lunes, 29 de junio de 2009

La Primera cerveza artesana Gallega.

Ocurre que decir cerveza y asociar esta palabra con Galicia lleva siempre a un camino ; Estrella Galicia. Muchos botellines cayeron de este brebaje y mucho mas siguen cayendo en nuestros días, cañas, medias, quintos y variantes, de un producto que ha paseado su "galleguidad" por el mundo entero. Pero, como suele ocurrir, cuanto mas se aleja uno de un punto peor se ve el lugar del que proviene y, en el caso de este tipo de productos que tanto deben a su elaboración, peor o menos bueno es el resultado de ese trabajo. La Estrella cumple su función aun hoy en día pero alguien, tres personas en concreto, pensaron que mejor volvemos a ello y aquí esta su resultado.


San Amaro fue un abad y navegante que según la tradición realizó un ajetreado viaje por mar hasta el Paraíso Terrenal, en el que, atravesando el Océano, protagonizó con sus compañeros innumerables aventuras. Existen dos personajes históricos que pudieron servir de base para el mito: Uno de ellos fue un penitente francés, Amaro, que en el siglo XIII peregrinó a Santiago de Compostela y que a su vuelta se estableció en Burgos, dedicando desde entonces sus cuidados a los enfermos pobres y a los peregrinos en el Hospital del Rey (fundado en el año 1195 por Alfonso VIII).
El otro candidato es San Mauro de Anjou, discípulo de San Benito de Nursia, y que fundó el primer monasterio benedictino de la historia de Francia.
Sea como fuere, en torno a la figura del Amaro histórico se aglutinaron toda una serie de tradiciones paganas cristianizadas presentes en Galicia y Asturias.


Este es el nombre escogido para identificar a este producto gallego y artesano, a base de agua, maltas de cebada, lúpulo y levadura, de sabor afrutado y exhuberante en algún caso, mas fresco y abierto en el otro y de variada graduación. La casa elabora en este momento tres recetas; la denominada Abadía (con fermentación en botella final) y ocho grados, la India Pale Ale (antigua receta que se remonta a 1790) mas ligera y de seis grados y de trigo.

La verdad es que me ha gustado, partiendo de la base de que a mi la cerveza ni fu ni fa, fría y agradable pero con personalidad, seguramente mas interesante para los que gustáis de este brebaje mas que yo. Una cuesta en tienda sobre 2.80€ y la otra cinco céntimos menos. Vale mucho la pena, creo yo, nacionalismo a parte. Buen producto, buenas intenciones.

sábado, 27 de junio de 2009

Constataciones...

Decía una canción de los legendarios "Golpes Bajos" que eran malos tiempos para la Lírica... pues eso. Malos tiempos para pretender que la gente (entendido como una masa informe que no piensa de modo individual y que se mueve como el mar en la ensenada, a la deriva) compre un producto por su calidad contrastada y no por su escaso precio. Pero dentro de lo habitualmente caótico de mi vida profesional en los últimos tiempos, he realizado, sin quererlo en la mayoría de los casos, una serie de constataciones.


Primera; El Albariño es un vino que mejora en botella, pero ojo, no siempre ni del mismo modo. El Do Ferreiro de 2007 esta genial, al igual que alguna otra cosa que he probado estos días también del año pasado y que ha mejorado un 200% (en algunos casos ni así llega la cosa para ofrecer un buen vino, pero en otros si). Dicho esto, otros no mejoran porque simplemente de donde no hay no se puede quitar.

Segunda; la percepción de lo que es un buen albariño empieza y me temo que acaba en Manzaneda. Del listado de los votados en la cata de Elmundovino, solo no he probado cuatro del listado primero (O Rosal, etc) y tres del listado dos (Salnes). Y no coincido ni de casualidad con la mayoría de las calificaciones, dicho esto desde el máximo respeto y en el entendido de que se trata de mi criterio. No creo que la capacidad o no de una bodega de Rias Baixas para ofrecer sus vinos en la capital, algo que va y mucho en función de las cantidades producidas, deba ser motivo para votar mejor un vino u otro. Y no digo que así haya sido, pero es lo que parece...


