viernes, 21 de agosto de 2015

Especies invasoras

Dentro de la situación actual en el mundo del vino, con los nervios a flor de piel y un interés incesante de propios y extraños en opinar sobre lo que sea y quedar de expertos, me viene a la cabeza un hecho que será (ya es, en cierto modo) carne mortal a no tardar mucho.

Si una máxima ocupa lineas en este momento para los que apuntan soluciones a la caída en el consumo de vino esta es la nueva versión del "dejad que los niños se acerquen a mi". Dejad que los jóvenes beban vino. Sea el que sea, sea como sea, se haga como se haga, valga lo poco que valga.

Para empezar, no se exactamente quien o que impide a los jóvenes beber vino. Tal vez haya fuerzas cósmicas desconocidas por mi que impelen a los jóvenes a rechazar el vino como producto de consumo. Quizá, una suerte de rayo invisible, un campo de fuerza al estilo Star Trek, repele a los menores de 25 años de enfrente a los lineales de los supermercados. Es posible y hasta probable que ese rechazo se deba a razones que van mas allá de la razón misma.
Pero también puede ser, simplemente, que la oferta sea absurda y lamentable. Que no les gusta vamos.

Así que, como esto es un hecho, algunos, unos pocos pero en crecimiento, han decidido tomar por el camino de en medio. Vino azul, frizzante ... son varias las "elaboraciones" que se han unido recientemente al ya mítico "vino sin alcohol" que inundara el mercado no hace mucho. Cosas que se quieren hacer pasar por vino, pero que no lo son. No lo son porque si lo fuesen no serían azules, tendrían alcohol o simplemente no parecería un puto árbol de navidad. Y cosas que, ya lo adelanto, no harán que la juventud se tiré sobre el vino. Es mas, lo harán huir. Huir sin mirar atrás.

A ver, pensemos. Soy Renault en 2005 y tengo interés en introducirme en el mercado asiatico con mis vehículos. En el sureste asiático las marcas presentes ofrecen ya una lista limitada de marcas baratas (muy baratas) y el público tiene el poder adquisitivo que tiene. Puedo optar entre dos soluciones:

A- Puedo hacer un "Renault Cachimba" que se venderá a 3500 €. Lo malo es que si lo saco mis compradores europeos lo demandarán porque no deja de ser un turismo muy económico y eso a una población joven le encantará (en Asia, en Europa o donde sea) porque se lo puede permitir. Ahora mi vehículo de ese tipo mas barato es el Clio, y no baja de 9000 €. Acabaré teniendo un problema, así que mejor no.

B- Puedo comprar Dacia Logan, una fábrica de la Europa del este, fabricar allí, no "putear" mi marca y, además, vender en todo el mundo a precios mas económicos. Es mas caro de entrada, porque he de invertir mucho en reconvertir las fábricas existentes, publicitar la nueva marca y reconvertir la empresa a mis usos y maneras, pero a la larga me permitirá seguir defendiendo que una cosa es un Renault (y su precio) y otra Dacia.

Esto, que aparenta simple de ver, les cuesta horrores de razonar a los "salvadores" del mundo del vino. Y la razón de que les parezca tan difícil es sencilla; son una banda.

Yo no sé cual es la manera de acceder al público menor de 35 años y convencerlo de que beber vino le salvará la vida. No lo se. La razón de que yo no lo sepa, tal vez, sea que soy muy burro, o muy cerril, o un ignorante supino. Pienso a diario en ello porque creo que la salvación de este negocio, la que nos garantizará a muchos seguir disfrutando de grandes vinos, viables para sus autores, pasa por convencer a la "next generation" de que seguir chuzándose a base de licores tóxicos, cervezas de medio pelo y demás mandangas no los va a llevar a ninguna parte. Sin embargo, el acto de descubrir un gran vino, degustarlo y compartirlo puede derivar en una felicidad extrema difícil de transmitir con palabras. Esta es la clave: es tan bueno que es difícil describírselo a nadie.

