viernes, 17 de octubre de 2008

Crónicas parisinas. Los cavistas y demás perversiones.

Seguimos con el periplo vital por la, para mi ciudad de ciudades, pasando por una de sus mayores virtudes; los cavistas.

El concepto es sencillo. Tienda de pan, tienda de carne, tienda de pescado... tienda de vino. Los Parisinos, como con lo demás, prefieren la tienda pequeña y bien atendida y la selección del producto mas próxima y a poder ser probando el genero.

En París es lo mas habitual, lo incluyen en el precio final, el catar los vinos antes de su compra y charlar sobre ellos con el propietario o su sumiller. Esto a partir de unos precios claro y de un genero concreto. Por empezar con alguno de los templos del vino en la ciudad, y por localizar un epicentro del vino, todo o al menos lo mas "gordo" pasa en las proximidades de la Iglesia de la Madeleine. Como recordando los orígenes de su arquitectura, griega clásica, el vino es protagonista a su alrededor comenzando por Lavinia Paris (3, Boulevard Madeleine). Un gigantismo que nos permitiremos por sus 6000 referencias de vinos sobre todo Franceses y con algún detalle mas castizo (me sorprendió encontrar mi querido Jarrarte). Lo mas apabullante los cognacs de la primera planta, económicos, desde 15.000 euros...


Subiendo hacia la propia Madeleine se topa uno con otro santuario pero no solo del vino sino del bon vivant parisino mas clásico. Es Fauchon. Las mesas de los hogares mas exigentes de la ciudad se llenan la noche del viernes de productos que salen de sus vitrinas. Paté, Macaron, Caviar o por supuesto vino (la planta baja de la tienda principal esta dedicada solo a vinos y licores) acompañando una selección de productos marca blanca propia (chocolate, mermelada o tes y pastas). Visita obligada a sus dos tiendas, la una frente a la otra a la altura del numero 30 de la Place de la Madeleine (detrás de la iglesia).


Caso a parte es Nicolas y sus mas de 70 tiendas repartidas por todo París. Vino,vino y mas vino, de productores pequeños y no tan pequeños, a precios bajos o muy ajustados y que busca un publico muy concreto, conocedor del vino francés y que en demasiadas ocasiones esta mas cerca de llevarse gato por liebre que referencias interesantes. No es una mala opción, por variedad, pero si algo peor sino se habla un buen francés.


No quiero dejar de nombrar el paseo culinario por antonomasia para mi, por la fantástica Rue St. Louis en L`ile, calle principal de la menor de las dos islas del Senna y donde en minúsculas tiendas se concentran productos de enorme calidad y, en algún caso, precio. En esta calle podremos desde comer helado de Ruibarbo a comprar aceite en la tienda original de Olivier&Co, después convertido de importador de aceite a cadena de cosméticos naturales.

Podremos de comprar un queso de la enorme variedad de Fromage francés a adquirir un bote de paté ecológico de la Petite Scierie, tiendas originales y únicas vendedoras de esta linea de productos de la Campagna.



Esto es, muy grosso modo, lo que París nos da "de a poquito" en sus miles de tiendas. Pero sobre todo vino y lugares como este ultimo, que ilustra el espíritu de la cosa... a la sombra de la Madeleine, escaparate con replicas de Romane Conti del 67. Quien lo pillara...

9 comentarios:

José Luis Giménez dijo...

Hecho de menos el que nos cuentes lo comido, lo bebido, lo comprado...
Saludos,
Jose

César dijo...

La próxima vez que vayas pasa por Caves Augé, José Luis. Estuve trabajando allí y es una verdadera joya en cuanto a tiendas de vino se refiere. Te gustará.

Diarios de una Bultaco dijo...

Hola, Jose Luis:
Que excelentes tiendas de alimentación y como cuidan la presentación de los productos, verdad?.
Leyendo tu post recordaba los paseos por la calle central de San Luis y por la zona de la Bastilla (la Rue de Saint Antoigne), donde disfrutamos de esa sucesión de tiendas de pan (La Boulangerie de Paul), vinos y quesos que sirvieron para llenar un poco más la maleta.
Te deseo que hayas disfrutado del viaje.
Saludos

José Luis Louzán dijo...

