domingo, 27 de septiembre de 2015

Enseñar la belleza

Llevo tiempo queriendo escribir sobre la belleza. Creo que la razón de mi interés está en lo mezquino y lamentable del momento que vivimos. La estupidez, el interés por encima de todas las cosas y el ser un cretino se premia y es motivo de elogio y eso, a los que nos esforzamos por no ser ninguna de estas cosas, nos pesa. Nos molesta y nos pesa.

Es muy fácil caer en la idiotez. En el momento actual es, creo yo, mas sencillo incluso que incidir en la virtud, la honestidad o la ética, como valores que mueven a las personas y las hacen mejores. La televisión, los medios de comunicación, la propia sociedad, han hecho aceptables conductas y comportamientos más bien deleznables y objeto de burla y expulsión no hace mucho. Ahora es objetivo para muchos ser un patán, comportarse como un maldito idiota y ser, a fin de cuentas, un "trepa" de medio pelo, dispuesto a todo por la pasta. La amistad se banaliza hasta el extremo, la ironía o el acicate del "puyazo" se vuelven imposibles en internet y las redes sociales. Por escrito todo es afilado, todo es peligroso. Ya no vale ni se valora en su justa medida el encuentro personal, que por las actitudes y el lenguaje corporal, marca la diferencia entre alguien insufrible y extremo y una persona normal y corriente.

A mi me ha pasado. He creído ver a individuos mas bien innecesarios en mi vida en ciertas conversaciones en whatsapp o Facebook y Twitter que después, en persona, son de lo mas normal y razonable. Incluso agradables en el trato directo. Buenas personas, con sus opiniones y actitudes, pero siempre dialogantes y... "normales"

Normalidad y belleza. Dos palabras en desuso en un tiempo de extremos. Todo va al limite y en este contexto, ¿que se supone que es bello?. Un vino ¿puede ser "belleza"?.
Juguemos un poco.

En mi mundo, este cuadro de Jackson Pollock es belleza. Para mi, esa caótica sucesión de colores y textura es bella. Es muchas cosas más para mi. Me ofrece alegría, viveza, claridad en la tormenta diaria de mi cabeza. Es un modo de entender la pintura que va más allá de formas y dimensiones, y eso me resulta plácido y agradable. Así que, para mi, es bello.

También lo es la música, pero no toda. Esta pieza o esta lo son, de modo muy distintos además. Bach y Mozart me producen una cierta emoción pero, ante todo, me resultan bellos como estilos musicales. Ni soy un gran conocedor ni un artista, no se tocar ningún instrumento ni leer música, pero estas dos piezas y otras muchas me producen paz. Y en la paz y la tranquilidad veo belleza.

Para mi este vino de la izquierda es belleza. Lo es más allá de su juventud, de su probable bisoñez y de lo joven de su autor. Es bello más allá de si lleva o no sulfuroso, en que cantidad, si fue microfiltrado o no y cuantas manos de sulfato de cobre recibió la viña. Y es bello porque está rico, si, pero también por lo que representa. Es un tinto Rías Baixas y eso es nadar contracorriente, aunque ahora no lo parezca. Es un vino de poco color, ligero y ácido y eso también es nadar contracorriente, aunque tampoco lo parezca en el momento actual del mundo del vino.  

También es bello para mi este otro vino de aquí abajo. Es totalmente distinto al anterior, tan distinto como Johan Sebastian Bach y Amadeus Mozart lo son en realidad para quien escuche música clásica y la valore y la mida. Este es un tinto de raza, duro y difícil hasta que su tanino se calma, algo que solo puede producir el tiempo y la paciencia. Pero a mi me gusta porque me recuerda a un tiempo y una época mas bellos para mi y quizá mejores. Fue un tiempo en el que tuve otra fuerza y otras ganas y, quizá por eso, para mi es un vino bello.

Esta visión de la belleza, compartida o no, es inusual para este mundo. Llevamos una mala semana. Mucha Cataluña, mucha posición ideológica mal entendida, mezclando víscera con teoría política. Mezclando animosidad personal con ideologías y, a su vez, ignorando los fundamentos teóricos de esas ideologías y si estos tienen o no sentido. Mucho recurso a la historia y poco al historial. Llevamos una semana en la que, más que del destino político de una región, nacionalidad o estado estamos hablando del futuro de la humanidad. Y, amigos y amigas, no es de eso de lo que va mi vida, la de nadie. No va de eso el día a día.

