viernes, 28 de agosto de 2015

Mas vino, por favor

Va a tener razón Luis Gutierrez con lo que de que el ambiente está enrarecido. Supongo que lo que se juega el personal es mucho y eso siempre resulta un acicate para soltar la bilis por doquier sin razonar mucho lo que se dice.

El panorama es complejo y, tal vez por ello, sea conveniente hablar de vino mas que nunca, para limpiar de tanta ignominia y falta de rigor y vergüenza otras actividades humanas, vainicas o no.

Así que adelante.

Me han llamado la atención varias cosas estos días y quiero compartirlas con vosotros. Es el caso de los tintos que se ha lanzado a hacer Zárate, como si no hubiera un mañana. Xabre es lo que hace en Ribeira Sacra y Fento es la parte tinta del proyecto de blanco que lleva el mismo nombre. En el primer caso, mayormente Mencía y un poco de Sousón, Brancellao y Garnacha (tintorera, que no se cabree nadie). Envejece en fueres de roble y sale por unos 14 euros. No está nada mal, pero esperaba mas. Tiene que recorrer aún un largo camino, porque acidez no le falta. Buen vino.
Fento es mas barato y un poco batiburrillo. Tinto Rías Baixas, al uso de los que hace Eulogio Pomares, pero mas corto en nariz. Es fácil de beber y sale por unos 10 pavos así que también me parece buen vino, mas para ahora mismo y sin esperar grandes logros si lo guardáis.

Me llamó la atención, de una muestra reciente, un tinto mencía del que no puedo hablar demasiado pero que ofrece un par de puntos de vista que quisiera compartir. El primero, que no es oro todo lo que reluce. Hacer un gran vino no solo depende de contar con un buen suelo, una buena viña y un viticultor experto y que aplique su sapiencia a esa viña y a ese vino. No.
Hacer vino es un entramado complejo, donde una falta total de educación o la ausencia de virtudes como la humildad, el equilibrio o el respeto por los demás acaban pesando en la calidad del vino. NO hablo de que el dueño de la bodega deba ser un tipo genial, cercano y amigo de sus amigos, educado y respetuoso y de carácter afable. Hablo de que poder comprar a un gran enólogo no garantiza un gran vino. Ni en la Ribera del Duero ni en la Ribeira Sacra ni en el Marco de Jerez.
Un gran vino es un gran vino porque lo es, porque sabe a gran vino pero, sobre todo, porque no admite dudas. Un gran vino, además, crece y se reproduce. Deriva en vinos menores pero de igual buen trato y es requerido y demandado, mas allá de modas y épocas. Uno puede contratar a un Enólogo volador de esos, pero su vino puede seguir siendo básicamente uno mas. Al enólogo hay que hacerle caso, la "viticultura remota" tiene sus dificultades, exige de gente preparada a pie de viña para muchas operaciones y eso no se aprende...ni se paga. El enólogo podrá aportar cierta respetabilidad pero el vino ha de estar rico, ser interesante y ser diferente porque sino, a la larga, el efecto inicial desaparece.

Esa muestra que me lleva a la reflexión anterior no me dijo nada del otro mundo. Otro mencía, en el sentido puro de vino directo, fragante pero con fruta escasa y mucho por mejorar. También probé otro, con algo de barrica, pero uniforme y plano en lineas generales. No estaba mal, no me malinterpretéis, pero no era lo mío. Mencías hay muchos y este era otro. Nada mas.

Otro que me gustó estos días y del que quiero hablaros fue el Máis Alá de 2012 de Sebio. Un Valdeorras  a base de godello que despistó a ciegas a mas de un entendido y que da para mucho mas aún. Fresco y profundo, con nariz a fruta fresca y flores. Muy grande y muy godello. Me gustó.
De esa foto también me sorprendió sobre manera el Saint Joseph, un Ródano de todo menos clásico, con balsámicos en nariz y una boca fresca y fácil. A ciegas a mi me parecía un tinto Rías Baixas.... lógico, no tengo ni idea de vino.



Tres muestras de chips de madera para vino
Para terminar, quiero hacer mención a esto que me topé por Facebook hace unos días. Se lo encontró en una cata de orujos Kike García y lo traigo aquí para despejar las dudas de los que aún no se han enterado y creen que lo de los "chips" en el vino es leyenda urbana. Esto que veis son chips de 3 tipos distintos, en función de su tostado. Se añaden al vino de varias maneras y cumplen funciones bien distintas según cuando se añadan, pero para el caso que nos ocupa, se añaden al final al vino terminado para lograr un pseudo envejecimiento que de "un toque" a madera a un vino joven. Al incorporarlos directamente al vino, antes de su filtrado o justo después en infusión, se logra que el vino tenga un toque a madera mucho mas rápido y de manera mas económica que si uno tiene que esperar  a que lo haga una barrica. La proporción es muy variable, pero para entendernos, lo que a un Roble de la Ribera del Duero le lleva 4 meses conseguir en barricas de roble de 225 litros, con esto se consigue en dos o tres semanas. Mas barato, mas económico, mejor.

La pega está en que si uno usa de estos no puede decir que su vino es "roble", "barrica" o "con estancia en madera" porque, adema´s de ser falso, es ilegal.

Claro que, si no lo dice.... ¿quien se va a enterar?.




Fotos: mías y de Kike García en Facebook.









viernes, 21 de agosto de 2015

Especies invasoras

Dentro de la situación actual en el mundo del vino, con los nervios a flor de piel y un interés incesante de propios y extraños en opinar sobre lo que sea y quedar de expertos, me viene a la cabeza un hecho que será (ya es, en cierto modo) carne mortal a no tardar mucho.

Si una máxima ocupa lineas en este momento para los que apuntan soluciones a la caída en el consumo de vino esta es la nueva versión del "dejad que los niños se acerquen a mi". Dejad que los jóvenes beban vino. Sea el que sea, sea como sea, se haga como se haga, valga lo poco que valga.

Para empezar, no se exactamente quien o que impide a los jóvenes beber vino. Tal vez haya fuerzas cósmicas desconocidas por mi que impelen a los jóvenes a rechazar el vino como producto de consumo. Quizá, una suerte de rayo invisible, un campo de fuerza al estilo Star Trek, repele a los menores de 25 años de enfrente a los lineales de los supermercados. Es posible y hasta probable que ese rechazo se deba a razones que van mas allá de la razón misma.
Pero también puede ser, simplemente, que la oferta sea absurda y lamentable. Que no les gusta vamos.

