jueves, 2 de julio de 2009

Algunas consideraciones sobre "nuestros vinos"

Escribe esta semana el newsletter de Todovino.com y me da por reflexionar; "¿Están nuestras uvas de moda?" titulan este boletín para decir a continuación que " La blanca albariño y la tinta tempranillo son ahora mismo las uvas españolas más conocidas y respetadas en el exterior, hasta el punto de que empiezan a ocupar un lugar en viñedos lejanos de otros países". Vale.

No quiero entrar a discutir si es síntoma de éxito o no el que se utilicen cepas de la viña que habitualmente se usa en una zona. Yo pienso que lo que demuestran es que aquellos que las utilizan de nuevas, dígase Albariño en Australia o tempranillo en otra parte, lo que han descubierto es el factor de "explotavilidad" de la cepa en sus países de origen. Vamos que no creo que se valore si la calidad de esas cepas es mucha o poca, sino mas bien la cantidad de botellas que se pueden hacer sin caer en vinos "cuasi" imbebibles. Entonces, de ser así, ¿porque ahora?


El mercado británico ha comenzado a aceptar y de modo parece ser que bastante entusiasta eso que algunos dan en llamar vinos albariños (Terras Gauda, Martín Codax o Condes de Albarei). Y ese hecho ha despertado la curiosidad, por ejemplo, de los australianos, acostumbrados a elaborar con mayor o menor fortuna vinos que proviene de cepas bien aceptadas o muy queridas en el mercado anglosajón, aquel al que los vinateros de las antípodas dirigen princi9palmente su producción. Ejemplos los hay a cientos, a base de Chardonnay, Shiraz o Cabernet Sauvignon, uvas básicas y naturales todas en Francia y motivo de consumo desde hace siglos en las islas.

Así que ahí tenemos al natural consumidor británico, londinense por ejemplo, encantado con acabar de descubrir ese vino "albarinooo¡¡ OH, wonderfull, marbellous, explendit¡¡¡" que le sabe fresco y fácil, con esa acidez tan interesante de fondo "uuummmm" dice, después del primer trago.... La botella era de Martín Codax. Le gusta y pasa a ser su vino de cabecera los fines de semana, cuando el, Patsi y los niños acuden al campo a casa de su hermana y su cuñado a disfrutar del pescado a la parrilla con la familia "this is the best wine in de northwestern of Spain"... "Ummmm, o good, ¡its very tasted!" dice su hermana....


El virus se propaga hasta que un buen día, dentro de unos cuantos años, mas de diez y menos de veinte, un grupo de aguerridos productores, unidos por fin en un grupo de ventas que exporta por primera vez a las Islas, se encuentra con que ese autentico albariño, ese con la acidez mucho menos presente en primer plano, ese mas sabroso en boca, mas completo, de aromas a fruta verde y a hierba y frescor, ese basado única y exclusivamente en la uva, en levaduras naturales y en un trabajo duro, sincero y descarnado en el viñedo.... no gusta. Los paladares, las personas, las narices y sus pituitarias tienen la mala costumbre de acostumbrarse rápido y no asumir aquellas diferencias de matiz que no resultan evidentes. Y ya están acostumbrados. Están hechos a unos aromas a levadura de pan, a un frescor simplista y sin profundidad, agresivo a partir de la segunda copa sin comida en el estomago y mas falso que un duro de madera. Y el trabajo de "desenganchar" es duro y no todos se lo pueden permitir, entre otras cosas porque no producen millones de botellas al año, y cada una cuesta.

Seguro que muchos productores de la Rioja y la Ribera del Duero saben de que hablo o lo han sufrido alguna vez, cuando al albor de la bonanza de los pasados años se atrevieron por fin a salir a fuera con sus vinos, encontrándose con que un puñado de "fabricantes" a base de marketing y vinos clónicos han copado el mercado con un único vino con cientos de etiquetas diferentes.


Me temo por lo tanto que no es por su "inigualable calidad, ampliamente demostrada" por lo que otros países en expansión en materia de vinos han introducido cepas, por ejemplo, de Albariño en sus terrenos. Al menos, seguro que no ha sido buscando la calidad de los auténticos vinos de pequeño productor que algunos tenemos la suerte de probar cada año. Cuando hablo de vinos con algún hostelero que me dice que "lo que hay que tener en una carta de albariños son Martín Codax, Marques de Vizhoja y Terras Gauda" siempre acabo por decirle que el daño que estas bodegas y otras mas recientes del mismo tipo le están haciendo a la DO Rías Baixas y al Albariño en general no se vera con lastimosa y trágica pena hasta dentro de muchos años. Pero seguramente será un daño irreparable sino se actúa a tiempo, siendo agresivos al decir que algunas cosas no son vino... son, otra cosa.