Tercero; Que ricos están algunos vinos Portugueses. En concreto me ha pasado que un Muros Antigos Loureiro de 2005, de bodegas Anselmo Mendes, me ha parecido de una estructura y un poder que no alcanza la mayoría de albariños de su precio.... si alguno costase lo que cuesta este claro (3.60€ en tienda). Acidez, claro esta, practicamente cero pero... para mi maltrecho estomago ha sido una bendición. Lastima que ya no quede...

Cuarto; Quien quiere trabajar, conocer, probar, explorar, al final triunfa. De los pocos sitios donde tengo colocados vinos (Viña de Martín, Lopez Cristóbal, Abel Mendoza, Araco, Guimaro...) estos vuelan y desaparecen en cuestión de semanas. Cajas enteras. Donde los paisanos se dedican a colocar el vino en su repisa sin prestarle mayor atención, sin ponerlo en carta, sin mencionarlo a nadie... claro, ahí no. Pero ¿eso es culpa del vino o del "hostelero"?

Quinto; Existen distribuidores a los que mejor debería denominarse "maquinas desbrozadoras". Acaparadores con un tipo único de vinos, mayormente Riojas de medio pelo o directamente pésimos, a los que algunas veces se les encarga elaborar una carta de vinos y escriben (literal):

VINOS BLANCOS

Condes de Albarei
Martín Codax
Terras Gauda

Ver algún vino catalán (.....)

VINOS ROSADOS

Mateu Rose (Portugues)
otro
otro

VINOS TINTOS

Joaquín Rebolledo (Mencia)
Rectoral de Amandi
Otro bueno
Otro Bueno
Otro bueno


Repito, extracto literal de un borrador de carta de ¿vinos?

Sexto y ultimo; Tener amigos es importante pero escogerlos y conservar a los buenos lo es aun mas. Gracias a los que me habéis preguntado y expresado interés por mi. Aquí seguiremos... mientras nos dejen.

lunes, 15 de junio de 2009

Mr. Curiosity y la Sra. Fentimans.

Ocurre que a veces uno se encuentra con ciertas cosas mas o menos nostálgicas casi por casualidad. Este fin de semana acudimos a Vigo a visitar a un buen profesional y mejor persona, Antonio Torrado de LV Vigo, distribuidor de vinos y destilados y con quien colaboro desde hace unos meses en esto de la distribución. Y como el Pisuerga pasa por Valladolid aprovechamos para conocer la zona, este sur de Galicia que tengo tan abandonado, y probar una cosa que es la protagonista esta tarde.

La casa Fentimans lleva desde 1905 embotellando Cola, Tónica y otras bebidas refrescantes elaboradas al modo en como los boticarios del siglo XIX y principios del XX hicieron estas bebidas. Preparados que se suministraban para mejorar el vigor y la salud, para vitaminar el cuerpo, inofensivos en la mayoría de los casos y que luego algunas compañías han acompañado de cantidades industriales de agua carbonatada o de cafeína (o de componentes supuestamente secretos) hasta hacerlos muy populares pero dañinos para mucha gente.


Fentimans sigue haciéndolo como antes, por ejemplo, en la Curiosity Cola, que decidimos probar acompañando a un Ron English Harbour 5 años (5 años de verdad) que ya estaba buenos de mas por si mismo. El resultado fue una sorpresa porque ante mi, años después, me encontraba de nuevo con... el caramelo "Cuba-Libre". No se si lo recordáis pero a mi me encantaba este pequeño caramelo de color negro en envoltorio también oscuro, dulce y refrescante a la vez. Este el caso, pero sin los malos rollos habituales en otro tipo de colas (gas, azúcar a manta o acidez). Nada mas lejos.