Yo hablo aquí de vino y, en ese contexto, el del vino, hablo de personas y acciones, de medio ambiente, de economía, de gusto y disgusto, de estética o de moral. Pero tengo muy claro y vosotros también deberíais tenerlo, que nada de lo que digo tiene la mas mínima importancia en el contexto de la vida de los demás. Ninguna importancia. Y si la tiene, tenedlo claro también, la importancia es tan grande como se la quiera dar quien lo lee. Que me guste o me disguste algo es pura y exclusivamente asunto mío. Mío.

La belleza es tanto o mas importante por quien la observa, siente o disfruta que por si misma. Por eso es tan importante crear espacios de belleza simbólica en nuestro día a día de asesinatos y venganzas. De violencia gratuita y barbaridades. Enseñar pintura, música, historia del arte  o literatura en las escuelas no es educación, es salud mental. Es psicología. Es intentar garantizar al menos en una minúscula parte, el futuro de las próximas generaciones.

Enseñar "gusto".... no sería una mala idea.
¿Que como?...pues de la misma manera que se enseña pintura y música. Oyendo, viendo, pintando y tocando. Se enseña gusto probando. Oliendo, mirando y a la edad saludablemente aceptable se enseña probando. Y probando de un modo dirigido en la cantidad y variedad que haga que, el día de mañana, nadie vea admisible que se hable en igualdad de condiciones de vino en polvo, de tomates de mentira o de "Palitos de cangrejo" sin asomo de marisco alguno. Probando. Así  llega cada quien a la belleza.
A su belleza.




miércoles, 23 de septiembre de 2015

La Duda

Al hilo de una declaraciones recientes del director de un cooperativa gallega sobre el futuro del viñedo en Galicia... me sorprende cada día mas que determinadas personas se arroguen la capacidad de ser voces autorizadas en un sector cuando ni lo entienden ni lo respetan.

Este dirigente habla de "acabar con el minifundismo" como mejor manera para que el sector vitivinícola mejore de su ya larga enfermedad. Y como está claro que habla, mas bien, de salvar su culo y el de sus jefes olvidando que la Borgoña o el mejor Burdeos son un canto al minifundismo (real y administrativo) no voy a abundar mucho mas en el asunto. Parafraseando a Upton Sinclair, "Es difícil conseguir que una persona comprenda algo si su salario depende de que no llegue a comprenderlo".


La viticultura puede ser, creo que no revelo nada, de dos maneras bien distintas. Por un lado, se pueden hacer vinos de un modo puramente técnico, tanto en el campo como en la bodega. El fin de elaborar así vino es puramente mercantil y las decisiones que se toman, tanto en la viña como en la bodega, se toman bajo un prisma económico. Se trata de producir el mejor vino al menor precio. Y punto. La toma de decisiones no cuenta con la calidad mas allá de lo necesario para cumplir la primera premisa, es decir, que el producto final sea lo mejor posible. 

La otra manera de hacer vino es lograr el producto más singular al precio mas aceptable. Y digo aceptable y no económico porque hay cosas que es necesario hacer para lograr un gran vino y que cuestan y encarecen ese vino. La viticultura realizada bajo estas premisas obliga a un transito complejo al filo de la locura económica. Uno poda en verde, desnieta y sacrifica racimos futuros. Uno vendimia después de un fuerte temporal porque prefiere esperar a un grado mayor o a que la acidez se estabilice y arriesga. Uno selecciona uva en función a su calidad aparente y no a su peso y elabora menos vino, encareciendo por necesidad el precio del que si hace.

Cuando una bodega decide hacer el mejor vino al menor precio también selecciona, por supuesto. Pero si ha de sacrificar, ¿que pesa más?. ¿Que es más importante?. Porque una selección que reduce el número de litros, aumenta exponencialmente el precio por botella. ¿Lo hará la competencia?. 

Hay una frase de un informe al que hace referencia Al Gore en su documental "Una verdad Incomoda" que me gusta especialmente. Es esta:  
"La duda es nuestro producto. Es el mejor medio para crear una controversia en la mente del público"
Este afinado del "divide y vencerás" es probablemente el principal recurso de los chicos de marketing de las grandes cooperativas en Galicia y, por lo que veo, en otros muchos lugares. Son dudas que se extienden de múltiples maneras y que, a veces de modo interesado y a veces por pura casualidad, dejan en el público un mensaje claro. La substanciación de ese mensaje es:
 "¿Porque habría de ser mejor ese vino que otro mas barato?"