Dicho todo esto, si nombro a esas tres bodegas lo hago en este caso en el entendido de que se trata de las de mayor producción, con mas destino claro al consumo masivo pero que, al mismo tiempo, mas explotan en su publicidad y marketing el hecho de ser "distintos", "mejores" o "especiales", tres características que ninguno de ellos contiene. Hay muchas otras bodegas que o bien actúan de modo similar o trabajan en hacerlo en un futuro cercano. Producciones masivas, millón y pico de botellas, etc,etc. Y mentiras, unas cuantas, sobre que si controlamos a nuestros productores asociados como si fueran de la familia, que si selección del producto, que si transporte del viñedo a la bodega en optimas condiciones. No se habla de tractores al sol durante horas y horas, de nula selección y autentico "desbroce" de la cepa en cada vendimia, de levaduras artificiales (bueno, de estas si se habla, como si fuesen la panacea) o del nulo control de los pesticidas o aditamentos usados por los asociados a lo largo del año en sus viñedos.

Ojala llegue un día (no lo creo) en que cada uno ocupe su lugar. Estas fabricas lo hagan en las estanterías de los supermercados a precios bajos, acorde a su calidad, mientras las bodegas de pequeños productores se ocupan casi en exclusiva de ofertar autentico albariño en las estanterías del comercio especializado en las cartas de los restaurantes de calidad media o alta. Utopías.

Por cierto. La oferta que acompaña a esa frase del principio de Todovino.com la encabeza Martín Codax, seguido del Nora da Neve de 2007. Nunca dos blancos de la misma DO y uva tuvieron tan poco que ver...

8 comentarios:

Sibaritastur dijo...

interesante reflexión Jose Luis. Una pregunta, en tu último párrafo quieres dar a enteder que el Nora da neve es bueno?, o que no tiene que ver con lo que comentas?, a ver si me puedes aclarar la duda...

Anónimo dijo...

Hombre, creo que no lo doy a entender, mas bien lo digo....

No tanto que sea bueno o malo, que depende de quien lo tome y de lo que le guste entre otras cosas, sino mas bien que es diametralmente opuesto en su forma y en su fondo al Martín Codax o a cualquiera de esa clase.... Nada que ver...

Para mi el Nora da Neve vivió mejores momentos, pero sigue estando bastante bueno...

Sibaritastur dijo...

La diferencia ya es clara por la elaboración, uno lleva madera y el otro no, por eso no lo había entendido así. Los que hacen este vino parace que no rehuyen de otro tipo de levaduras que no sean autóctonas.

José Luis Louzán dijo...

...Es que no tiene nada que ver con la elaboración, ni con el estilo ni con el precio...

Martin Codax elabora albariño a partir de una idea; hacer mucho...

Lo demas, su estilo, que sea reflejo fiel de su procedencia, su recorrido en una mesa, las sensaciones que produce o deja de producir... eso da lo mismo. Se trata solo de vender toneladas...

Nora da Neve, como otros muchos por suerte, busca otro mercado. Quiere vender, claro que si, pero dejando un poso, una sensación, algo que te haga volver a el, repetir y hablar bien de un trabajo, de un "sentido del vino"...

Por eso son diametralmente opuestos. Aunque hablase de Nora y no de Nora da Neve, o de Attis, o de Leirana, o de Zárate... seguiria habiendo años luz entre una y otra forma de ver el vino....

Toni dijo...

Je, je. José Luis, algunas bodegas de las Rías Baixas te van a nombrar hombre del año. ;-)

Sibarita, el Nora da Neve 2006 es uno de los 3 albariños que más me han gustado de todos los que probé.

José Luis Louzán dijo...

Pues me haria mucha ilusión jejejeje... sobre todo viniendo de algunos jaja

Sibaritastur dijo...

Jose Luis entiendo lo que dices y estoy de acuerdo, pero ya opinando mas, el Nora básico 2008 no me gustó nada.
Toni, yo habias comentado de el N. da neve 2006, yo el que probé fué el 2007 y aunque mo de desagradó, no me pareció a tener en cuenta, hay que decir que un poco mas de botella no le vendría mal.

José Luis Louzán dijo...

Es que en esa dificultad esta parte del encanto. Uno de los primeros albariños que probe y me gusto, despues de años de travesia por desierto, fue un Nora de 2005...

He probado cosas despues muchisimo mejpores, vale, pero entonces fue un salto cualitativo bestial, creo yo. El Nora da Neve tambien como pionero de el albariño en madera...

Ahora tal vez no me gusten tanto (no me gustan como otros) pero creo muy loable, a pesar de los vaivenes en la casa, el seguir fieles a ese estilo...

La existencia de altibajos es una marca mas de calidad. Un vino, por mucho cuidado y mimo que se ponga, no puede ser igual año tras año...

Lo suyo sería, dicho esto, que el precio no solo subiese sino que tambien fuese consecuente a las circunstancia año tras año. Sobre todo a partir de unos precios....

Pero bueno, esto ya sería ciencia ficción, me temo....