También decidimos probar la Tónica de la casa, a base de plantas naturales, extractos de las mismas y Quinina, muy suave, un punto mas saltarina que, por ejemplo, la Fever-Tree, y muy interesante acompañando a un golpe de Junipero, ginebra americana de la que ya he hablado en otra ocasión.

Las dos cosas me han parecido fantásticas, dignas de ser conocidas y en el caso de la Curiosity Cola, además, con un componente que me ha llevado a recordar sabores mas amables y agradables de antaño.





*Perdon como siempre por las fotos pero era lo que había.

viernes, 5 de junio de 2009

Cata de los vinos de la D.O. Jumilla en A Coruña.

Empieza a convertirse en costumbre el utilizar las instalaciones de este céntrico y glamouroso hotel herculino para ofrecer este tipo de eventos. Pero la verdad es que es un buen lugar, aunque ayer la afluencia fuese muchísimo menor que en las dos ocasiones anteriores. Fueron también muchas menos las bodegas y los vinos y además la uva protagonista, la Monastrell es de las que suelo definir como "para iniciados" en esto del vino. Uva difícil, de muchos matices, con un fondo dulce que no gusta a todo el mundo y que si no se elabora como es debido acaba por resultar seca y difícil de beber. Vamos, todos los boletos. Pero vayamos al grano.


Once vinos probamos y de ellos me quedo con 4, mas que por una abismal diferencia de calidad, por una cuestión de matices en la mayoría de los casos, salvo en uno. Abrimos con un viejo conocido que sigue en buena forma, el Juan Gil 2008, vino que se presentaba aquí con dos semanas de botella, cuatro meses de barrica y su habitual carácter monovarietal. Suave, fácil, con ese punto de dulzor escaso al final, pero verde en demasía. Mejorara. También degustamos el doce meses de la misma casa, mucho mas hecho, mas contundente pero al tiempo mas estructurado. Mejor en boca que en nariz por cierto.


También destacable un Alceño Monastrell de 2007, otro año en madera para un vino interesante pero donde se hurto a la uva esa característica tan de mi agrado, ese dulzor tan matizado, que aquí sucumbía a la madera. Me gusto, a pesar de ello y me pareció un vino con recorrido.


Quiero llegados aquí explicar un poco la intrahistoria del vino "estrella" de la tarde. La etiqueta y su solitaria presencia en la mesa de su bodega nos echaron para atrás pero "que demonios, estamos aquí para probar". Y menos mal. Barón del Solar es un monovarietal de Monastrell con cuatro meses escasos de barrica, que llevaba menos de un mes en botella. Y se nos presento, a pesar de ello, recto, directo, fragante al extremo, lleno de flores y fruta, juvenil claro pero muy sobrio y asentado a pesar de ello. Y en boca el paso mas que fácil goloso termino por decidirnos a considerarlo como lo mejor de la reunión. Un enorme descubrimiento tras una etiqueta nada favorecedora (para mis gustos estéticos vaya)

De lo demás nada destacable, dentro de una linea general mas bien tendente a la estandarización, con maderas demasiado presentes y fruta por aparecer, en unos vinos, eso si, que necesitan un tiempo que no tuvimos para manifestar todo su potencial en copa. No quiero dejar de nombrar, por diversos motivos, un Don Guardiola de 2005, magníficamente presentado e interesante pero caro en mi opinión y el Casa Castillo Pie Franco, también de 2005, interesante y también abierto y fragante como el Barón del Solar (que según se nos dijo también proviene de viñedos en pie franco y con una escasísima producción)

miércoles, 3 de junio de 2009

Aquellas pequeñas cosas (buenas y malas)

No hay nada mejor que una comida con su sobremesa entre amigos correspondiente. Esto es algo evidente para muchos de nosotros, pero mas aun cuando se acaban conociendo novedades y propuestas que demuestran cuan enorme es la distancia entre unos y otros hosteleros en mi tierra. Abismal.