Así que, como esto es un hecho, algunos, unos pocos pero en crecimiento, han decidido tomar por el camino de en medio. Vino azul, frizzante ... son varias las "elaboraciones" que se han unido recientemente al ya mítico "vino sin alcohol" que inundara el mercado no hace mucho. Cosas que se quieren hacer pasar por vino, pero que no lo son. No lo son porque si lo fuesen no serían azules, tendrían alcohol o simplemente no parecería un puto árbol de navidad. Y cosas que, ya lo adelanto, no harán que la juventud se tiré sobre el vino. Es mas, lo harán huir. Huir sin mirar atrás.

A ver, pensemos. Soy Renault en 2005 y tengo interés en introducirme en el mercado asiatico con mis vehículos. En el sureste asiático las marcas presentes ofrecen ya una lista limitada de marcas baratas (muy baratas) y el público tiene el poder adquisitivo que tiene. Puedo optar entre dos soluciones:

A- Puedo hacer un "Renault Cachimba" que se venderá a 3500 €. Lo malo es que si lo saco mis compradores europeos lo demandarán porque no deja de ser un turismo muy económico y eso a una población joven le encantará (en Asia, en Europa o donde sea) porque se lo puede permitir. Ahora mi vehículo de ese tipo mas barato es el Clio, y no baja de 9000 €. Acabaré teniendo un problema, así que mejor no.

B- Puedo comprar Dacia Logan, una fábrica de la Europa del este, fabricar allí, no "putear" mi marca y, además, vender en todo el mundo a precios mas económicos. Es mas caro de entrada, porque he de invertir mucho en reconvertir las fábricas existentes, publicitar la nueva marca y reconvertir la empresa a mis usos y maneras, pero a la larga me permitirá seguir defendiendo que una cosa es un Renault (y su precio) y otra Dacia.

Esto, que aparenta simple de ver, les cuesta horrores de razonar a los "salvadores" del mundo del vino. Y la razón de que les parezca tan difícil es sencilla; son una banda.

Yo no sé cual es la manera de acceder al público menor de 35 años y convencerlo de que beber vino le salvará la vida. No lo se. La razón de que yo no lo sepa, tal vez, sea que soy muy burro, o muy cerril, o un ignorante supino. Pienso a diario en ello porque creo que la salvación de este negocio, la que nos garantizará a muchos seguir disfrutando de grandes vinos, viables para sus autores, pasa por convencer a la "next generation" de que seguir chuzándose a base de licores tóxicos, cervezas de medio pelo y demás mandangas no los va a llevar a ninguna parte. Sin embargo, el acto de descubrir un gran vino, degustarlo y compartirlo puede derivar en una felicidad extrema difícil de transmitir con palabras. Esta es la clave: es tan bueno que es difícil describírselo a nadie.

Dicen los "salvadores" que lo que hay que hacer "es dejar que beban, que beban el vino que sea mientras sea vino, ya llegarán luego a los vinos buenos". Aha. Gracias, Dios, por tanta sapiencia. Gracias por tan reveladoras palabras. Que beban vino azul, verde, negro, mientras sea vino. Da igual que sea sopa de madera, Fairy, Cristasol o ambos mientras tenga contraetiqueta, o aún mejor! Aunque no la tenga!.
Da igual que tenga o no burbujas, que su origen sean uvas, arroz o mijo, da igual. Es lo mismo que cueste 0,99, que su aspecto sea el de un puticlub o que parezca una botella de Clamoxil siempre que sea/parezca/ponga vino en alguna parte del nada revelador etiquetado. Da igual quien y donde se haga, que tenga o no razón de ser su origen o estirpe, que venga a cuento su existencia siempre que sea vino, por Dios, que beban aunque sea de mentira¡¡¡

Dice la nueva presidenta de la DO Monterrei que "“Cuestionar el funcionamiento de los Consejos Reguladores es cuestionar todo el sistema que rige al sector". Es lógico que lo diga, a fin de cuentas preside una, pero es como mínimo paradójico. Hace un siglo y medio la Romané-Conti era ya un viñedo legendario. Su vino estrella, el que sale de la parcela La Taché, es uno de los mas caros del mundo, algo secundario si lo relacionamos con su nivel de calidad. 6 hectáreas y unas 16.000 botellas de media. Es lo que hay. Pienso en que La Taché acabase en manos de una Asunción Rodríguez cualquiera, que pasase de 16.000 a 700.000 botellas de La Taché en 9 años. Ese es el personal que debe decidir que hacer vino azul está mal y que hacerlo a mansalva en una DO minúscula es un error siempre. Siempre.

Entiendo lo del esnobismo. Comprendo que a un iletrado cualquiera entender que hay diferencia entre beber serrín y beber vino le resulte difícil. Entiendo que el habitual televidente de Mujeres, Hombres y Viceversa no entienda que si es azul, brillante y con un capuchón blanco es un Pitufo, no una botella de vino. Me parece natural que existan este tipo de dudas, pero no creo ni de lejos que se vayan a solucionar con inventos y medias verdades.
El vino es una substancia agresiva a quien no se esfuerza por ella. La manera en que hagamos accesible ese esfuerzo y las contraprestaciones tras él son la única salvación para el sector.
¿Acaso esos jóvenes dudan un instante para someterse a sufrimientos físicos diversos y perforar o marcar su cuerpo con piercings o tatuajes?. Eso duele, y duele mucho, ¿alguno duda?. No. Lo hacen y consideran retrogrado y arcaico dudar de la salud mental de alguien porque se perfore voluntariamente el labio, la oreja por varios puntos y un pezón, sin estar drogado o borracho. Les parece, y a mi también "una parte del derecho a la propia imagen y a la auto-reafirmación personal". Vale.

Sin embargo, si yo digo que los inventos de David Muñoz o el vino azul o el frizzante de albariño (o los espumosos Rías Baixas en general, por ejemplo) o el resto de inventos de bombero son caca de la vaca, soy un "dinosaurio" y un "inmovilista". Cuando yo digo que hacer beber a la gente vinos de medio pelo, sacos de viruta o el resto de subproductos industriales de uva no los va a llevar al vino de calidad ni aunque se beban tres palets seguidos, que lo que va a conseguir en todo caso es que huyan del vino para siempre, soy un "trasnochado" y un "viejo anquilosado".

Ya. Los modernos son los otros. Los modernos prefieren el Renault Cachimba y luego (no se como) defenderán ante una población inflada a cosas que no son vino, que un mencía de 40 pavos es lo mejor desde la invención de la rueda. Ya. Perfecto. Me encantará ver como lo hacen.