Dicen los "salvadores" que lo que hay que hacer "es dejar que beban, que beban el vino que sea mientras sea vino, ya llegarán luego a los vinos buenos". Aha. Gracias, Dios, por tanta sapiencia. Gracias por tan reveladoras palabras. Que beban vino azul, verde, negro, mientras sea vino. Da igual que sea sopa de madera, Fairy, Cristasol o ambos mientras tenga contraetiqueta, o aún mejor! Aunque no la tenga!.
Da igual que tenga o no burbujas, que su origen sean uvas, arroz o mijo, da igual. Es lo mismo que cueste 0,99, que su aspecto sea el de un puticlub o que parezca una botella de Clamoxil siempre que sea/parezca/ponga vino en alguna parte del nada revelador etiquetado. Da igual quien y donde se haga, que tenga o no razón de ser su origen o estirpe, que venga a cuento su existencia siempre que sea vino, por Dios, que beban aunque sea de mentira¡¡¡

Dice la nueva presidenta de la DO Monterrei que "“Cuestionar el funcionamiento de los Consejos Reguladores es cuestionar todo el sistema que rige al sector". Es lógico que lo diga, a fin de cuentas preside una, pero es como mínimo paradójico. Hace un siglo y medio la Romané-Conti era ya un viñedo legendario. Su vino estrella, el que sale de la parcela La Taché, es uno de los mas caros del mundo, algo secundario si lo relacionamos con su nivel de calidad. 6 hectáreas y unas 16.000 botellas de media. Es lo que hay. Pienso en que La Taché acabase en manos de una Asunción Rodríguez cualquiera, que pasase de 16.000 a 700.000 botellas de La Taché en 9 años. Ese es el personal que debe decidir que hacer vino azul está mal y que hacerlo a mansalva en una DO minúscula es un error siempre. Siempre.

Entiendo lo del esnobismo. Comprendo que a un iletrado cualquiera entender que hay diferencia entre beber serrín y beber vino le resulte difícil. Entiendo que el habitual televidente de Mujeres, Hombres y Viceversa no entienda que si es azul, brillante y con un capuchón blanco es un Pitufo, no una botella de vino. Me parece natural que existan este tipo de dudas, pero no creo ni de lejos que se vayan a solucionar con inventos y medias verdades.
El vino es una substancia agresiva a quien no se esfuerza por ella. La manera en que hagamos accesible ese esfuerzo y las contraprestaciones tras él son la única salvación para el sector.
¿Acaso esos jóvenes dudan un instante para someterse a sufrimientos físicos diversos y perforar o marcar su cuerpo con piercings o tatuajes?. Eso duele, y duele mucho, ¿alguno duda?. No. Lo hacen y consideran retrogrado y arcaico dudar de la salud mental de alguien porque se perfore voluntariamente el labio, la oreja por varios puntos y un pezón, sin estar drogado o borracho. Les parece, y a mi también "una parte del derecho a la propia imagen y a la auto-reafirmación personal". Vale.

Sin embargo, si yo digo que los inventos de David Muñoz o el vino azul o el frizzante de albariño (o los espumosos Rías Baixas en general, por ejemplo) o el resto de inventos de bombero son caca de la vaca, soy un "dinosaurio" y un "inmovilista". Cuando yo digo que hacer beber a la gente vinos de medio pelo, sacos de viruta o el resto de subproductos industriales de uva no los va a llevar al vino de calidad ni aunque se beban tres palets seguidos, que lo que va a conseguir en todo caso es que huyan del vino para siempre, soy un "trasnochado" y un "viejo anquilosado".

Ya. Los modernos son los otros. Los modernos prefieren el Renault Cachimba y luego (no se como) defenderán ante una población inflada a cosas que no son vino, que un mencía de 40 pavos es lo mejor desde la invención de la rueda. Ya. Perfecto. Me encantará ver como lo hacen.