Este sábado acudimos a "O Fragon" (Fisterra. A Coruña. 659077320) a junto mi buen amigo Fran a conocer un par de cositas nuevas de esas que de cara a la época estival van introduciendo en carta. Y con la misma ilusión de siempre, descubro que cuando uno quiere mejorar, aprender y experimentar lo hace y punto, en la Gran Vía Madrileña o en la ultima esquina del puerto de Fisterra en el fin del mundo conocido.


Las novedades se resumen rápido, no por cortas de contenido sino por concretas e interesantes. Una vieira bien cogida de punto sobre una cama de Aguacate y yogurt griego mas pistacho molido. Sabrosa, fresca, que te llena la boca de sabor a mar y con un punto ácido (el del yogurt) desconcertante pero interesante. Buena apertura.


Yo preferí después una carne, una Ternera con salsa de Marisco y unas patatas al orégano como soporte. Interesante el contraste entre la carne y su salsa, que se sirve en recipiente a parte para los menos atrevidos.


Al Dente prefirió una lubina con verduras, de aspecto estupendo y sabor comedido. El punto bien cogido, como siempre.

Todo regado con un albariño Eidos de Padriñan de 2007, el mas económico de la bodega que cumplió sin escándalos (lejos del Contraaparede...lógico). Postres, licores y una charla distendida fueron todo lo necesario para que entienda una vez mas que hay cosas que no tienen precio. Una lastima que solo yo y otros pocos lo entendamos así.

Por otro lado, la decepción llega desde un producto al que tengo una fe enorme como representante de un modo de hacer las cosas y que me parece que ha tomado una mala decisión. Se trata de las galletas Mariñeiras de las que ya hablo Colineta en su blog. Producto gallego 100%, sin aditivos, que basa su sabor y su éxito en una vieja receta de los marineros gallegos del siglo XVIII que, al salir al mar para varias semanas, elaboraban este pan-galleta, que duraba sin perder frescura y calidad meses. La verdad es que están tan ricas como parece, pero el pasado lunes las vi en un estante de una de las muchas cadenas de Distribución que jalonan Galicia y mandan al paro a docenas de pequeños comerciantes.

Evidentemente el precio al que estaba la bolsa es bastante menor que el que yo u otro cualquiera pueda llegar a ofrecer así que, sintiéndolo mucho, una vez se termine mi stock de Mariñeiras mi relación con ellas finalizara. No se trata, ojo de "o ellos o yo" pero un producto o es exclusivo, no caro no, exclusivo, o no lo es. Y cuando llega a las estanterías de una cadena cualquiera, Gadis en este caso, deja de ser exclusivo y pasa a ser uno mas. Y fin. Ojala se trate de una fructífera relación que dure muchos años, porque de no ser así tampoco esta uno dispuesto a dar a conocer, con toda la humildad de un chiringuito como el mio, un producto para que después sea una cadena de alimentación la que lo explote con rendimiento. Simplemente.


Para reconfortarme de tantos y tantos disgustos (y para celebrar algún pequeño rato de alegría como alguno de los habituales me ha dispensado) abrí una botella de las que el genial Weirdo me remitió en su día, dentro de una de las "búsquedas" de conocimiento que abrí el pasado año. Se trata de este Jorge Ordoñez Conarte de 2007, Moscatel de Alejandría rico rico de verdad, muy interesante y heredero del maestro Kracher, al menos en lo que a estructura y espontaneidad se refiere. Una serie limitada donde Bodegas Jorge Ordóñez & Co. participa en colaboración con la Cámara de Comercio de Málaga y el Consejo Regulador de las DDOO Málaga y Sierras de Málaga, aportando a la colección este vino, creado especialmente para el proyecto, con una producción limitada de 4000 botellas. La etiqueta reproduce la obra titulada "Moscatel Victoria", que el pintor malagueño Eugenio Chicano ha creado pensando en este vino de la Axarquía.

Otro momento glorioso. Las pequeñas cosas que cantaba Serrat.