Tocayo; jeje, de eso hare un post. No fue mucho pero si muy mirado que los dineros son pocos. Aun así vino por supuesto y algo de paté cayo...

Cesar; Bienvenido un placer verte por aqui. No me dio tiempo a mi de pasar por todos los lugares por donde hubiera querido pero me apunto la visita para la proxima vez (aunque pasen otros dos años como esta vez)

Carlos; Gracias por participar. Me pasa con el queso que no me ha gustado pero nada hasta hace muy pocos años en que he empezado a descubrir las bondades reales del producto. Y en Francia hay demasiadas preparaciones muy populares que no puedo ni ver... pero prometo proposito de enmienda en el futuro. Escaparates como el de la foto dan ganas de volverse adicto al queso ¿a que si?

Diarios de una Bultaco dijo...

Jose Luis, ¿como que no te gusta el queso??
No me lo puedo creer. :) (jeje)

Con lo bien que casa con el vino.
Unas cuantas clases de queso y una botella de vino y la merienda ya esta preparada.

La verdad es que a mi me gustan todos los quesos.( O creo que casi todos). Por cierto de Dinamarca me traje uno verde, como los pistachos, al que tengo que hacerle una foto antes de liquidarlo.

Para gustos se hicieron los colores. Y en Galicia teneis unos quesos magnificos.
Lo malo de traer queso de Francia es cuando abres el maletero del avión. Por suerte otros viajeros también los traian y trataban de justificar el terrible olor que salia al coger la maleta... ;)

Nos dan mil vueltas a la hora de mostrar la mercancia en los escaparates, aquí seguimos poniendo quesos de plastico...

Saludos

compangu dijo...

Me da la impresión de que una visita a esas tiendas me causaría el mismo efecto que a mi mujer le causó el paseo por una famosa calle de Roma, cerca de la plaza de España (creo que era via Codotti), que estaba llena de tiendas de Gucci, Armani, Versace... una profunda depresión.

José Luis Louzán dijo...

Carlos; lo de mi disgusto con los quesos va en vias de solución (al menos ahora disfruto de un buen Idiazabal o de algunos manchegos, antes ni de coña)

Compangu; Pues no te digo nada el dia que visite la Avenida Montagni despues de ascender desde las Tulleries hacia los campos Eliseos. Dior, Loewe, Gucci, S. Ferragamo, Givency... todas y alguna mas tienen su sede principal en esta avenida.

A mi no me deprime... me estimula

compangu dijo...

Esa es la actitud José Luis... esa es la actitud que yo no tengo. Mi espíritu realista-pesimista-conformista me impide "estimularme" con esas cosas. Siento trasmitir una visión tan gris, pero ¡¡¡qué quieres un lunes!!! :-)

Por cierto, para ser correctos, tras buscar en el Google Maps el nombre correcto de la calle es "Via Condotti" y las tiendas que había eran "Bulgari, Gucci, Prada, Armani, Versace, Cartier y Valentino", lo dicho, casi ná.

José Luis Louzán dijo...

Te falta una de Louis Vouiton (el de los bolsos) que abria justo enfrente de la de Gucci el año pasado. Via Benetto y Via Condotti solo son dos ejemplos. Milan es peor y Londres ni te cuento.

Paris es mas la meca del lujo que una desfachatez. Hace tiempo me daba pena tanto dinero gastado sin motivos "lógicos". Pero es que la lógica es tan relativa que...

Creo que era Roosevelt el que decía lo de "dejaz que hablen de nosotros en los libros de historia" cuando le apuntaban sus asesores que le ivan a criticar por tal o cual decisión en la segunda guerra...

Yo veo todo eso y me digo "bueno, y por que yo no" y me levanto cada día pensando el como. Eso es lo mas dificil... pero me estimula... Masoquismo supongo jeje