Estas fotos que hoy ilustran este artículo pertenecen a vinos elaborados con variedades que nos son cercanas pero que se hacen en lugares remotos. Lugares remotos y enormes, con fincas del tamaño de la comunidad autónoma gallega donde se sulfata con avioneta y se vendimia con tractores que aquí ni se conocen ni cabrían por la carretera. Mencías y albariños hechos a mansalva. Una pregunta, ¿por qué creéis, oh salvadores, oh mesías del nuevo vino, que esta gente no hará vino azul a escala planetaria (de cien mil en cien mil millones de botellas) como vean que tenéis la mas mínima cuota de mercado?. Y, ¿cuando hagan mencía a mansalva, a precios ridículos, que hará el presidente de la DO Ribeira Sacra?, ¿decir que los suyos son mejores porque son Ribeira Sacra?, ¿a quien se lo dirá, al bebedor de vino azul o al de Vinos Guerra?.
¿Permitirá entonces que se etiqueten los vinos de su minúscula denominación con las uvas autóctonas que actualmente prohibe y desdeña?.

Tal vez para aquel entonces veamos a Fernando "Algueira" decirle al presidente de la DO que lo alberga, aprovecha su éxito internacional y el de sus vinos pero que después lo desdeña e ignora, algo del tipo de lo que dijo Castelao a Manuel Azaña tras el golpe de estado del 36; "tarde piache Azaña".

Quizá la salvación del sector pase por cosas mucho mas prácticas y razonables. A lo mejor la salvación del vino pase por hacer vino. A lo mejor pasa por hacer vino de uvas seleccionadas, autóctonas o adaptadas y tratadas con una viticultura razonable y sensible. A lo mejor la salvación pasa por hacer vino de uvas sanas o lo mejores posible, dependiendo del año. A lo mejor pasa por hacer buenos vinos, interesantes, curiosos ... pero vino. Vino. No Cristasol.

A lo mejor el sector mejora con concursos donde los jurados sean libres de decir lo que les parezca, sin componendas. Sin que el jurado lo convoque, organice y elija el mismo que hace el vino, que asesora a los autores del vino o que premia a los vinos que asesora. Quizá deberían ser empresas distintas, no lo se. Quizá se mejorase la credibilidad del sector así.

A lo mejor producir mas que nadie no es la solución. A lo mejor la clave está en producir las mismas 16.000 botellas todos los años. Las mismas 16.000, a veces inmensas, a veces normales y a veces, porqué no, mediocres. Y decirlo. Pero las mismas 16.000 joder. Sin complejos.

A lo mejor es bueno que vender vino, servir vino y hablar de vino lo hagan profesionales del vino. Y no digo, ojo, que sean profesionales titulados. Digo que sean profesionales, que sean personas dedicadas, interesadas en mejorar como persona y como profesional, entregados, asesorados y formados para ser mejores y estar a diario en lo suyo. Que les guste el vino, para empezar. Que beban vino. Ese sería un gran principio para un distribuidor. Yo conozco 3 distribuidores que son así. Y también 4 que beben cerveza antes que echarse a la boca un vino pero que luego te ofrecen tres por uno en cajas de albariños a 2 euros mas IVA y " te pongo un escaparate". Vinos premiados, siempre.

Sería bueno, también, que las bodegas no las dirigiesen en exclusiva funcionarios, contables, administrativos o titulados ADE (Administración y Dirección de Empresas). A lo mejor, que en las decisiones mercantiles opine un viticultor es buena cosa. Porque es vino, no jerseys. Producir mas no hará mejor a la empresa ni mas vendible el producto. Lo hará mas, mayor cantidad, pero no mejor.

No se me ha ocurrido cual es el mecanismo que pondrá fin a décadas de caída en el consumo pero creo que, leyendo, escuchando, discutiendo y razonando a lo mejor se me termina ocurriendo. Pero, mientras, tal vez, esta frase nos sirva:

A lo mejor "hacer vino" salva al sector del vino. Ojalá.







* Fotos: Mencías y Albariños producidos por el mundo. Otro producto elaborado y envasado en una botella de color azul, pero que no se bebe y miscelánea de vinos que si lo son.




martes, 18 de agosto de 2015

Je Suis Radical

Os prometo que hay días que no apetece un carajo escribir. Uno se sienta delante da la pantalla y teclea, si, pero detrás de cada pulso no hay mucho. O no hay nada. No es que me pase nada en particular mas allá de lo que me pasa a diario, pero es que el espíritu de cada jornada es diferente.

Hay una cita, de esas que uno se va encontrando a veces por Facebook o Twitter, que me ha gustado especialmente por lo mucho que se parece a algo que yo pienso en no pocas ocasiones. Dice "Deberías aplicar en tu puta vida lo que tanto reflexionas en Faceboook", cita textual.  Supongo que el autor se desahoga aquí tras la lectura de los centenares de citas de dudosa autoría, apócrifas o de Paulo Coelho que jalonan en forma de imagen los muros de la red social mas ñoña de las dos mas usadas (Twitter es como mas crudo e instantáneo y no da para tanta reflexión). Es lógico que, tras una lectura cotidiana, a uno se le hinchen las pelotas. Tal cual.

Leer sobre vino, hoy, se hace ya a dos niveles. Hay un nivel muy parecido al de esa sopa de letras de "pócimas" milagrosas, de buenismo y buenrollismo cotidiano, donde todos los vinos saben bien, todos están ricos y todos son buenos por definición, ya se hagan a base de uva o a base de Fairi, Cristasol, o sopa de madera. Ese mundo feliz donde mujeres y hombres y viceversa sonríen a la cámara, se sacan fotos a paladas (¿cuando beben?) y todo les parece "chachi", "chupi", o "el mejor momento de mi vida entre los mejores amigos", obviando de paso el nacimiento de sus hijos, la operación que salvo la vida a su padre/ madre o el accidente aquel tan grave que al final quedó solo en un susto. No, el "mejor momento" es aquel, con aquel Terras Gauda o aquel Rioja de medio pelo en aquella "calita" tan mona. Es acojonante.

Yo, hoy, voy a hacer otra cosa. Esto me he bebido estos días y aquí os lo dejo. Me ha gustado, bastante, el Pegaso de 2010 de Telmo, que pesa menos que el famoso camión y resulta mucho mas sabroso y apetecible que otras Garnachas, aunque quizá no tan ligero. Está muy bueno (y lo pagué yo, a veintipico euros). También pagué este Castro Candaz "Finca el Curvado" de 2013 que nos bebimos por las fiestas en la comida familiar y que antes disfruté en otra comida con el bueno de Mariano y familia (ahora mas que nunca). Para beber ya mismo, fresco y fragante, lleno de matices. Y ese Pepe Luis de 2011, que catamos en un experimento con gente que no es de vino pero que está en plena "inmersión" en los vinos que no se venden en el super y que se sorprende por cosas como que un blanco les sepa mejor que un tinto o que un albariño dure mas allá de su año de elaboración. Está en su punto este barrica de Xurxo, de una añada, la 2011, en la que el jurado del concurso del albariño no detectó  que el básico de la casa podría ser un vino legendario. Ese año el Albamar de 2011 no fue ni tercero. Normal ¿que sabrá Xurxo de Albariño?. Esto me gustó, pero yo de vosotros no me creería la opinión de un radical cualquiera.