Con "ese vino" se refieren a ese que defendemos aquí y en otros muchos lugares. Con "mejor" hablan de lo que entendemos por mejor a nivel elemental, a saber; que esté mas rico. Y con "que otro mas barato" hablan del que se hace en el super, aunque en realidad en muchas ocasiones sea más caro.


Este artículo de El País está dando la vuelta al orbe twittero y facebookero (esta me la invento porque yo lo valgo). Dice el periodista que no solo existen vinos mencionables por debajo de 3 euros la botella sino que además son "buenos" y hay más. A los que sabemos que esto no es cierto nos puede provocar risa, pero es un claro ejemplo de lo que he dicho más arriba. Es parte de una estrategia para defender que se puede producir algo por debajo de su precio mínimo de producción y que no existen razones para defender  que sea peor (o mucho peor) que otra cosa por encima de su precio.

Es la justificación de la estupidez. "Yo bebo vinos de 3 euros del súper porque no puedo pagar más pero, eh¡... los que pagáis más es porque sois idiotas, mirad, en El País me dan la razón". Más o menos es esto. Otro ejemplo.

Dice en este artículo un tal Javier Campo, sumiller, que "eres un vendedor y como vendedor debes ofrecer un producto en relación a la demanda del mismo. Si te piden muchas veces un vino de una determinada D.O. y no tienes, te recomiendo que incluyas aunque sea una o dos referencias, ya que estás perdiendo la oportunidad de contentar a tu cliente y puedes perderlo. Por vender un vino de otras D.O. regiones, comunidades, países o continentes no tienes porque perder tu identidad".
Acabáramos. Toda la vida sacando a pasear la puta dignidad y lo único que tenía que hacer para ganarme la vida era vender la basura que me pidieran mis clientes, cuando me la pidieron. Pienso en las botellas de Azpilicuetas, Terras Gauda o "Verdejitos" que podría haber vendido a gente que me pedía esos vinos sola y exclusivamente por falta de ideas, razones o conocimiento y me quedo loco. Rico podría ser. La de veces que me he parado a explicar el porqué de la ausencia en mis estanterías de estas y otras referencias que cualquiera puede encontrar en esos supermercados de los vinos a 3 euros. Que bobo fui. Gracias Javier por tu sapiencia y falta de escrúpulos.


No hablo de tontadas políticas, de memeces territoriales o manias del tipo "es que soy de tintos" en alguien que no ha bebido un blanco en su vida. Hablo de venderse al mejor postor porque, a fin de cuentas, aquí estamos para vender. Hablo de un Abastos 2.0 que, en su apertura, hubiera hecho caso a los que pedían denodadamente un Rioja o un Ribera. Ellos tomaron la decisión, por pura falta de espacio, de vender únicamente vinos gallegos. Y acertaron. Nadie hoy pide allí un tinto o un blanco que no sea gallego...ni en el viejo local ni en el nuevo. 

Este mensaje, el de que mientras sea para vender vale todo (o casi todo) es parte de lo que antes decía. La duda como producto. ¿Que diferencia hay entre esos vinos de 3 euros ensalzados por un crítico y publicitados hasta en diarios de tirada nacional y esos otros cuya producción los encarece?. ¿Acaso son mejores?... ¿Por qué?. 

Y ese es el quid de la cuestión. ¿Por qué?. Y es al mismo tiempo la insuperable barrera para los viticultores razonables, amigos o no. Que explicar la diferencia real exige saber de lo que estamos hablando, algo que al 99,99% de los consumidores de vino les importa un bledo. Que es muy difícil explicar a alguien cuyo interés real en el tema es, simplemente, "que esté rico" que si le pega un trago a una botella de suavizante de la lavadora igual se lleva una sorpresa, pero que no se iba a terminar la botella (por más razones que las evidentes vaya). Es muy difícil explicar el esfuerzo, las horas, el sueño perdido, las deudas, los viajes, los sinsabores y las cuitas de quien debe cuidar sus vi ñas, vendimiarlas, elaborar su vino, embotellarlo y etiquetarlo, transportarlo y finalmente si es capaz venderlo.

