairanne 2004, un Garnacha con Mouvedre Cotes du Rhone Village de 14.5º. Ya Paco Berciano hablo de el en Septiembre del pasado año, así que aquí queda su post. Solo coincidir plenamente con su criterio y afirmarme en que de esta uva existen, a precios mas que accesibles, multitud de vinos en el país vecino, donde la Garnacha es mimada, querida y utilizada con rigor y a un nivel bastante alto.
Mi opinión sobre esta uva era, como aficionado hace una década, la de que ofrecía vinos duros, dificiles, ácidos y rudos, de mal beber y poco aprecio por mi estomago al final de las comidas que acompañaban. Tras probar una docena o mas de vinos franceses (y tres o cuatro nacionales mas recientes) mi opinión ha cambiado un 100%. Este Les Aphillanthes es un vino dócil pero con personalidad, fácil (accesible mas bien), de nariz amplia y poderosa pero con una boca golosa y que invita a beber. Me gusta, vamos.

Seguimos probando y reprobando y cada vez que sumo vinos a mi memoria sensorial entiendo mas a aquellos que no colocan precisamente en España el mayor nivel de los tintos europeos o mundiales. En los blancos tengo mas dudas, aunque temo que sea también un defecto mio, por falta de referencias extranjeras. Y es que en el concurso del que hablaba al principio una de las pruebas consistía en averiguar a ciegas la uva, añada, zona y país de dos vinos, un blanco y un tinto. Del blanco, los mas cercanos a donde me encontraba, tras la cata, afirmaron haber localizado una Chardonnay del Penedes, algo que yo también indique en mis notas. Resulto ser una Viognier Chilena. Un chiste que creo que los organizadores no entendieron como simpático "Oye, pues decidle a los técnicos que lo hacen que han equivocado las levaduras artificiales. Están usando las del Chardonnay". Humor ingles, supongo.



* La foto del vino francés es de Paco Berciano. La del Italiano de su web, www.planeta.it. Quiero dar las gracias a Fernando por tener el tino que tiene a la hora de escoger vinos. A día de hoy nunca me ha fallado. Por algo será.