El otro nivel, por dos vías bien diferenciadas, lo marcan los aficionados que ya no lo son y los profesionales encubiertos. Los unos, hartos o no de maniobras y componendas, dicen lo que hacen como acabo de hacer yo mas arriba, desde un punto de vista mas lógico y razonable, al menos para mi. Hablan de lo que les gusta y a veces de lo que no. Sin mucha acritud, pero conscientemente. Hablan de vinos realmente llamativos y originales, de vinos distintos o raros, de personas con una historia detrás, con un bagaje, o en camino a ser interesantes. Y de vinos que merece la pena descubrir, difíciles de encontrar o no, pero siempre inesperados. Y ya está. Sin moraleja, sin lecciones. Porque si. Porque están ricos y punto. Sin fotos, o con foto del vino, para que lo busques si quieres y te apetece. Y a veces son mas ñoños y a veces menos, pero sin forzar. Los hay románticos y los hay ingenieros informáticos y una cosa y la otra a veces no casan bien. ¿Y que mas da?, se trata de vino y de comida.

Hay aún una bifurcación donde hoy un vino es cojonudo y mañana quizá no tanto, pero siempre media un pago, un interés o una componenda. Ahí ya uno se lo puede creer o no, pero es fácil saber que a lo mejor el mejor albariño que estos señores dicen que es el mejor lo es no solo por como sabe sino también por las cigalas, el cuarto cinco estrellas y las lisonjas. Esto ya, cada uno lo vea y lo entienda a su modo, yo es que soy radical y prefiero probarlo (o no) en función de criterios como si me va a saber a algo mas que a sopa de pescado y verde hierba y si me va a llamar la atención, sacarme de mis casillas y darme un "meneo". No se si, para generar consumo, es bueno que una estructura entera de prescripción parezca mas el club de la comedia que un grupo de jueces libres y objetivos, pero.... que sabré yo. Otros dirán lo que digan pero, como yo también puedo, a mi me tira de un pie. Lo que parece, camina y vuela como un pato es un puto pato. Por mucho que parezca un cojinete vuelto, rosca inversa, en acero-vanadio. Hace "cuac¡. Es un pato.

Hay, luego, quien aprovecha la ola, el rebufo, para subirse y decir "Je Suis Charly", sin saber ni de lejos de que va lo de la libertad de expresión, el derecho a la libre difusión de opiniones y el articulo 20 de la constitución. Hay quien se sube al prestigio de un viticultor sin tacha, al que el "establishment" insultó, vilipendió y castigó por hacer buen vino y que es de tal nivel, tiene tal capacidad ética y altura moral, está tan por encima del resto del personal, que se traga su orgullo y acude a presidir un tribunal a sabiendas de que lo compone gente que, quizá, solo quizá, después haga uso de su presencia para decir que son adalides de un prestigio que ni tienen ni se les espera. A lo mejor esto es así y a lo mejor no pero, como yo soy radical es muy normal que lo crea y, aunque yo lo crea, carezco de base para que lo que digo sea cierto, ¿verdad?

Que sabré yo, un don nadie, sobre "prestigio", sobre "saber hacer" y sobre "respeto". Al fin y al cabo, a mi me vale todo, ¿no?. Me vale carne y pescado, sopa de madera y vino racial, albariño por decreto y por virtud. Que sabré yo, que no quiero publicidad de bodegas y DOs en mi web, que no admito anuncios de albariños o instituciones en mi blog sobre "ética" o sobre "reputación". Que sabré yo, cuando mi primer libro se llamaba "La Revolución del Vino". Soy un puto ignorante joder, es evidente. Los que saben son jurados en juicios sumarísimos a vinos que, para poder venderlos después, hay que buscarlos en el extranjero. Es siempre mejor el juicio de quien dice que es medallista de hacer vino, premiado por una empresa que organiza y legitima (las dos cosas) ocho concursos a un tiempo (ya no hablo de albariño, tranquis). Es mejor el juicio de uno de los cuatro¡ estamentos que eligen a los "mejores vinos del mundo". O el del organismo que dice, días después a que lo diga el jurado anterior, cual es "el mejor blanco de Galicia". El mejor blanco de Galicia, que nunca coincide con "el mejor albariño de Galicia" o "el mejor godello de Galicia" o "el mejor vino de menos de 5 euros de Galicia" o "el mejor...." lo que sea de Galicia/Castilla/La Mancha/Rioja....

Mierda. Caca de la vaca.

Prestigio, seriedad, reputación. Palabras gruesas. Deberíamos hacer un concurso para ver quien es poseedor de estas características y quien se apunta al prestigio/seriedad/rigor/reputación de uno que pasaba por allí.

Llamémoslo cata/concurso. Vereis que risas.  

Je Suis Radical. Y a mucha honra.









*Fotos: de mi autoría.

jueves, 13 de agosto de 2015

Americanos...

....os recibimos con alegría. La ya histórica frase del "Bienvenido Mr. Marshall" de Berlanga sirve por definición para describir cualquier recorrido de los denominados como "de descubrimiento" o mas concretamente "del auxilio necesario" como lo describió en su día Noah Chomsky en su descripción del servicio de auxilio social emprendió en los años del crack del 29

Hay un buen libro, de Kepa Sojo y que lleva por titulo "¡Americanos, os recibimos con alegría! Una aproximación a 'Bienvenido Mister Marshall' (Ed. Notorious), en el que define con detalle y brevedad la esencia de la obra cumbre del "Berlanguismo". 
La película es una muestra de cómo era la España del momento, y los personajes representan los tipos característicos. Por un lado el poder, representado por el alcalde, el cura y las fuerzas vivas del pueblo, por otro el pueblo en si, compuesto casi todo por agricultores y ganaderos semi-analfabetos. Desde el punto de vista social se capta la idiosincrasia; el hecho de que el alcalde esté algo sordo no es casual, el miedo al Delegado tampoco y que el cura sea algo cotilla son un reflejo de los estereotipos sociales de esos grupos al igual que el que la maestra esté soltera y necesite la ayuda del listillo de la clase para entender lo que sucede y para realizar su trabajo. El papel subordinado de la mujer se refleja en su poca presencia, y la escasa intervención que por ejemplo tiene la tonadillera. 

