La Torpeza

Escenario; Una bodega. Algunas barricas reposando tumbadas unas encima de otras. En el centro una gran mesa de madera con una mujer de unos treinta y cinco años, bien conservada. Sostiene en su mano una botella de vino de la que no se distingue la etiqueta, modelo bordeles, parece que tinto. Por el pasillo que permiten las barricas aparece un hombre de unos 40 años, rapado al cero (calvo mas bien) con un traje gris oscuro y corbata amarilla que llega al pie de la mesa y sostiene la botella antes citada en sus manos.

Acción: el hombre del traje gris le dice a la mujer (con voz inquisidora) "No, esta no es la buena". La mujer, con presteza, levanta otra botella practicamente idéntica y se la ofrece al calvo que entonces afirma con aprobación, "Si, esta si es la buena. Tu si que sabes... ¡ A Lidl!"

Este es el anuncio que la multinacional alemana, que bajo el slogan "No se engañe, la calidad no es cara" utiliza reclamos como este que cito mas arriba para profundizar un poco mas en el famoso timo del tocomocho y de los duros a cuatro pesetas.

Porque la famosa crisis de los mas ricos, que como siempre jode a los mas pobres, tiene de particular en esta ocasión que no pilla a desmano a un país tercermundista (años 40 y 50) o en proceso de consolidación democrática (años 70) sino a una España instalada en el desarrollo, la variedad y la posibilidad que han dado décadas de crecimiento económico.

Con estos mimbres no vale anunciar que uno es el mas barato como este mismo supermercado hacia no hace tanto sino que hay que ahondar en la herida, en la mente del potencial cliente, y venderle una moto increíble pero basada en una premisa posible pero solo a medias; que las gangas existen y a veces uno las encuentra. El protagonista calvo y con gafas de la campaña (algunos técnicos en mercadotecnia y marqueting insisten en que esos dos elementos despiertan credibilidad) viaja por diferentes centros de producción (la bodega, la granja, la quesería) buscando una calidad que si realmente quisiera dar, tendría que pagarla. Y la compañía lo sabe, nosotros, los habituales de estos foros y de restaurantes y supermercados de todos los niveles lo sabemos pero... pero el ama de casa media, con cuentas que saldar, el cinturón apretado al máximo y muchos problemas a fin de mes le damos así la excusa que le faltaba para tirarse a la piscina. Porque, si realmente las cosas son como dice el calvo ¿que diferencia hay?. Ninguna


La cadena DIA, no quiero olvidarlo, también hace algo parecido en otra simpática campaña, llena de verdades a medias y con el slogan "La calidad es la misma, el precio no".

Lo grave de ambas acciones es que existen cientos, miles de pequeños establecimientos, que durante la ultima década sobre todo han hecho una apuesta por la calidad real, la del pequeño productor que no vende ni a DIA ni al LIDL porque no produce las cantidades que le merecerían tal compañía ni considera que su produzco merezca el trato que estas compañías le dan a los suyos, y que a la vista de este anuncio, pasan por ser una banda de timadores y engaña-bobos que solo han cobrado sus productos a un precio superior a los de estos supermercados porque si.

Ojala que la gente entienda que ambas campañas son, directamente, falsarias, poco exactas en su trato de la información y manipuladoras. Porque sino, va a costar un montón justificar que un vino del que se hacen mil botellas y de calidad extraordinaria no puede costar lo mismo que del que se hacen 500.000 y de calidad media o baja. Ojala...