Incluso cobrarlo, al final. Es muy difícil defender que la calidad de un vino, a veces, está más en la calidad de los que lo hacen que en si mismo o en su precio competitivo o no. Es una pura cuestión de gustos, unidos a otra de salud, sostenibilidad y medio ambiente y futuro. Y lleva un rato explicárselo a alguien dispuesto a escuchar. Imaginaos lo que cuesta explicárselo a quien de por bueno que existen vinos de menos de 3 euros que valen para algo mas que hacer de comer. Aunque se beban.

Como decía hace unos días; "Los dogmas del pasado no sirven en el tormentoso presente". Que grande el Lincoln. Cuanta razón. 



martes, 15 de septiembre de 2015

A título de inventario

"Los dogmas del pasado no sirven en el tormentoso presente"

A. Lincoln

Hay frases de esas que una vez escuchas se te quedan gravadas y te vuelven a llamar en un momento dado. Frases que oyes a personas mas o menos sabias, mas o menos listas y con mas o menos experiencia en la vida. Una de ellas es la que una vez me dijo mi abuelo; "lo mas importante que harás nunca en tu vida es establecer tu orden de prioridades". 
Estas cosas las oyes de pequeño y no las entiendes pero, en una especie de mecanismo de supervivencia digno de estudio, tu mente las guarda y te las pone delante cuando creces por si te son de utilidad. Y si, lo son. Mucha utilidad.

En mi orden de prioridades personal lo primero son mi mujer y mi hijo. Una al lado del otro. Justo detrás va una pequeña lista con 3 personas y a una distancia minúscula mi familia. En cuarto lugar he situado, por su crucial importancia para mi subsistencia, la comida, la bebida y el alojamiento que consigo para mi y para los míos. Son cruciales, mas que otras muchas cosas y dan pie a una larga lista de objetos, pasiones, hobbies y pasatiempos. Ya tras este listado están los animales y su bienestar, como parte del conjunto de cosas que me importan en un porcentaje menor a las primeras de la lista.

Es por ello por lo que comer carne, pescado o verduras no me produce ningún malestar. No soy vegetariano, aunque en mi dieta, por cuestiones puras de salud y recomendación médica, cada vez pesan más verduras y pescados que carnes. Como sin dificultad desde pequeño carne de ternera, cerdo y pollo y en ocasiones conejo, aves diversas y alguna vez incluso ancas de rana o carne de canguro. Y es verdad que la vez que probé el canguro me acorde de Skippy porque fue el primer canguro del que tuve constancia, pero sin mucho drama. No me llamó la atención, como alimento.

Lamento profundamente el maltrato animal. Matar a un perro o un gato me parece una acción prescindible, salvo cuando la realiza un veterinario en una forma de eutanasia que la gente asume como normal. Asumen como normal que se mate con una inyección letal a un perro moribundo, invalido o enfermo terminal pero no creen que sea una acción valida para con un humano en la misma situación. De igual modo, creo que los cabrones que cuelgan a un galgo de un árbol o a un perro de caza porque "ya no les sirve" merecen una docena de latigazos en la plaza pública. Pero, que queréis, así soy yo.


En mi orden de prioridades, sin embargo, no aparece el Toro de la Vega. No sabría de ese ¿torneo? si no fuera por el enorme bombo que un enfrentamiento reciente entre "animalistas" y vecinos del lugar recibe en Twitter o Facebook de un tiempo a esta parte. No se que pienso de esto porque, sinceramente, no pienso en esto. No me importa. En mi particular orden de prioridades es infinitamente más grave que se permita, por ley, administrar dosis de hasta 140 mg/L de anhídrido sulfuroso a una botella de vino albariño con contraetiqueta que se pueda beber cualquiera que el hecho de que un puñado de individuos decida pasar el tiempo lanceando a un toro. No me gusta, no lo veo, no vivo en Tordesillas.... no es mi tema.