El pueblo ha perdido el tren, y está abocado a su desaparición.

El tal Marshall, invocación al Plan Marshall que, tras la II Guerra Mundial regó de dólares la Europa en reconstrucción para evitar la entrada del comunismo, ignorando a la España de Franco (el coche del tal Marshall cruza a la carrera el pueblo sin detenerse ni a pedir la hora) constituye un mensaje claro y nítido; no haremos nada por vosotros, pandilla de idiotas ignorantes.

Por uso y abuso, se ha usado históricamente ese "Americanos, os recibimos con alegría" para definir cuantas visitas indeseadas, inútiles o innecesarias realiza alguien (persona o grupo) a un lugar concreto, cargadas de boato y oropel, pero sin función ni utilidad aparente. Y, en el caso concreto que nos ocupa,. ese boato y oropel, hoy, se enseña en Facebook y Twitter.

No hablo, por descontado, de aquellos que desde la humildad de su perfil personal, en cualquier red social, quieren únicamente hacer participes a amigos y seguidores de sus andanzas vacacionales. No se trata de criticar a quien nos enseña (cabronazos) que lo está pasando de pinga probando los vinos de amigos y visitados. No hablo de quien no vive de, o para, o por y quiere que sepamos que fulano o mengano hace un gran vino y que merece la pena que lo conozcamos. No.

Hablo de quien, viviendo de todo esto, usa Facebook, por ejemplo, para decir que ha "descubierto" (o eso parece) vinos de los que se habla desde hace décadas o que existen eventos, saraos y plazas que vale la pena descubrir "ahora", cuando en 2008 o 2009 ya se visitaban y enseñaban en blogs, redes y lo que fuese. Sitios que hace seis o siete años nadie conocía salvo los que ya los enseñábamos a la mas mínima para intentar, entre otras cosas, que fuesen negocios viables. Por aquel entonces los tintos gallegos eran "vinos menores" y lo que molaba era la Ribera del Duero. Que tiempos aquellos.

Es buena la memoria. Es buena, para evitar arribismo y otras hierbas. En 2008, por ejemplo, yo escribía esto (perdón por la lamentabilísima ortografía) sobre vinos sin nombre aún y que hoy son marca de prestigio. Aquí descubría Torroxal Blanco antes de la compra por Bodegas Valmiñor,  aquí descubro el Restaurante "O Fragón" al mundo (agosto de 2008) y aquí sobre los albariños de larga estancia en deposito de acero que hacía Lagar de Besada (cuando me gustaban) y el Ribeiro de Sameiras.  Son ejemplos nada mas, de vinos y lugares. Nada puntual. O si...

Una muestra tan solo. También hablo de los albariños de Rodri, los tintos incluidos, y de Ribeiros, Ribeira Sacra y otros Rías Baixas que es AHORA cuando parece que algunos los han descubierto y gracias a su infalible sapiencia se dan a conocer al mundo. Ahora es Galicia "tierra de vinos de enorme calidad". Ahora. Tras el libro de Mariano, tras docenas, centenares de post en blogs, tras miles de post en Facebook y Twitter de autores locales y foráneos, pero habituales de Galicia, año tras año, en verano, en invierno. Ahora.

"Nunca es tarde si la dicha es buena", dice el refrán. No. Ni sobra tampoco ninguna difusión, por supuesto. Pero si, por ejemplo, uno va a O Fragón, tampoco está de mas, digo yo, citar a alguno de los bloggers (los de verdad, no los chupocteros) que han citado ¡desde 2009! este local como referencia en Fisterra y si me apuras en la provincia de alta cocina y calidad. No hace falta citarme a mi, vale Jorge Diez en 2009 o el gran Manuel Foucellas en 2012. Todos salen en la primera pagina del Google si buscas "O Fragon Fisterra". Hasta yo salgo. 

Ni Galicia, ni O Fragón ni los vinos gallegos necesitan ya salvapatrias o enterados y es bueno que así sea. Tampoco espero que aquellos a los que me refiero entiendan porqué escribo este post de hoy. A mi personalmente me da igual la retahíla de comentarios mas propios del Doctor Livingstone o de su encontradizo Henry Stanley, descubriendo nuevas rutas en la Africa del XIX. Solo se retrata aquel que lo hace por puro interés personal, por puro interés en su dimensión personal y en dar la sensación de ser y estar donde no es ni está. Es tan licito que yo diga esto como que ellos hagan lo que hacen. Este exabrupto es solo el mensaje de aquel que no quiere mal a nadie y solo pretende advertir a advenedizos y oportunistas que ya no.


Ya nadie se cree nada de nada. Lo siento chicos. Es lo que hay.



* Fotos: De la película de Berlanga y vista desde O Fragón (Fisterra) 


viernes, 7 de agosto de 2015

El Mercader de Venecia

"Detente un instante; hay todavía alguna otra cosa que decir. Este pagaré no te concede una gota de sangre. Las palabras formales son estas: una libra de carne. Toma, pues, lo que te concede el documento; toma tu libra de carne."



"El Mercader de Venecia" es una de las obras de Shakespeare mas duras y controvertidas. El repelente mercader Shylock que, por puro odio a los cristianos con los que convive en la ficticia Venecia del autor ingles, prefiere cobrarse "una libra de carne, tan solo una libra, ni sangre ni hueso" a ver saldada su deuda en dinero, es toda una declaración. La relación entre judíos y cristianos en el siglo XVI era aún mas compleja que hoy en oriente medio. La forma en que los cristianos desprecian a los judíos que, sin embargo, son los tenedores del dinero y las propiedades con las que hacen negocio financiero es un claro reflejo del mundo que ocupamos y sus males. La necesidad de tratar con personas indeseables, odiosas, pero con las que no queda mas remedio que negociar si uno quiere desarrollar sus actividades es un mensaje. El que afirma que el dinero es un mal necesario y los que lo necesitan demuestran una debilidad perseguible.

Y en este contexto se desarrolla nuestro mundo. 

En las ultimas horas hemos leído en redes sociales a defensores y detractores del "establishment" que rodea al mundo del vino. A muchos nos disgusta el nivel de manipulación al que se llega en el intento de promocionar el vino. Nos molesta que se disfrace de concurso, se otorgue legitimidad y se defienda la limpieza de un sistema de elección totalmente contrario al criterio natural de elaboración del buen vino: el terroir y sus matices.

Si defendemos que cada vino es un universo en si mismo, que cada pequeña finca de la Borgoña merece un monumento, que una inclinación, un grado de orientación o un suelo de textura y formación diferentes influyen en un vino y en su calidad, ¿como podemos defender que un vino de  entre una variedad enorme de vinos puede ser considerado "el mejor"?

