lunes, 11 de mayo de 2015

Diferencia

Lo bueno (y lo malo) de las redes sociales es su inmediatez. 
Aquello que se dice a las nueve de la mañana está viejo y es anacrónico a las tres de la tarde. Es por ello por lo que los debates que se despiertan en redes (twitter nominalmente) sean tan explosivos y efímeros como la pólvora de un cohete de feria. 

Por contra, lo que uno cuenta en redes tiene una capacidad de difusión igualmente rápida y virulenta. Es poner que tal o cual vino me gustó y toparme con docenas de personas a favor y una minoría (eventual) en contra. Y esto, que es pura riqueza y formación, tiene también un reverso tenebroso.


Estaba leyendo ayer esta noticia al hilo de la labor fundamental en los últimos años del EVEGA (Estación de viticultura e enoloxía de Galicia) con respecto a las múltiples castas nativas que se esparcen por el campo en Galicia y me preguntaba por la realidad de un patrimonio extraordinario, totalmente desconocido. Desconocido e insultado por organismos públicos y privados. 

La descomunal reserva de variedades diferentes de la que hace gala la viña en Galicia ha sido motivo de innumerables ataques por parte de los propios viticultores, las instituciones y en ocasiones incluso la ley. Se ha hecho de todo para impedir que aquella variedad desconocida hasta su recuperación pudiese ser vivificada con fines comerciales. Desde no contemplar esas castas entre las vinificables en las DOs gallegas, hasta considerar alguna de ellas como híbridos (sin tener confirmación plena de este hecho) o directamente prohibir que sean citadas en las etiquetas de los que las elaboran. La actitud hostil es bien conocida y su nula argumentación es también pública y notoria.

Es un planteamiento puramente "Orweliano". La uniformidad como garantía. El EVEGA, organismo dependiente de la Consellería de Medio Rural (en cierta forma, como las DOs) fomenta como uno de sus parámetros principales la investigación. La investigación, como ya manifestaran hace años eminentes científicos como Einstein o Ramón y Cajal "solo es realmente útil cuando persigue la mejora de la humanidad, su desarrollo intelectual y la mejora de sus condiciones de vida". Así que, ¿para que quiere investigar el EVEGA, si haga lo que haga, nunca se podrán comercializar los resultados de sus trabajos?. 

En este contexto, uno sigue probando vinos y conociendo historias y, por ejemplo, en esta semana de pura intensidad (y lo que me espera) este viernes volví a un clásico del que hablé ya hace unos cuantos años y que sigue en plena forma. 

Tricó, como parte que es de la vida y obra de su autor, tiene bastantes similitudes con la persona de José Antonio López. En aquel lejano 2009 era ya una rareza y en este cercano 2012 (el mas joven de los que nos ofrecieron en la Gastroteca y aún sin comercializar) es un ejemplo de tenacidad. Albariño de 13,5º de media, grasos, plenos, puro reflejo del albariño do Condado. En boca son directos, acidez recogida (nada que ver con Salnes, vale, pero tiene su aquel) y mucho, mucho suero. Como cuando uno se llena la boca con una explosión de fruta de hueso a punto de madurar. El 2010 era directamente extraño. Naranja tostada y flores por doquier, ninguna sensación ni pista de sus casi 14 grados de alcohol y mucha capacidad para crecer. Que me gustan vaya.

Esto se mezcla con una semana de exploración interior. Este vídeo del Canal+ francés (está en francés, pero se entiende todito) ha provocado cierto debate oscuro (a saber; del tipo de debate que tienes en WhatsApp y no se entera nadie salvo los del grupo)  al respecto de los vinos naturales, de los industriales, del porque de unos y otros y de la responsabilidad ética que conlleva hacer las cosas de una u otra forma.
Es curioso que siempre se use la necesidad comercial y mercantil de "vender el vino" como justificante para todo, pero es que no se si habrá muchos mas argumentos que defiendan el uso de sistémicos, aditivos y demás tecnología industrial en la elaboración de vinos. 

Uno se pregunta ¿es que todos los elaboradores de vinos naturales viven de ingresos ajenos al vino que venden?, ¿acaso los elaboradores de vinos biodinámicos son todos ricos y de vida acomodada?. O aún peor ¿es que todos mienten?. ¿Será tal vez que todo lo que se etiqueta como orgánico, biodinámica, natural...no lo es?.

No conozco muchos casos tan a fondo como para opinar pero si me permitiré hablar de uno por terceros en los que acredito total veracidad. Bernardo Estévez hace el vino que quiere y lo vende. Y no vende lo que debería (mejor, no gana lo que merece) y no por ello decide hacer otro vino que el que hace. Tiene sobrados motivos para hacer vino sin ser ni de lejos tan exigente con sus restricciones en la viña y en la elaboración, pero, a pesar de las dificultades sigue haciéndolo igual.
Y, ojo, ni es obligatorio ser como el ni quien no es como el es el demonio. Pero se puede. Se puede

Así que, si partimos de que se puede, entonces debemos hablar de porqué no se puede, o mejor, porqué no se quiere. Porque estoy seguro de que aquellos que manejan mas de 3 millones de euros de presupuesto en sus cuentas si serían capaces de pasar a ecológico gran parte de su viñedo, elaborando bajo premisas mínimas de responsabilidad y coherencia con la supuesta "calidad indiscutible" de sus productos. Son, sin embargo, personas individuales y a titulo particular las que están avanzando en convertir el campo gallego en lo que debería ser, en lo que es. Una sucesión de "Grand Cru" de vinos excepcionales por su vigencia, por su calidad y por su versatilidad. Eso, y no otra masa informe de vinos uniformes. Variedad, tipicidaz, especialidad. 
Diferencia.




*Fotos de mi autoria y ultima extraida del docu. de Canal+ enlazado en este post.
  


1 comentario:

María Lago Blanco dijo...

Lo siento mucho, por que no aporta nada, pero no puedo resistirme:

https://www.youtube.com/watch?v=K8N60YLFLHA