Dice la OMS que un adulto no debería consumir mas de 0,7 mg/Kg de SO2, lo que significa que a partir de 63 mg, en mi caso, la cosa se pone fea. Si asumimos que en cualquiera de los 3 albariños premiados en el último concurso del albariño  en Cambados puede haber hasta 200 mg/L, en una de esas botellas de 0,75L pueden concentrarse unos 150 mg. Con una botella superaría ampliamente el máximo de la OMS, pero con 2 copas y media también. Por lo tanto, no es descabellado asumir que si me bebo a diario mas de 2 copas de albariño "premiado" consumo a diario una dosis de SO2 que supera la máxima recomendada por el principal organismo de cuidado y vigilancia de la salud en el mundo. Solo 2 copas al día.

Y esto, basicamente, no le importa a nadie. A nadie importa que se usen con profusión y de modo habitual aditivos como la Tartracína (E102) que se encuentra en caramelos industriales, refrescos, helados, productos de repostería, chicles, gelatinas, bebidas alcohólicas o energéticas e isotónicas para darles color amarillo. Tampoco le importa a nadie que se usen derivados y combinados del Benceno (benzoato de sodio, benzoato de potasio, benzoato de calcio y ácido benzoico (E211, E210, E213 y E212). La industria alimentaria lo emplea en latas de marisco, cerveza sin alcohol, algunos licores, refrescos variados y, también, en productos de pastelería (mermeladas y margarinas por ejemplo). En personas sensibles provoca asma, urticaria y algunas alergias y si se acumula en el cuerpo puede provocar cáncer de hígado o enfermedades neurodegenerativas, tal como indicaban diversos estudios.


¿A quien le importa esto?. ¿A quien le importa que este domingo haya elecciones en Grecia? (si, otra vez). No habrá especiales en televisión y estoy seguro de que la mitad de los que habéis llegado hasta este punto del texto lo ignorabais. Lo importante es el ahora, lo inmediato, el efecto fulminante del twitt del día, del mensaje en Facebook. El flash informativo, la última hora. A un tipo le abre la cabeza un idiota en Tordesillas, ¡Malditos ignorantes!. Y a seguir. En tres días nadie se acordará ni del Toro, ni la polémica ni de nada de nada. Y así con todo. Humano y animal.


El sufrimiento animal es importante pero la capacidad de todos, de todos, para que nos tomen el pelo es gloriosa. Sideral. 

Creo en lo que creo y creo que, ni de lejos, el Toro de la Vega debería ser ni la número 3000 de nuestras preocupaciones tras el hambre, la corrupción, el atraco de lo público, la manipulación de los medios, el abuso policial, la pésima educación que reciben nuestros hijos, la mediocre sanidad pública y sus carencias, el narcotráfico, la prostitución, el machismo y el asesinato constante de mujeres a manos de sus parejas, el cambio climático, la guerra y sus consecuencias directas e indirectas, la comida y los abusos de la industria alimentaria y de bebidas en la elaboración de muchos de sus productos, la esclavitud infantil, el tráfico de personas..... y ni siquiera en este orden.

Pero la marea de gente indignada con el Toro de la Vega a la que no veo mover un dedo con esta insistencia y en masa por alguno de estos otros asuntos que siga a lo suyo. Comiendo y bebiendo mierda y dejando morir a los de su especie sin inmutarse. Hablo en general, claro está. Como ellos.

Por si alguien aún no me entiende; me parece genial que mi "time line" se haya llenado de indignación para con Tordesillas, sus vecinos y residentes, el evento en si y sus participantes. Pero, en mi humildísima opinión, preferiría una ola similar de indignación con temas infinitamente mas cruciales y menos evidentes. La moda ha llegado a las "causas". Y ha llegado para quedarse. 


lunes, 7 de septiembre de 2015

Problemas menores

Aunque la realidad es tozuda en torturarnos con sus cotidianidad, vale la pena seguir hablando de vino. Es un tema que siempre sigue en boga, siempre da que hablar y siempre la caga, para que engañarnos. Así que, aunque la realidad y la actualidad hacen que hablar de esto, de bodegas y viñedos, de industria y viticultores, de técnica frente a tradición, parezca nimio y snob, la verdad es que es lo que nos toca, lo que sabemos y queremos hacer. Así que hagámoslo.

Y en este contexto, he pensado estos días en esta pregunta que me va a servir de pie para la diatriba de este día; ¿Por qué sigue el Ossian de 2012 a 8,95€ en Carrefour?