Aún mas, ¿quien lo dice?. El elemento que marca la diferencia entre unos y otros concursos, para muchos, pasa por el criterio del juez o jueces encargados de elegir. Y en este terreno es donde el fango se vuelve sopa y todo huele a podrido al sur de Dinamarca. 

Os voy a contar una historia. 

Todo lo que voy a contaros es real pero omitiré nombres de empresas y personas (o los ficcionaré) p ara evitar demandas, querellas y demás escollos en el camino de la verdad. Lo haré hasta un punto, en el que pasaremos a la vida real, porque hay cosas que merecen ser contadas. Tendréis que fiaros de mi, si queréis.

Un vendedor de vino recibía, hace unos meses, la visita de unos comerciales que decían venir en nombre de Bodegas "Chachipiruli". En su catálogo traían cinco vinos diferentes: un albariño 100% Salnes, un godello de Valdeorras, un Ribeiro, un Rioja, y un vino tinto de Jumilla. No eran distribuidores, no eran retallistas, eran bodegueros.
Su oferta, además, apuntaba maneras. Precios de derribo, producciones de un cierto tamaño. Como los registros embotelladores no mienten, tras la visita nuestro vendedor decidido consultar el registro y allí se encontró con un albariño elaborado por un tercero (una bodega "por-para"), en una bodega sin viñedo propio y que, por razones ajenas a todo esto supongo, acababa además de declarar suspensión de pagos. Un drama.

El hecho es que los vinos en cuestión tampoco tenían la peor de las pintas. Etiquetas de diseño, una información extensa y prolija y afirmaciones del tipo "Cepas de la zona de Meaño - Ribadumia, una de las más antiguas y que se cultivan para dar el más alto nivel en todas sus cosechas. Nuestro albariño acaba de recibir muy recientemente el premio del Mejor Vino Blanco con una de sus cosechas.. Vendimia a finales de septiembre para recoger la uva en plena madurez, vinificación tradicional, crianza en cubas de acero". 

Detalles. Cepas viejas, vino premiado, elaboración cuidada. El triángulo de la virtud en el vino.


De estos tres pilares para la venta general de vino el realmente complejo es el segundo. El primero, cepas viejas es tan relativo como que hay vinos de cepas con 15 años tan ricos como otros con 50 imbebibles. La viticultura, la vendimia y la elaboración pueden destrozar tantísimo un vino en bodega que la antigüedad de las cepas no suele ser garantía de nada. El tercer pilar, la elaboración cuidada, pasa por el mismo principio de sentido común y conocimiento por parte del autor del vino, por lo que el azar a veces o el buen tino otras son los únicos responsables de un buen vino. 

Sin embargo, la credibilidad es harina de otro costal. Un vino así necesita que el gran público acredite de su nivel sin necesidad de demostrarlo. La etiqueta lo viste, la palabrería lo adorna y el precio lo hace accesible, así que solo queda darle prestigio. Y, dado que los gurús cobran lo suyo por dar puntos, la segunda opción, asequible, es ganar concursos. Ganarlos, no participar en ellos. 
Así que nuestro estimado vendedor decidido fijarse en de donde salía el premio que nuestros comerciales decían que había recibido su vino. Y aquí es donde se enrosca la serpiente, es donde encontramos a Shylock y donde pasamos del relato de ficción a los hechos reales. El premio que nuestros comerciales aducían como símbolo de calidad y prestigio era el Vinoro.

De hecho no solo el Vinoro, sino también el "Gran Vinoro" (hago un  inciso. Oro denota top, nivel mas alto de calidad, super, total, maxi.... dar tras el premio Oro un "Gran oro" me desconcierta)
Estos premios, otorgados en el Hotel Ritz, salen de una cata que organiza una empresa, Alamesa SL. Esta empresa es la responsable de un buen número de concursos diferentes, sin aparente relación entre ellos. Es la empresa "que mas concursos oficialmente reconocidos por el Ministerio de Agricultura y Medio ambiente organiza en España" (ellos lo han escrito mal, pero es esto lo que quieren decir en su pagina web). Vino y mujer, Nuevo Vino, Monovino, Me Gusta, Premios Magnum (nada que ver con los que entrega el INGAVI, pero veo un problema de registros aquí)... todos los organizan ellos. Y el Vinoro.

Vinoro es una suerte de salón del vino en el que además se eligen vinos para premiarlos (ignoro como). Vinos, dicen, "con un atributo en común, han sido elegidos para la gloria", como reza en su web. La entrada al salón cuesta 30€. 

Aquí tenéis al organizador de nada menos que 8 concursos de vino. Ocho. Y digo organizador porque Alamesa es propiedad de un único gestor, Ernesto Gallud. 
Gallud Mira es el administrador único de Alamesa SL, director de Circulodelvino.com y, atención, secretario general de la AEPEV. ¿Que qué es la AEPEV?, ¿de verdad que no lo sabéis?, pues eso es que no me leéis. O que no me prestas mucha atención. Cualquiera de las dos cosas irá en vuestro beneficio. O no. 

En este post hablé sobre la AEPEV, la Asociación Española de Periodistas y Escritores de Vino. Una organización destinada, como tengo dicho, a legitimar cosas como, por ejemplo, los concursos de vino. Legitimar concursos de vino escribiendo sobre ellos desde la "independencia", legitimarlos hablando bien de ellos, dándole visibilidad. Sin maldad, sin ganas de liar a nadie. Legitimar diciendo que "probamos grandes vinos de la Rioja y la Ribera" o que "todos nos parecieron grandes caldos pero sin duda los premiados fueron los mejores". Frases sin mala uva, sin mala idea. Todo muy naif. 

¿Que grado de credibilidad tienen un concursos cuando quien los organiza es el máximo responsable de la patronal de los escritores de vino?...porque eso es lo que se arroga como entidad la AEPEV. Es "la" asociación. No hay otro organismo nacional de iguales características. Y es la patronal quien, además, organiza, desde una empresa privada, ocho concursos acreditados por el Ministerio de Agricultura. No se si la acreditación conlleva subvención, pero estaría bien saberlo.      

Mi problema en todo este tinglado es simple. No me creo ni una palabra. Pongamos que el presidente de la CEOE es, además, presidente de la FAPE (la patronal de periodistas) y su actividad privada consiste en organizar concursos para elegir "la mejor empresa", "la empresa mas responsable" o "la mas productiva". Este presidente ficticio es, además, secretario de ADENA y también organiza un concurso para elegir "la empresa más limpia y medio-ambientalmente responsable". Y, para terminar, en su web de comunicación sobre empresas, publica los resultados, da cobertura a los concursos y  los difunde, siempre desde su particular punto de vista. ¿A que sería genial que existiese alguien así?. Saldría a diario en los telediarios y seria fantástico verlo, cambiando de lado de la mesa, en las negociaciones de convenios colectivos. Groucho Marx estaría orgulloso.