Estas fotos que hoy ilustran este artículo pertenecen a vinos elaborados con variedades que nos son cercanas pero que se hacen en lugares remotos. Lugares remotos y enormes, con fincas del tamaño de la comunidad autónoma gallega donde se sulfata con avioneta y se vendimia con tractores que aquí ni se conocen ni cabrían por la carretera. Mencías y albariños hechos a mansalva. Una pregunta, ¿por qué creéis, oh salvadores, oh mesías del nuevo vino, que esta gente no hará vino azul a escala planetaria (de cien mil en cien mil millones de botellas) como vean que tenéis la mas mínima cuota de mercado?. Y, ¿cuando hagan mencía a mansalva, a precios ridículos, que hará el presidente de la DO Ribeira Sacra?, ¿decir que los suyos son mejores porque son Ribeira Sacra?, ¿a quien se lo dirá, al bebedor de vino azul o al de Vinos Guerra?.
¿Permitirá entonces que se etiqueten los vinos de su minúscula denominación con las uvas autóctonas que actualmente prohibe y desdeña?.

Tal vez para aquel entonces veamos a Fernando "Algueira" decirle al presidente de la DO que lo alberga, aprovecha su éxito internacional y el de sus vinos pero que después lo desdeña e ignora, algo del tipo de lo que dijo Castelao a Manuel Azaña tras el golpe de estado del 36; "tarde piache Azaña".

Quizá la salvación del sector pase por cosas mucho mas prácticas y razonables. A lo mejor la salvación del vino pase por hacer vino. A lo mejor pasa por hacer vino de uvas seleccionadas, autóctonas o adaptadas y tratadas con una viticultura razonable y sensible. A lo mejor la salvación pasa por hacer vino de uvas sanas o lo mejores posible, dependiendo del año. A lo mejor pasa por hacer buenos vinos, interesantes, curiosos ... pero vino. Vino. No Cristasol.

A lo mejor el sector mejora con concursos donde los jurados sean libres de decir lo que les parezca, sin componendas. Sin que el jurado lo convoque, organice y elija el mismo que hace el vino, que asesora a los autores del vino o que premia a los vinos que asesora. Quizá deberían ser empresas distintas, no lo se. Quizá se mejorase la credibilidad del sector así.

A lo mejor producir mas que nadie no es la solución. A lo mejor la clave está en producir las mismas 16.000 botellas todos los años. Las mismas 16.000, a veces inmensas, a veces normales y a veces, porqué no, mediocres. Y decirlo. Pero las mismas 16.000 joder. Sin complejos.

A lo mejor es bueno que vender vino, servir vino y hablar de vino lo hagan profesionales del vino. Y no digo, ojo, que sean profesionales titulados. Digo que sean profesionales, que sean personas dedicadas, interesadas en mejorar como persona y como profesional, entregados, asesorados y formados para ser mejores y estar a diario en lo suyo. Que les guste el vino, para empezar. Que beban vino. Ese sería un gran principio para un distribuidor. Yo conozco 3 distribuidores que son así. Y también 4 que beben cerveza antes que echarse a la boca un vino pero que luego te ofrecen tres por uno en cajas de albariños a 2 euros mas IVA y " te pongo un escaparate". Vinos premiados, siempre.

Sería bueno, también, que las bodegas no las dirigiesen en exclusiva funcionarios, contables, administrativos o titulados ADE (Administración y Dirección de Empresas). A lo mejor, que en las decisiones mercantiles opine un viticultor es buena cosa. Porque es vino, no jerseys. Producir mas no hará mejor a la empresa ni mas vendible el producto. Lo hará mas, mayor cantidad, pero no mejor.

No se me ha ocurrido cual es el mecanismo que pondrá fin a décadas de caída en el consumo pero creo que, leyendo, escuchando, discutiendo y razonando a lo mejor se me termina ocurriendo. Pero, mientras, tal vez, esta frase nos sirva:

A lo mejor "hacer vino" salva al sector del vino. Ojalá.







* Fotos: Mencías y Albariños producidos por el mundo. Otro producto elaborado y envasado en una botella de color azul, pero que no se bebe y miscelánea de vinos que si lo son.




1 comentario:

A este lado del Duero dijo...

Me ha gustado esta entrada, sobre todo la última reflexión acerca de la salvación del vino. Comparto parte de lo que dices, y discrepo (un poco) de otras reflexiones. Iba a dejar mi opinión aquí, pero me ha quedado un poco larga, al punto que me ha dado para una entrada en mi blog.

Generemos debate, no sé si salvara al vino, pero puede ser un primer paso.