Ya han hablado de esto (incluso preguntando a los responsables) en vinoverdadero.com, pero creo que, si de un producto en liquidación se trataba, no es ni medio normal que "liquidarlo" lleve mas de 6 meses.
Entiendo que cuesta liquidar la mercancía de una tiendita cualquiera en un pueblecito perdido de la mano de Dios pero, ¿al Carrefour?. Un lugar con millones en publicidad, docenas de puntos de venta... se me antojan varias preguntas.

Primera y principal; ¿cuanto vino tenía?. Uno piensa en las alrededor de 40.000 botellas que se producen y piensa en cuantas se venderán a una gran cadena como la francesa. Eran varias las añadas que el gigante de la distribución manejaba (2009, 2010 y 2011 fueron vistas a este precio, hasta la actual 2012) pero ¿tan difícil está siendo deshacerse de ellas a un 40% menos de precio del habitual?.

Otra cuestión. Si yo compro un género y lo pongo a la venta en 2011, con un resultado exiguo y si repito en 2012 con idéntico o peor resultado; ¿como es que continúo comprando?. Las grandes distribuidoras no son conocidas en el sector precisamente por su paciencia o capacidad para insistir en productos que no consideren imprescindibles ¿a que se debe que en el caso de Ossian si?

Sé que estas cuestiones no van a tener respuesta, mas que nada porque ya se trasladaron a la empresa y esta se limitó a responder que Ossian era un producto en liquidación y que por eso el precio.... acabáramos. Así que, como lo mío son los soliloquios, especularé.

Creo que a Carrefour le interesaba Ossian. Voy a suponer que, dado que compran cantidades industriales, incluso cuando no las hay, de esto también compraban un puñado de botellas. Voy a seguir suponiendo que esto rebajaba sensiblemente el precio al que las adquirían y en comparación, por ejemplo, con el bueno de Juan Ayerbe "El Sumiller". El vende Ossian de 2012 a 21,90€ (su precio habitual) y supongo que no le hará ninguna gracia todo esto.  Así que, en lógica, a Carrefour le molaba contar con un vino de esos tan "frikis" y nombrados por buenos y llamativos en sus estanterías y, además, ganando dinero.

Digo yo que ese vino, en un lineal mayormente industrial, masivo y de baratillo, vestirá un huevo. O dos.
Y digo yo también (no tiene porque ser así) que un responsable de ventas podrá aducir, a la hora de justificar porque se maneja una referencia que no se vende o que solo se vende muy de vez en cuando, que si sigue comprando Ossian para que se amontone en los almacenes es por el prestigio que da tenerlo a la venta al lado del Paternina, Cune o Emina blanco verdejo de Rueda. Digo yo que debe de llamar mogollón la atención.

Pero claro, al final todo lo bueno se acaba. 4 años de compras y ventas no consecuentes con un supermercado de megadescuento, donde lo que no corre vuela, son demasiados. Y, a la hora de sacar mercancía del almacén, aquí son unos hachas. Y si hay que vender algo por debajo del precio de compra se vende y santaspascuas. Que puñeta.

La siguiente pregunta, creo yo, cae de cajón; ¿Tiene necesidad Ossian, el grupo Carraovejas, de vender su vino a alguien que ni lo valora ni lo necesita, salvo para su propia defensa?. Yo creo que no, aunque sobre esto habría que hablar mucho y muy profundamente porque una cosa es predicar y otra dar trigo. Pero, en mi humildísima opinión, Ossian no debería entrar al juego. Ni Ossian ni otros muchos que pretendan, en un momento dado, ser "algo mas" que un vino con buena prensa. Ossian se hace en ecológico (eso dicen ellos) en un viñedo certificado, en un número restringido a unas fincas y a unos usos y lo hace alguien con nombre y apellidos, querido y respetado en el sector por su buen hacer y responsabilidad con la viña y con el vino. Por tanto, ¿para qué todo esto?. ¿Para qué quedar en evidencia ante distribuidores, comerciantes y público informado?, ¿para que quedar de pesetero?.