Pues Ernesto Gallud tiene otra empresa, Soluciones de Marketing SL y una web, Tecnovino, que dice ser "el portal para el profesional de la industria vitivinícola" y que se dedica a difundir contenidos sobre el mundo del vino (generalista, no del tipo elaboración propia de Vino Verdadero) entre los que se incluyen las informaciones relativas a los concursos que organiza. Lo cual es limpio como una patena, legalísimo y super-razonable. Pero no se hasta que punto es bueno para el mundo del vino. De hecho, creo que es bueno para alguien, pero ignoro si lo es para los vinos que me gustan a mi. Porque, si no podemos creer en la justicia de algo, ¿que nos queda?. Cuando no te puedas fiar ni de quien juzga ni de la independencia de su juicio, ¿que nos queda?...¿la fe? 

Este es el panorama. Esta es la realidad de lo que se cuece tras los concursos y, por si alguien echa en falta los dos mas conocidos, Zarcillos y Bacchus, dado que ya hablé de ellos y de su nexo de relación (la famosa OIV) en Rooster 3 "Hasta que llegó su hora", no me voy a extender mas. 

Esta es la situación y yo, particularmente, no me veo preparado para arremeter contra toda esta componenda mas allá de contando que hay personas detrás que se lo montan ". Uno piensa en un concurso y piensa en un grupo de aspirantes a la excelencia bajo el escrutinio de una serie de cualificados jurados que, desde su absoluta sapiencia y ecuanimidad, deciden quien y porqué es el mejor en lo suyo. Y nada mas. Y nada menos. A mi "concurso" no me suena a empresa, no me suena a tenderete ni me suena a suma de intereses. Y eso son los concursos de vino, me temo. La mayoría al menos. Alguno habrá que se salven. 

Por ir terminando, volveré a Shakespeare, que no suele fallar si de filosofar sobre justicia y sus límites se trata. Del propio Mercader de Venecia:


"La apariencia no es siempre la verdad:
al mundo lo engaña el oropel. 
En un juicio, ¿qué infame defensa no puede
encubrir su maldad bajo el manto
de una voz armoniosa? En religión,
¿qué herejía no sabrá bendecir
un digno varón apoyándose en los textos
y cubriendo el desatino de ornamento?
No hay vicio tan simple que por fuera
no muestre señales de virtud..." 


No hay vicio tan simple que por fuera no muestre señales de virtud.





* N. del autor: con la información ofrecida mas arriba solo pretendo constatar un hecho; que los concursos de vino son una actividad económica que implica a personas y empresas legalmente establecidas y que son las mismas que realizan actividades de información y promoción del vino.
En ningún momento se pretende discutir, poner en duda o menoscabar la correcta acción económica de las citadas empresas y las opiniones aquí vertidas lo son solo en un sentido moral y filosófico. 

lunes, 3 de agosto de 2015

La integridad

Estos últimos días han llamado mi atención al respecto de este término y sus derivadas. Integridad es una de esas palabras que se usan poco y mal. Definir a alguien como íntegro está relegado a las diatribas políticas y, la mayoría de las veces, sin razones para ello. En el mundo del vino es término en deshuso y este fin de semana y multitud de hechos anteriores me han demostrado porqué.

La integridad se tiene o no se tiene. Creo yo. Uno es íntegro o no lo es, en sus acciones, en su comportamiento, por su ética o su actitud ante las cosas que le van pasando por delante. Uno es íntegro cuando, por ejemplo, actúa con los mas altos estándares morales ante la posibilidad de recibir un premio inmerecido por hacer su trabajo. O cuando, llegado el caso, uno usa su supuesta credibilidad en beneficio propio y como medio para engañar o manipular a un tercero.
Hagamos un poco de filosofía de andar por casa.

Con respecto a una persona, la integridad personal puede referirse a un individuo educado, honesto, que tiene control emocional, que tiene respeto por sí mismo, apropiado, que tiene respeto por los demás, responsable, disciplinado, directo, puntual, leal, pulcro y que tiene firmeza en sus acciones, por lo tanto, es atento, correcto e intachable. Sin llegar a este nivel, íntegro es aquel que siendo referencia en una materia o actividad no usa su mérito para lucrarse. Por ejemplo, si Messi usase botas de fútbol marca Puma pero afirmase en un  anuncio "Me encanta marcar goles con mis nuevas botas Nike". esto, por ejemplo, estaría feo y sería poco ético. Y no denota una gran integridad. A Messi o Cristiano le importará un pimiento, supongo, pero estaría feo.

La integridad, en este último caso, es la cualidad de quien tiene entereza moral, rectitud y honradez en la conducta y en el comportamiento. Y, esto es importante, trate uno sobre lo que trate y se dedique a lo que se dedique. En primer lugar porque está feo manipular a la gente, llevarla o invitarla a consumir algo cuando uno sabe que no es lo mejor ni lo mas adecuado (ni lo mas interesante, llegado el caso) a cambio de un dinero o de un beneficio en forma de pago. En segundo lugar, porque la credibilidad de alguien parte de la base de que lo que diga sea creíble, pero sobre todo de que sea veraz, desde el punto de vista de quien prefiere callarse a recomendar un producto o servicio inadecuado, por mucho que le paguen. Y en tercer lugar, porque ser un puto vendido es ser mala persona y un mal bicho.... y eso no le debería valer a nadie la pena.

En el mundo del vino existen docenas de interesados en decir que tal o cual vino, evento, concurso o sarao es "lo mas", "el mejor" o "el mejor blanco/tinto/rosado/espumoso de España". Y dicen esto, ojo, sabiendo perfectamente que lo que dicen es un embuste de proporciones bíblicas. No hablan desde la ignorancia los personajes a los que me refiero, no. Hablan sabiendo que es falso lo que dicen, pero apoyándose en la ignorancia de quien lee, en el "buenísimo" de quien no quiere líos o en una ausencia total de respeto por uno mismo y por los demás. Asumen que su posición e imagen adquirida tras años de chupar pollas y lamer culos es su único valor y lo ponen a la venta al mejor postor.
No se si será así en realidad pero creo que el vino es probablemente el sector donde menos se penaliza a los embusteros manipuladores y mas se castiga la integridad como forma de vida y actitud.

Y es muy sencillo manipular. Este fin de semana Cambados fue sede de la LXIII Festa do Albariño. Un evento que ofrece dos caras bien definidas, una puramente festiva donde el consumo masivo es norma y otra pseudo-profesional con catas y un concurso que pretende decidir, a golpe de Julio, que albariño de la última vendimia es el mejor. Con el albariño recién embotellado se ofrece a un grupo de catadores la posibilidad de que decidan a ciegas cual es "el mejor". Decía David Ogilvy, el padre de la publicidad moderna que "El Mejor, como concepto publicitario, no existe. Decir que algo es lo mejor debería invalidarlo como producto para siempre". Estoy de acuerdo. Y en vino mas.

Sea como fuere, los catadores del concurso pasan unos días, a gastos pagados, en Cambados. Lo hacen porque es lo lógico, no lo critico. Y mi axioma no vale para todo el mundo, por supuesto. Los que actúan como actúan lo hacen porque así lo quiere la DO Rías Baixas, que organiza el concurso, y lo hacen en Parador nacional y rodeados de atenciones. Y no me parece mal, allá cada quien. Lo que creo, personalmente, es que yo no lo haría. Y no lo haría siempre que tuviese la pretensión (yo) de que, tras ser atendido a cuerpo de rey, mi opinión fuese a tener alguna valor, mas allá de ser la mía. Es decir, ¿que es "integridad"?, ¿a donde llega?. ¿Que sería, en este caso, "lo íntegro"?

¿Es íntegro acudir como catador?. Nuestra opinión es una, se expresa a ciegas y para valorar un numero concreto de vinos, no la totalidad, ¿es razonable decir, por lo tanto, que hemos elegido "al mejor"?. ¿Es íntegro acudir al lugar a gastos pagos?. Uno puede ir o no a Cambados a golpe de jueves y, tal vez, dejando a un lado familia y trabajo, ¿es razonable pedir que uno se haga cargo de sus gastos?...y, en todo caso, ¿es lógico que a uno lo traten como a un cantante pop cualquiera, antes de dar un pregón en el pueblo?. Hoteles los hay, muchos y de muchos precios, y para comer, en Cambados, hay mas cosas que marisco, ¿es lógico que a uno lo agasajen así, si se pretende que uno sea ecuánime y justo?.
Alguno de los catadores visitó, además, bodegas concursantes antes y después del concurso, ¿debemos fiarnos de su criterio?. Es normal tener dudas cuando uno visita, un día o dos antes del certamen, a uno de los participantes y cata sus vinos. Yo tengo tendencia a guardar durante días el gusto de ciertos vinos (sobre todo si son buenos), ¿no encontraron asociaciones razonables entre esos vinos y alguno de los que probaron?, ¿Y es justo dudar de que pueda haberse producido conchaveo o "cohecho" de algún tipo?.
En resumen; ¿debemos creer en la integridad total y absoluta de las personas, sea cual sea el escenario y sean cuales sean las circunstancias?. No hablo de Cambados, digo en general. Cuando se publica una guía en base a muestras enviadas por las bodegas, ¿es justa la puntuación otorgada?, ¿no pesa para nada que unos vinos ofrezcan un corte comercial y otros no?. Y el hecho de que se ofrezcan anuncios delante, detrás o dentro de la guía o publicación, ¿no tiene ninguna importancia?, ¿no influye en la integridad de la publicación?.

Esto tiene que ver, supongo, con los limites personales pero, sobre todo, con quién es quién. España y su mezquindad nos tiene acostumbrados a una ausencia total de autoestima entre los personajes públicos o referencias en cualquier sector. Nadie dimite, sea cual sea el nivel moral de sus acciones (o la ausencia de nivel), nadie admite una culpa, un error, nadie rectifica nunca. Vivimos rodeados de inmundicia ética y moral y eso pesa. Nos parece lógico que alguien afirme ser una voz independiente pero luego cobre de los mismos a los que juzga. Nos parece admisible que una persona diga que su juicio está libre de influencias pero después se dedique sistemáticamente a inundar su muro o timeline de mensajes loando a tal o cual vino o bodega. Nos parece razonable que durante el fin de semana de la Festa do Albariño no se lea ni una sola crítica a nada que tenga que ver con el albariño, la DO; Cambados o su hostelería, que fue absolutamente perfecta y de funcionamiento intachable, por lo visto, con una calidad de vinos rayana en lo sideral y de un nivel absoluto. Eso parece si uno lee tal cual lo que se ha dicho en los perfiles de los y las participantes en cualquiera de los múltiples eventos que han tenido lugar estos días.

"Todo fue perfecto", como decía el chiste, "por eso no tuve nunca que decir nada, mama", le decía el hijo de 23 años a su madre tras 23 años de silencio. "Todo fue perfecto". E íntegro, supongo.

En cierta ocasión preguntaron a Walter Cronkite, referente universal en periodismo, por sus duras críticas al gobierno Nixon tras visitar Vietnam y por abandonar su habitual equidistancia (Cronkite fue siempre ejemplo de moderación en política, autentico equilibrista desde la veracidad entre republicanos y demócratas). En una entrevista, a la pregunta de si valía la pena esa actitud ante los ataques desde las filas republicanas, que lo tacharon de vendido, afirmó; "Bueno, no se que esperaban. Lo único que tengo es mi integridad. Sin ella no soy nadie, ni como persona ni como periodista. Y la integridad, como los vinos caros, es para las ocasiones".

Ser íntegro a diario es difícil, seguro. Pero ser integro cuando te regalan tus herramientas de trabajo, cuando te "donan" tus medios y te tratan como a cualquier politiquillo de la Gürtell tiene que ser complicadísimo. Ser integro cuando te financia la publicación de tu medio los mismos a los que juzgas ha de ser cosa fina y ser íntegro para decir no a una caja de vino o a una cuenta en un restaurante (o callarte la boca y no hablar de ello después) debe ser de lo mas complicado en el mundo. Porque lo fácil, digo yo, debe ser lo contrario.
No digo que esté mal cobrar, digo que está mal querer tomar por tonto al personal después. La gente debe cobrar por lo que hace, faltaría, pero también debe decir que está "trabajando" y que sus comentarios y opiniones están supeditadas al pagador.

Integridad la tiene quien la tiene. Y quien no la tiene demasiadas veces no la echa en falta. La integridad no es rentable y, a fin de cuentas, hay que comer, ¿no?. De poco vale que tres frikis crean que ciertas cosas en el mundo del vino demuestran poca o ninguna integridad cuando al resto del país le importa un bledo, ¿verdad?.

¿Verdad?

"Integridad es hacer lo correcto cuando no hay nadie mirando". Y debe ser bien difícil, porque no lo hace prácticamente nadie.






*Fotos: En la web y de la noche del sábado al domingo en la Festa do Albariño en Cambados.