Lo bueno, en esta ocasión, es que de este caso hemos hablado y mucho. Si a Carrefour le cuesta terminar de vender Ossian, incluso a 8,95€ es, básicamente, porque en Carrefour hay poquísima gente a la que le interesa lo que come o bebe. Le interesa lo que cuesta, pero no lo que es. Estoy siendo directo y breve a sabiendas. No digo que no diferencien carne de pescado o veneno de comida, pero digo que o se lo ponen muy fácil y barato o no les vale la pena el esfuerzo. Beber Ossian, como beber muchos otros vinos, implica saber lo que es. Y, aunque el trabajo de Ossian y Carraovejas en este campo es positivo y claro, la realidad es que el gran público ignora que existen. Lo ignora e ignora que importe nada como se hace un vino. Les da igual como se hacen las cosas porque ellos y ellas creen que hay unas personas en el gobierno que se preocupan por la sanidad de las cosas así que, ¿para que mas?. Lo de "la calidad no es cara" es un gran mensaje si te importa un bledo la calidad. Es un gran mensaje porque sabes, como responsable de marketing del Lidl, que en realidad la calidad no le importa a nadie.

Por eso triunfan los supermercados de marca blanca. Por eso arrasan Mercadona, Carrefour, DIA... a nadie le importa de qué están hechos la comida y la bebida siempre que no maten. Somos una minoría los preocupados y aun mas minoría los realmente interesados en estas cosas. Somos una anécdota. Y, para los demás, que un vino blanco valga 20 euros es inadmisible, salvo que no medien esnobismos o manipulaciones. Para quien una zapatilla deportiva que vale mas de 30€ es un atraco, que un vino cueste 20€ o mas, habiéndolos de dos euros o menos, es poco menos que robo a mano armada. No cabe en cabeza humana.

Ese es el 95% del público que compra en Carrefour, en Mercadona, en DIA o en Eroski, por ejemplo. Así que creo, desde mi punto de vista, que la realidad es que la gente que compra en Carrefour, mayoritariamente, no necesita, quiere ni aprecia que exista Ossian a la venta en las estanterías de su supermercado o gran superficie. El argumento sobre dar la posibilidad a ese público de acceder a este producto para que puedan después valorarlo estaría bien si en las relojerías de toda España se vendiesen Rolex. Hay, por supuesto, algunas que los venden pero en la mayoría no se ofrece y, sin embargo, si existen joyerías que lo trabajan como producto exclusivo (toda la gama, relojes, joyas, etc). Igualmente, hay bolsos y maletas Louis Vuitton a la venta en ciertos grandes almacenes y tiendas exclusivas, pero sus propias tiendas son las que dan empaque y nivel a su producto.

No creo, ya lo digo para los usuarios de Tele5, que Ossian o Carraovejas deban tener sus propias tiendas, pero si creo que deberían pensárselo. Creo que Carraovejas, los Eguren o la familia Gonzalez Byas, tal vez, deberían medir sus esfuerzos comerciales y pensar que no es oro todo lo que reluce. Que hay un grupo no pequeño de productores muy preocupados por donde acaba su vino y que miden al extremo cada opción, cada venta, cada posibilidad. Podrán atender, en algún caso, a los cantos de sirena, pero no lo hacen. Y no lo hacen no solo por el precio que se les pide (sensiblemente inferior y a veces inviable) si no porque quieren mucho a lo que hacen. Y porque no tienen otra cosa y saben que si sus distribuidores (pocos) sus hosteleros y sus comerciantes ven como ese vino por el que han apostado cuesta un tercio de su precio final en un supermercado o gran superficie, se sienten engañados. Y eso, a la larga, es la muerte. Ya ha pasado, no invento nada.



¿Quereis saber porqué Ossian de 2012 sigue costando 8,95€ en Carrefour?. Porque está fuera de lugar. Su lugar son las estanterías de las tiendas de vino que cerraron porque Ossian está a 8,95€ (o a 15, o a 17...) en supermercados y grandes superficies. Y lo mismo para Matarromera, Alión, Roda, Pintia... la lista es larga pero cualquiera de estos ha estado a la venta en supermercados y grandes superficies donde el vino no tiene ninguna importancia por lo que es (nada lo tiene) sino por lo que vale. Vale mucho, llama la atención y viste lineal. Y seguramente no lo entenderán muchos, pero me encanta lo que hace El Corte Ingles con el Club del Gourmet. La selección es la que es, pero al menos se ofrece una alternativa y se "amaga" un esfuerzo por y para el vino (cava refrigerada, variedad, diversidad, selección). Te gustaría mucho o poco y es mas caro, pero lo es por el algo. Otra cosa es que, con tropecientos centros en toda España es fácil apretar hasta a Vega Sicilia para sacar mas cupo o sacarlo a mejor precio, pero valoro el esfuerzo.

Dentro de la estrategia de mejora que el vino necesita para dejar de ser tenido por un producto menor aquí y fuera del país es, para mi prioritario, que se estandaricen lugares de venta acordes al producto vendido. El pan de panadería lo es, mejor o peor, pero diferente al de supermercado. Lo mismo para pescados, carnes, frutas y verduras. Hay, por doquier, locales exclusivos que manejan diferentes niveles de calidad en mercados de abastos y en la calle. De hecho, si os dais cuenta, lo único que no hay son tiendas de vino. No hay tiendas de vino (un bar no es lo mismo). Son anécdota.

Ossian se merece un estante con acompañantes a su altura. De ellos depende.







Fotos: en la web.




jueves, 3 de septiembre de 2015

Ni siquiera yo

No he pasado muy buena noche. Esto suele llevarlo a uno a amargarse y, en mi caso, es así. Pero entre la amargura me he dado cuenta de algo. Hoy iba a escribir sobre vino, pero una imagen me lo ha impedido.

No voy a reproducir ni por asomo la foto del niño sirio que yace ahogado en una playa de esta Europa de mierda. No voy a hablar demasiado de ello porque a mi, que veo cada día a un pequeñajo de "casi tes años" que me da la vida, me duele ver esa imagen como seguramente no le duele a muchos de los que hacen comentarios de todo tipo en Twitter, Facebook o donde sea que la gente vomite sus neuras y chorradas. La política, como modo de entendimiento entre el gobierno de las personas y los gobernados no merece ni un miligramo de la atención que debería merecer esa imagen por lo que es. Por lo que es joder. Es un niño de tres años muertos, ¿en que cojones estáis pensando?

¿En que estáis pensando cuando decís lo que sea que no sea un lamento?. ¿Que mierdas os creéis que valen vuestras palabras a los padres del niño, a sus abuelos y familiares?. ¿Que sois todos, "tertulianos"?. ¿De que vais todos por la vida?

El mundo en el que vivo con todos vosotros, penséis en lo que penséis, creáis en lo que creáis, se hunde. Se va a tomar por culo. Y, creedme, no entiendo que se hable hoy de nada mas que no sea el enorme drama tras una vida que ni era vida ni estaba formada, ni había crecido, aprendido, creado, decidido, entendido, arriesgado, estudiado, sabido, descubierto, errado, acertado, admitido, mentido... Una vida que no era vida en un país devastado por la guerra. Una guerra joder, una. Como hay cien mil, y nos importan menos o nada. ¿De que mierda estamos hechos para hablar hoy, ahora, ante esa imagen, de política, o de si este es así, o es asá?.... Y que! Que importa!

No quiero hablar mas de vino. No merece el esfuerzo de nadie en un mundo de mierda, lleno de mediocres, de interesados, preocupados por su puta parcela y a los demás que le den. No vale la pena defender nada cuando la muerte de un niño, ahogado, merece mas comentarios sobre el debate deontológico tras la publicación de la foto que sobre si es medio normal que los niños tengan que llegar en patera a esta Europa. A mi Europa, porque vivo en ella.

No quiero ser mas la voz de nada, me da asco, de verdad, asco y pena que hoy lea mas gente preocupadísima por nuestra mierda de políticos, por si tal medio a titulado así o asá,  por nuestra mierda de país que por el drama descomunal de ese padre que no se ni si vive pero que si vive seguro que se quiere morir. Y si, llamadme demagogo, llamadme manipulador, vale. Que os den a todos. Que os jodan.

Es un niño muerto ahogado en una playa de vuestro puto primer mundo. Metéroslo en el culo. Si este es el mundo en el que queréis vivir, en el que queréis beber, no contéis conmigo. Yo paso.

Descansa en paz. La Europa a la que querías venir no se merece ni tu imagen inerte en la orilla del mar.

A lo mejor mañana duermo y me arrepiento de decir todo esto.... pero prefiero arrepentirme a parecer un puto idiota insensible debatiendo chorradas en Twitter o escribiendo sobre enólogos acabados, vinos mediocres y gente de mala calidad. Eso será quizá mañana. Hoy de vinos no escribo porque no lo merecemos ninguno. Ninguno. Ni yo, que sustento esta basura llamada Europa. Ni siquiera yo.